15 de julio, 2013
Después de analizar y organizar todas las pruebas, puedo comenzar con las visitas a los futuros testigos y llevar a aquel bastardo protegido a juicio.
Mi teléfono suena en algún lugar de la oficina de mi padre, me pongo de pie y lo busco, atiendo sin ver quien es.
-Hola guapo -Saluda una voz melosa.
Alejo el teléfono y verifico el identificador «Veruska»
-¿Que me cuentas belleza?
Tal vez ese sea mi problema, no puedo ser malo con una mujer y eso les da ideas erróneas sobre un nosotros cuando aunque odie admitirlo no busco más que un poco de diversión.
-Tengo una bonita y nueva ropa interior y pensé que quizás quieras estrenarla -Susurra en un intento de voz seductora que honestamente me causa risa.
-¿En tu departamento? -cuestiono intentando ocultar la diversión en mi voz.
-Sí
-Voy para allá, espérame en esa hermosa ropa interior -cuelgo.
A los hombres nos atrae lo fácil, todo lo que sin problemas está dispuesta a satisfacerte para nosotros es suficiente.
Y es tonto de parte de las mujeres teniendo en sus manos todo el poder para atrapar a los hombres y no soltarlos jamás.
Voy hasta la biblioteca a despedirme de mi madre y la observo dormida con su libro favorito sobre el regazo.
Acaricio su cabello castaño y beso su frente.
-Mamá -la llamo e inmediatamente sus ojos empiezan a revolotear. Es una mujer con el sueño bastante ligero.
-Me quedé dormida otra vez -niega y se estira. -¿Te vas?
-Sí, tengo algo que hacer-murmuro esto último, entorna sus ojos y besa mi mejilla.
Al salir me encuentro con la mirada molesta de Maya.
-¿Cómo es eso de que tienes algo que hacer? -me reprocha cruzando los brazos.
-Ésta noche tienes que dormir conmigo Devon no está.
-¿Donde está él?
-Dijo que saldría con unos amigos y...no quiero dormir sola -su voz se quiebra en la última frase.
La atraigo a mí en un abrazo protector.
-No te dejaré sola jamás -beso su cabello. -Esperame en tu habitación.
Ella sube las escaleras y suspiro tomando mi celular para enviar un mensaje a Veruska.
No podrá ser ésta noche. Lo lamento.
Guardo el móvil y subo hasta la alcoba de mi hermana.
🌹🌹🌹
20 de julio, 2014
Reviso mi nevera por segunda vez en busca de algo para comer y como hace unos minutos está vacía.
Tomo una manzana del frutero y la engullo mientras pienso en ir hacer las compras pronto y que ésta noche cenaré en casa de mis padres.
Cuando uno decide irse a vivir solo no cuenta con que de alguna manera tiene que alimentarse y mas si es alguien como yo que apenas sabe freír un huevo.
El timbre suena y con una mueca me dispongo abrir.
Solo veo un cabello rubio antes de que alguien éste arriba de mi mordisqueando mi cuello.
-Veruska...para
Ella levanta mi camisa y toma el cierre de mis pantalones, sujeto sus manos antes de que logre desnudarme.
-Para -ordeno algo indignado de que ella simplemente llegue a mi casa y salte sobre mí.
-Ya no me buscas y tampoco me llamas ¿ya no te gusto? -sus labios comienzan a temblar y temo que haga una escena aquí.
-No puedes simplemente llegar así a mi departamento, aquí podría estar mi madre, hermana o mi hermano y no creo que sea cómodo para ellos precensiar algo como esto.
-¿Tienes a otra?
Paso una mano por mi cabello exasperado con su actitud tan infantil.
Sigilosamente da pequeños pasos hacia mi y lleva sus manos a mi cuello ocasionando que me incline hasta estar frente a sus labios.
Me besa y rápidamente sigo el beso. Apasionado y desesperado.
Bajo mis manos hasta su trasero y la acerco a mí tanto como puedo, ella gime sobre mis labios y es cuando pierdo todo el autocontrol.
La llevo hasta la pared y desabrocho loa botones de su camisa. Muerdo su pezón izquierdo por encima de la tela de encaje, ella guía sus besos a mi mandíbula.
Mentiría si digo que ésta mujer no sabe como calentarme, es la relación más larga que he tenido, no somos novios, pero nós entendemos a la perfección.
Escucho mi celular sonar, Veruska maldice y se aferra a mi como un koala, ocacionando que toda la calentura se esfume con ese acto.
Odio sentirme hostigado y definitivamente detesto que estén arriba de mi como zanguijuelas. La despego de mi y camino hasta la cocina donde se encuentra mi móvil.
-¿Sí?
-Dave, Te amo mucho, mucho -ruedo los ojos.
-¿Qué quieres Maya?
-Verás -empieza a decir y la interrumpo-: No, no veo, escucho.
-No me interrumpas Dave...en fin, necesito que vengas por mi al consultorio de la doctora Morell, Devon está en un examen sorpresa. -Resoplo diciendo que me otorge unos minutos y cuelgo.
Observo a la rubia frente a mí, un poco voluptuosa, pero de igual forma muy atractiva. Si sé quisiera un poco más, seria la novia perfecta.
-Tengo que ir por mi hermana ¿en que viniste? - Pone sus ojos en blanco.