8 La Despedida

Nos fuimos a la empresa, sin decir una palabra recorrimos todo el camino usual. Antes de bajar, saca una correa de su bolsillo y la engancha con la gargantilla. Le gustaba mucho tener el control de todo y más que nada de mí. Al entrar las personas nos miraban hasta que desaparecíamos de su vista. La secretaria me miraba con odio, no lo podía ocultar. Esa mañana fue algo tranquila, Christopher no tenía ninguna reunión y solo nos quedamos en silencio en los sillones mientras revisaba sus papeles. Me dormí de lo aburrida que estaba hasta que me despertó ya que había venido un visitante inesperado. El señor Kano, apareció sin cita en la oficina, Christopher lo recibió ya que venía hablar conmigo.

-Buenos días señor Jhonsson, señorita Ginger- Se sentó frente a mí.

-Buenos días ¿Qué lo trae por aquí?- Christopher se sentó al lado mío.

-Vengo a informarles que recibimos reportes de que los traficantes están buscando a Ginger. Se anduvieron moviendo del lugar de donde estaban y ahora están siendo mucho más precavidos. Seguro se enteraron que andamos tras ellos cada vez más cerca, pero lo que llama la atención es que la quieren de vuelta y en eso no se están ocultando, es más nos están dejando pistas muy obvias, pero sin revelar su ubicación. Hay que tener cuidado ya que no sabemos que trucos pueden estar utilizando, necesitamos esconderla ya que saben que esta con usted y van a tratar de ir contra ti-

-No pueden acercarse a mí-

-Lo que también vengo a decir es que le encontramos una nueva ubicación fuera del país para Ginger. La semana que viene tenemos planeado llevarla, también le creamos una nueva identidad-

-Espero que me esté preguntando-

-Solo vengo a informarle que ya puede relajarse y volver a la vida cotidiana, ya no necesitamos este favor. Claro que seguiremos contando con su colaborando en la investigación-

-Quiero dejarle algo muy claro, Ginger me pertenece asique donde este yo esta ella- Mire a Christopher sorprendida.

-No quiero que lo malentienda…-

-No quiero que ustedes lo malentiendan, ella es mía ¿entendió?-

-Por ahora retrasaremos el viaje, este asunto se resolverá-

-Ginger, ve a la cafetería y tráeme un café- Me pare y salí de la oficina.

Estaba tenso el ambiente, menos mal que salí de ahí. Fui a la cafetería que quedaba en el primer piso. Había personas hablando y otras seguían trabajando mientras disfrutaban sus bebidas. Busqué el café y me fui al ascensor para volver. Luego de unos pisos entro la secretaria, ella quedo sorprendida.

-¿Qué haces, le llevas el café?-

Solo asentí.

-¿Ahora eres su secretaria? ¿ya no me lo va a pedir más? ¿Por qué no hablas? ¿te dijo que no me hablaras?- Se abrieron las puertas a unos dos pisos más debajo de la oficina de Christopher, me agarro del brazo y me arrastro hasta el baño.

Al entrar me tiro contra la pared. El vaso se me resbalo y se me cayó en la mano, en la ropa, todo el café caliente. Me queme, pero a ella no le importo.

-¿Sabes lo duro que trabaje para llegar a donde estoy ahora? ¿para que él me notara? Solo me habla de trabajo unas pocas palabras. Podía soportar eso ya que podía estar a su lado. Pero ahora resulta que viene una niña y me lo arrebata fácilmente. ¿Quién sos? ¿te acuestas con él? Ya se la respuesta a eso, es obvio que te acuestas con él, solo tengo que mirarlos, te pasea por todo el edificio con una correa para que los demás vean. ¿Qué eres su mascota?-

Asiento.

-¿Qué? ¿estás diciendo que de verdad eres su mascota?-

Asiento de nuevo.

-Esto es una broma de mal gusto, ¿te das cuenta que lo que estás diciendo no tiene sentido?. Eres una persona no un animal- Me agarro de los brazos y me sacudió.

-Solo eres una prostituta barata que se consiguió para jugar un rato. Sabes de todas las mujeres que ha tenido, la única que no desecho soy yo. Soy la única que se mantiene a su lado. No vas a durar mucho más, seguro juega contigo y luego te desecha. Mejor aún, ¿Por qué no le ahorramos el tiempo y te vas ahora mismo? La única que se quedara a su lado voy  a ser yo, asique mejor vete-

-No me puedo ir hasta que el amo me lo diga- Vi como su cara se transformaba.

-Maldita perra- Me dio una cachetada que me tiro al piso.

-¡Prostituta barata, no me importa lo que pienses tienes que irte!- Me agarro de los pelos y me los tiro.

Había enloquecido completamente. Pero lo peor de todo es que en lo único que pensaba era que Christopher se enojaría por haberme retrasado. Aunque quisiera liberarme de ella, estaba claro que estaba perdiendo. Sentí que paso una eternidad, tenía que volver con él o me iba a castigar. De repente unos hombres aparecieron y la agarraron. Glinda seguía sacudiéndose para liberarse. Uno de los guardias me ayudo a levantarme.

-¿Qué ocurre acá?- Christopher entro y me miro.

Vino hacia mi enojado y miro mi cara.

-¿Qué te paso? ¿Por qué estas sangrando y estas toda mojada? ¿y el café?-

-Lo siento, se me cayó- Escondí la mano que tenía quemada, estaba roja y me ardía.

Christopher me agarro la mano que escondí y la miro. Estaba enojado, seguro era por haber tirado su café.

-Llévenla a mi oficina. todas sus cosas las quiero fuera de esta empresa en cinco minutos o todos quedan en la calle con ella- Los guardias se la llevaron y quedamos solos.

Christopher me levanto y me sentó en la mesada del baño. El pañuelo que siempre llevaba, lo remojo y me lo paso en la lastimadura. Los anillos que llevaba Glinda, al pegarme, me termino cortando. Luego de eso fuimos a la oficina ya que ahí tenía un botiquín de primeros auxilios. Glinda se encontraba ahí, junto con unos guardias. Christopher primero me trato sin prestarle atención. Luego fue a hablar con ella.

-Queda claro que esta despedida. Se te despedirá como es correcto, ya que por desgracia las leyes me lo exigen, pero si fuera por mi te aria sufrir mucho por haberte atrevido de ponerle un dedo encima. Te quiero fuera de esta empresa y fuera de mi vista para siempre- Con una mano les ordeno a los guardias que se fueran.