Katherine
Guardo mi teléfono sin esperar respuesta del niñato para pasar una clase, porque claro está ni con su faceta de niño rico pudo comprar a Miller para que le pasara la clase sin tener que hacer nada.
Miro la hora en mi reloj de mano y me dirijo a mi última clase, ya que perdí las demás gracias a la secretaría y mis horas extras pérdidas, este día cada vez va para peor, salgo de la cafetería y subo las escaleras hasta el tercer piso, busco un sitio donde sentarme, saco mi carpeta con mis apuntes y empieza la clase
Son las 2 de la tarde, y aún no he visto a Ian y a Sarah, ese par pasa tanto tiempo fuera de sus clases que asistiendo verdaderamente a ellas, no se como no pierden, aunque bueno, no es como si yo fuera a muchas, pero si a más que ellos.
Decido ir hasta mi dormitorio, tomarme una ducha y ponerme algo más cómodo, no quiero dar esa maldita tutoría pero es mejor eso que doblar horas. Pero antes llamo a Ian. Espero unos segundos hasta que coje la llamada.
- Princesa, ¿ya me extrañas que no aguantas el no saber de mí?- Es lo primero que dice, tonto, puedo jurar que está sonriendo.
- Eso quisieras tú, pero no se nada de ti desde ayer y deseo saber como te fue en la carrera, sé que si no estoy suelen ir las cosas bastante mal - Le digo con burla ya que le molesta que diga que es por mí es que gana.
- Me fue muy bien -Dice despacio - Gane la carrera, por supuesto y sin necesitar la ayuda de una niña muy engreída que conozco.
- ¡Engreída tu abuela! - Le digo en un tono de molestia pero en realidad estoy sonriendo, escucho al fondo que él ríe de lo que dije - ¿Qué vas a hacer hoy? quiero salir, Miller se ha cagado mi día, necesito despejarme un poco.
- Pues no tengo planeado algo especial, pero si quieres te recojo y miramos - Lo dice en un tono coqueto.
- Si por favor sácame de aquí, llévame a algún lado, necesito relajarme un poco- Termino de decir con cierto tono de suplica
- Esta bien dime a qué hora paso por ti y hacemos algo divertido para relajarte - Sigue con el mismo tono coqueto.
- Llega al salón 409 de mi facultad a eso de las 4:30, tengo algo que hacer allí y luego de eso nos vamos.- Ese salón casi nunca lo ocupan a esa hora, perfecto para la tutoría del niñato.
-Pues hoy termino clase a las 4, compro algo, y subo a donde estas, ¿Necesitas que te lleve algo?- Me comenta Ian
-No, creo que no voy a necesitar nada, si quieres me traes algo, un poco de comida nunca está mal recibida- Le digo mientras me burlo
-¿Cómo es que tienes ese cuerpo si lo único que haces es comer? y ¿que tienes que hacer en el 409 y tan tarde?
-Se le llama gimnasio, deberías de intentarlo alguna vez, no sé hasta podrías acompañarme, te contare cuando salgamos solo te digo que tiene que ver con Miller
-Gimnasio y contigo, jum amor como que esas palabras juntas hace que suene tentadora tu propuesta, y deja de meterle peleas a Miller, no seria bueno que perdieras la beca por su culpa. Princesa he de dejarte entro a mi última clase y luego pasaremos toda la noche juntos.- Ese tono coqueto algún día lo va a meter en problemas
-Si si, como digas, está bien nos vemos, no llegues tarde - cuelgo la llamada.
El tiempo se me pasa volando, ya son las 2:50 faltan 10 minutos para que comience la tortura. Salgo del dormitorio y pienso en buscar una papelería, necesito marcadores y la hoja que pueda marcar cuántas horas doy de servicio ya que en la biblioteca misteriosamente mis hojas desaparecieron dejando solo 30 horas, veo una papelería abierta en el campus de paso al aula donde tengo que ir compro 2 marcadores y la hoja de servicio me dirijo hacia el 4 piso, el aula 409 está desocupada, entro y me siento a esperar, me llega un mensaje.
-En que salón estás, ya estoy en el 4 piso - Por lo menos en niñito es puntual, pienso mientras leo el texto
-409, llega o me voy -Le escribo
Espero unos minutos hasta que escucho que la puerta se abre, entrando el niñito. Viste igual que en la mañana, lleva unos pantalones negros que se ven que son a la medida, una camisa básica blanca que aunque es un poco suelta dejando que mi imaginación piense lo que oculta debajo de ella, una chaqueta negra con mangas de color café claro, y unos zapatos de vestir del mismo color que las mangas dándole así un estilo moderno pero elegante, lindo pero ostentoso, típico de niño rico. Lastimosamente, tengo que aceptar que el maldito sabe cómo vestir para verse guapo, me levanto de mi asiento que comience la tortura.
-Hoffman, ¿qué es lo que no entiendes?-Le digo, y observó como su expresión cambia, parece que no le gusta que lo llamen por su apellido.
-Tengo nombre es Michael y preferiría que lo utilizaras - Me dice regalándome una sonrisa de fastidio.
- Si eso quieres, Michael - Le respondo con burla, el me responde con un suspiro exasperado - Entonces, Michael, ¿Qué es lo que no entiendes de la clase?- acentuó en su nombre
Veo que se lo piensa un momento antes de responderme y llevándose una mano detrás del cuello, un signo de claro nerviosismo y mordiéndose el labio inferior me mira con un poco de nervios. Por Dios aceptó que ese gesto es demasiado sexy.
- Para serte sincero no entiendo mayor cosa de la clase - Termina diciendo bajando la mirada avergonzado. Genial, lo que me faltaba es guapo hasta la china pero un completo tonto, ya decía yo que no todo podía ser tan perfecto.