Quiereme como sabes hacerlo....
Estaba acostumbrada a la calidez de la mañana en el campo, había olvidado cuán frío llegaba a ser la ciudad. Decidió salir a tempranas horas de la mañana para así evitar que todos quisieran acompañarla, no quería ser grosera con sus amigos, solo necesitaba un par de horas libres, sin embargo no se pudo negar ante la compañía de Azael, al menos podía tomarlo de la mano sin miedo a que alguien los vea.
— Te ves hermosa — sonríe sabiendo que su cabello es solo una maraña y que está enfundada en abrigo gigante, sus medias disparejas se podían apreciar y qué decir de su pantalón, quién diría que estaría en pijama en la ciudad. Jodido Jayden que dejó las maletas, al menos no tenía pantuflas sino unos zapatitos cerrados.
— Gracias, estar hermosa hasta sin ducharme es un atributo que nadie me puede negar. — si su madre viera lo poco femenina que ahora es le entraría a regaños y más al saber que desde que salió de la hacienda no se ha dado un baño.
— Ya tenemos algo en común — escruta a su compañero notando que hasta sin ducharse es un modelo.
— Jumm…al menos tienes ropa adecuada para entrar al hospital. Yo estoy modo espantapájaros.
— Debería tomarte una foto. Realmente te ves hermosa — no pudo evitar que sus mejillas se tornaran rosadas.
— ¿Lo dices para sumar puntos?
— No puedo decir algo que realmente no veo, te he dicho que te ves hermosa porque así es. Toda tu es demasiado sensual, tu sonrisa, cabello, tu forma de caminar, sonreír.— se acerca a ella rozando su mano en su piel — siempre me había preguntado qué se sentiría tenerte tan cerca, eres una completa original.
Su padre siempre ha dicho que la verdad se ve en la mirada, aquellos orbes la observan con una gran convicción, sus palabras sinceras y fuertes le hacen pensar que Azael es un hombre completo. Termina de cerrar la pequeña distancia que hay, por un momento se había recalcado la idea de no mostrar demasiado afecto, pero todo el tiempo ha sentido la necesidad de brindar todo de sí. Acaricia su barbilla mirando fijamente aquellas orbes. Se pone de puntillas rozando sus labios hasta sellarlos.
— ¿Ahora si me crees que eres bella? — la toma de la cintura — ¿romántico no?
Están cerca de la carretera principal, un lugar poco convencional para el romanticismo.A pesar de que descansaron en un motel de los suburbios le dio gracias mentalmente a Megan de que solo tuvieran que caminar unas cuantas cuadras para llegar al hospital.
— Volveré en una hora
— Pensé que irías al hospital
— Debo buscar algo de comer para todos
— Cierto. Te esperaré en cuanto termine de hablar con la dragona. — hace ademanes dirigiéndose hacia el hospital.
— ¡Dile a Cassandra que hay un ejército que le desea lo mejor!…
[...]
Su prima desde pequeña ha sido reacia hacia las personas, alguien sarcástica y demasiado cruel, sin embargo, verla postrada en aquella cama de hospital la hace ver como un pequeño gorrión. Su piel de alabastro con algunos moretones le dan la bienvenida mientras que la dueña de aquel cuerpo se mantiene dormida.
Se sienta en la orilla de la camilla sosteniendo un mechón de su cabello corto, sonríe al notar como su nariz respingada hace leves espasmos. Levanta su mano en dirección a sus pómulos.
— Me tocas y te juro que cuando salga te haré la vida imposible, perdedora.
— ¡Exclama su majestad! Pensé que estabas dormida.
— Sole le doy ventaja al enemigo ¿Qué haces aquí? no necesito ver tu cara de lástima.
— Ni aun toda moreteada deja de ser tan venenosa, cassie. Solo vine a ver como se encuentra mi prima “favorita”. Además, tus tíos se encuentran angustiados.
— Muy bien, ya me viste, me encuentro super bien , ya te puedes retirar — le señala la puerta — no estoy para aguantar cursilerias de familia, decidí ser condescendiente contigo un día y ya piensan que soy de azúcar.
— No me iré hasta que termine el turno de visita — aunque puede notar cierto enojo con Cassandra siempre ha mantenido la promesa que le hizo, siempre estar la una para la otra sin importar los obstáculos.
Desde pequeña Cassie ha sido cruel, desde que misteriosamente desaparecieron sus padres su prima no deja de ser tan mordaz. Aún recuerda la primera vez que llego a casa, una pequeña niña de su edad de mirada vacía, nunca la ha visto llorar, pero muy en fondo sabe que Cassandra lucha con una tormenta letal, sabe que tiene una carga muy pesada.
— ¿Por qué eres tan cruel con los que te quieren? Sabes que también te puedo ayudar con tus cargas.— se acerca cautelosa a desatar una discusión.
— Porque no soportan ni la más mínima situación. No necesito que me cuiden, sé manejarme sola y no quiero seguir esta estúpida conversación, deberías contarme sobre aquel hombre.
Entrecierra los ojos tratando de hallar la trampa detrás de todo, para evitar que aquella chica de mal humor se altere prefiere seguir los temas a conveniencia.— Bueno es algo complicado y fácil. No sé qué hacemos, ni para dónde vamos pero supongo que es una relación…
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Editado: 22.05.2022