EMMA
Tocan a mi puerta como si la vida de la persona que espera afuera dependiera de ello. Admito que estoy más dormida que despierta y con el cabello más alborotado que Marie Curie, pero bueno ella era una genio que importaba su cabello. Apenas abro la puerta cuando se me deja venir el cuerpo de mi gran y querido hermano con un efusivo abrazo que hace que despierte en el acto. ya lo extrañaba.
–pero si la princesa se ha despertado para su primer día de clases, ¿lista para ser la mejor en tu penúltimo año de universidad? — me mira con tanto entusiasmo pero antes de que diga algo ya está hablando de nuevo –bueno eres la mejor en todo lo que te propongas eso no tengo duda. Y no dudes en llamarme si algún imbécil se quiere ir de más contigo, eres mi hermana y nadie lo querrá hacer como todos estos años, pero siempre hay uno que otro despistado. – el mismo mensaje que me da cada año, mi hermano y mi padre son como mis guardaespaldas aún recuerdo a Ismael cuando conoció a Santiago le soltó la biblia de cómo debería cuidarme y eso es algo que me gusta poco ya que se defenderme y ellos lo saben. pero me miman como si fuese una pequeña que apenas tiene 3 años, como si no pudiera defenderme. tal vez todo el mundo me ve comoun corderito; frágil, sensible y a nada de ser deborada por el depredador.
–Ismael, tranquilo que nadie duda de tu palabra y yo no dejaré que nadie se vaya de más, se defenderme sola y si no puedo sé que en menos de lo que parpadeo te tendré en mis espaldas, solo quiero que me dejes ser y hacer; si te ocupo no dudaré en pedirte ayuda. –le sonrió y le doy una palmada en su hombro, somos mejores amigos nos hemos contado todo, siempre hemos sido inseparables.
Sale de mi habitación y aprovecho para tomar una ducha y arreglarme, es el primer día y Amelia siempre dice que debo ir vestida como una dama. Pero tengo 22 años y mi estilo a veces es muy variado, así que tomo una blusa blanca un blazer color coral y un short. Me dejó mi cabello suelto y dejó que mis rizos hagan su efecto.
Salgo de mi habitación y apenas alcanzo a papá en el comedor.
–pero si es mi pequeña niña, toda hermosa– mi padre es el hombre que me levanta el ánimo siempre, se pone de pie para darme un abrazo y llenarme de besos la coronilla. —eres la mejor y serás la mejor siempre, que te quedé muy grabado eso pequeña, eres mi orgullo mi futura psicóloga.
yo decidí irme por el lado de la salud, siempre me ha gustado la idea de ayudar a las demás personas. Y a veces las enfermedades mentales suelen ser peor que las físicas ya que estás no sabemos cómo sobrellevarlas, aunque la psicología no sea la mejor carrera pagada, es un placer estudiarla. ver como la gente cree en ti, siempre he dicho que un psicólogo es como una vela, te guía por el negro camino, aunque el viento agite su flama, tienes la certeza que si la enciendes te alumbrara de nuevo. no te va a juzgar y te va a ayuar a encontrar ese camino del cuál te creías perdido. estudiarla no es fácil, pues trabajamos con vidas y aunque ante la sociedad no seamos tan importante como un cardiólogo, también en nuestras manos esta la vida y el como apoyamos y damos a concer al paciente lo que debe mejorar.
y como saben, mi madre no estuvo de acuerdo a que su única hija estudiará algo tan "Básico" así llamo a la carrera de mis sueños, en cambio mi padre me ha apoyado en todo y lo agradezco infinitamente.
—yo también lo amo Israel, a hora si me permite tengo que irme si no llegaré tarde y eso es en contra de las leyes de la señora de la casa. —ríe ampliamente, mamá es una obsesa del control y lo sabe.
Llegó a la universidad y el chófer hace ademán de abrirme la puerta, pero lo detengo y le aviso que a la salida vendrán por mí, me despido y bajo a experimentar de nuevo la gran vida universitaria.
este será un año de mucho aprendizaje y presiento que será diferente.
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Editado: 15.11.2022