El mismo lobo de mi sueño me observaba, pero parecía triste, algo lo incomoda, caminaba de un lado a otro desesperado no entendía que le ocurría. Intente hablar quería saber que le ocurría, pero fue imposible; no logre producir ningún sonido, no entendía que sucedía, una fría brisa soplo, me golpeaba la cara, mire como el lobo se sentaba y comenzaba a aullar con desespero, el ruido me molestaba mucho cerré mis ojos era horrible tape mis oídos pero seguía escuchándolo, era un sonido terrorífico, que me causaba miedo quería llorar, intente volver a gritar, pero no podía quería que se detuviera.
― Jessica. ― Escuché que el lobo me hablaba, era la primera vez que, hacia eso, abrí los ojos algunas lágrimas brotaban de mis ojos y las sentías como hielo correrme con las mejillas quemaban un poco. Mire al lobo tomo la forma de un hombre, al verle la cara no podía creer quien era. Abrí mis ojos nuevamente, estaba soñando, tenía la cara mojada era agua helada. Vi a Ismael con una botella de agua en la mano y me observaba.
― ¿Qué está pasando? ― Pregunte al verlo, Ismael no me dijo nada se giró y miro al frente, estaba en un auto; Samael era el que estaba manejando. No entendía que estaba ocurriendo, lo último que recordaba era que alguien necesitaba ayuda abrí la puerta y nada más, ahora tenía las piernas atadas con una soga al igual que mis manos.
― Por fin despiertas, te dije que arrogarle agua helada la despertaría debes ser más obediente Ismael. ― Dijo Samael acelerando el auto.
― Si maestro. ― Dijo Ismael inclinando la cabeza hacia Samael.
― ¿Samael que quieres de mí? ― Inquirí mientras me movía un poco para intentar soltarme, pero la cuerda estaba muy bien amarrada. Samael comenzó a reírse de una manera grotesca.
― ¡Ay Jessica! ― dijo burlándose de mí. ― La verdad tu no me interesas, pero sé que si te tengo en mi poder Velkan vendrá a buscarte, no pensé que fueras tan importante para él.
― Yo no le importo a él. ― Eso era cierto, no había que ser un genio para saber que a Velkan no le gustaba mucho mi presencia.
― Es muy quisquilloso cuando se trata de ti, se molestó mucho cuando le dije que quería tener algo contigo. ― Dijo Ismael, sin dejar de mirar al frente.
―Seas o no seas importante para él, estoy seguro que vendrá a buscarte.
― ¿Para qué lo necesitas? ― Pregunte algo preocupada.
― Velkan es una criatura demasiado fuerte y necesito su poder, pero ha estado sospechando de mi así que me quedo más fácil traerlo a una trampa, y la verdad es el momento indicado de hacerlo mío, está débil espere demasiado tiempo por esto. ― Samael freno en seco, me golpee la cabeza un poco. Él e Ismael se bajaron del coche y Samael me cargo hasta entrar a un edifico abandonado, no sabía dónde estábamos, era una de la parte de la ciudad donde nunca había estado. Dentro del edificio anduvieron unos pocos metros hasta llegar a lo que parecía una bodega. Con cuidado Samael me dejo al lado de unas cajas.
― Ve y has guardia estoy seguro que Velkan llegara pronto. ― Dijo Samael muy serio. No dije nada solo me quedé recostada contra las cajas esperando que se marchara para intentar soltarme. Los dos hombres salieron y me quede completamente sola, la luz era demasiado tenue y ese pequeño bombillo no iluminaba mucho. Mientras me intentaba soltar las cuerdas de mis piernas se desajustaron un poco y logre liberar mis piernas. Me puse de pie y con la poca luz intenté buscar algún lugar para cortar las de mis manos. No había nada que me ayudara, debía pensar en cómo salir de ese lugar y alerta a Velkan, aunque no tenía mi celular ni nada iba a ser muy complicado ser de ayuda ahora para los chicos. Mientras intentaba soltar las cuerdas me volví a lastimar la mano, me estaba doliendo más sentí como la sangre volvió a salir por la herida y noté que una gota cayó al suelo; debía tener más cuidado para soltarme.
Escuche voces fuera de donde me encontraba, era imposible, pero note que en esa pequeña habitación había una ventana muy diminuta. Camine hasta donde estaba, no me importaba que pasara, pero quizás esas personas que estaban afuera podrían ayudarme.
― ¡Auxilio! ― Grite esperando que alguien me respondiera. Todo se quedó en silencio, no me gustaba nada eso, quizás las personas del otro lado se asustaron se quedaron calladas y se marcharon.
― ¿Jess? ― Escuche que alguien me llamaba.
― ¿Hola? ― Inquirí preocupada, tenía miedo de que Samael me estuviera engañando nuevamente.
― Si es Jess, mi hermano tenía razón― No estaba segura si era Sirhan el que estaba hablando. Era imposible que los chicos me hubieran podido encontrar.
― Subamos a Sir. ― Ese era Abbas estaba segura, pero no entendía como los chicos habían encontrado este lugar tan recóndito. A los pocos segundos vi una cabeza era Sirhan asomándose para intentar entrar por esa pequeña ventana.
― Ten cuidado Sir. ― Escuche a Velkan hablar. No pude ayudar a Sirhan a bajar de la ventana y se fue de bruces al piso.
― ¿Sir estas bien?
― Si Jess y ¿tú?
― Estoy bien pero no he podido soltarme. ― me gire y Sirhan con un solo movimiento pudo zafar el nudo de Ismael o Samael.