Beauty Line

Capítulo 7

"Algunos nacen grandes; otros hacen grandes cosas, y otros se ven aplastados por ellas". - William Shakespeare

🍇🍇🍇

Ada.

No aguanto más el dolor.

Mi cabeza explotara en cualquier momento.

— Wright, concéntrate en el juego — Pide el entrenador.

Regreso a mi postura en busca del balón, quien, en vez de caer en mis manos, termina aterrizando en mi cabeza. La risa de los demás no se tardan en escuchar.

Melany se acerca a mi tomando la pelota de mis manos.

— ¿Estás bien?

— Solo estoy cansada.

— Debes concentrarte, el equipo esta perdiendo — musita regresando a su posición.

Tomo mis manos nerviosas cuando noto las miradas de disgustos de los integrantes de mi equipo.

No puedo hacer esto.

Nunca fui buena con los deportes.

¿Qué estoy haciendo con mi vida?

— ¡Wright! — el grito del entrenador me trae de regreso a la realidad cuando el balón se dirige a mi dirección.

Desesperada debato en qué hacer.

Dejándome llevar por el miedo cierro mis ojos esperando el golpe y la burla de los demás. Cosa que nunca llega.

Abriendo mis ojos despacio observo a Darren delante de mí.

— Esta tan genial — murmuran las chicas de mi equipo.

— Oye — masculla a mi dirección —. Si vas a hacer una carga mejor retírate del equipo.

Sus duras palabras logran afectar mi autoestima. Chasquea su lengua regresando a su posición en el campo.

En el resto del partido intente seguir con el juego, pero el entrenador se cansó de mí, sacándome del equipo y colocándome en las gradas.

No sirvo para esto.

Suspiro sin ganas hidratándome.

El partido termina como resultado nuestra perdida. El entrenador no me dirige la palabra reuniendo a los miembros.

— Bien hecho — murmuran las chicas.

— Gracias por el partido Wright — masculla Brenson.

— Lo siento.

— Tus disculpas no cambiaran los resultados — musita Lara.

Sus miradas de disgusto me traen malos recuerdos.

— ¿Qué creen que están haciendo? — masculla Darren —. ¿Si te crees tan buena por que no ingresaste en el lugar de ella?, fingiendo tu lesión en el tobillo — señala su pierna —. Parece que mejoro tan de repente.

Lara niega avergonzada sin tener argumentos, Darren tiene razón, ingrese al juego por sustituirla a ella. El entrenador niega disgustado.

— Smith al campo, 20 vueltas ¡Ahora!

— Pero entrenador — intenta justificar.

— ¡Ahora! — musita aterradoramente.

🍎🍎🍎

Termino de colocar mi uniforme de educación física en mi bolso, una vez lista salgo de los vestidores de chicas, al frente me encuentro con Darren quien sale del vestidor de chicos.

— Este — llamo su atención —. Gracias, por lo de ayer y hoy.

— Debes aprender a cuidarte sola — musita arrogante —. No siempre estaré para ayudarte ¿Sabes?

— Nunca te pedí que me salvaras de todas formas — Mascullo —. Maldito arrogante.

Sacándole la lengua apresuro mis pasos saliendo de los vestidores del gimnasio.

Tonta.

Eso fue muy infantil.

💐💐💐

Luego de clases junto a Karol decidimos ir a Mc Donald a pasar el tiempo, mientras sea el momento de ir a mi trabajo.

Ella no puede evitar soltar una carcajada cuando le termine de contar mi horrible experiencia con el Voleibol. Las personas a nuestro alrededor nos observan y yo no puedo estar más avergonzada.

— ¿Sera que dejas de reírte como una loca? Todo el mundo nos esta viendo y es tu culpa.

— Que nos miren, ¿Acaso ellos no pueden reír? — le da un gran mordisco de su hamburguesa.

Ella no tiene remedio, siempre pasa de los comentarios de los demás y eso admiro de ella.

— ¿Oh, ese no es Darren? — señala a mi espalda —. Darren, por aquí.

¿Qué?

Golpeo su mano ocultando mi rostro.

— ¿Por qué lo llamaste? — murmuro.

— No le veo el problema, después de todo estudiamos en el mismo colegio antes.

No puede ser.

— Hola — saluda sentándose a mi lado

— ¿Nos recuerdas? — cuestiona karol.

— Por supuesto — mi amiga sonríe satisfecha —. ¿Cómo has estado Ricitos?

— ¿Ricitos? ¿Desde cuándo tienen apodos? — cuestiona Karol confundida.

— Nunca, ni si quiera lo conozco.

— Eso dolió, por si lo olvidaste llevo salvándote dos veces — masculla con grandeza.

— Nunca pedí tu solidaridad.

Determino continuando mi mirada a Karol, quien nos contempla con una gran sonrisa.

— Ustedes dos harían linda pareja — murmura haciendo que me atragante con la soda —. ¿Estás bien?

— Si que tienes una gran imaginación amiga — mascullo entre dientes.




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