El miedo por salir si quiera de mi cuarto era horrible ahora venir al instituto se hizo presente en cuanto sonó mi alarma, pero con Oscar cuidándome, me sentía un poco mejor, lograba tener un poco de paz sabiendo que lo tenia protegiéndome.
Blake decidió que el me llevaría al instituto para asegurarse de mi cuidado, así que aquí estoy en el auto de Blake.
– ¿Por qué quisiste venir por mi?
– ¿Qué no puedo? – contesto cortante. – Ah ya se querías ver a tu novio Máx. – rodé los ojos, aun no me perdonaba el echo de haber terminado con Máx de manera oficial.
– ¿Celos? – comente burlona, Blake bufo. – No, solo que jamás habías querido venir por mi.
– Mi ex-mejor amigo te persigue, al igual que otro idiota, no me dejas protegerte, lo mínimo que puedo hacer es traerte y llevarte al instituto, para asegurarme que estas bien y viva. – sentenció.
– Pero que obsesivo eres Blake.
– Contigo, claro como no serlo. – volteé mi vista, no quería que me viera ruborizarme. – se que te pongo nerviosa. – diablos, el se estacionó y bajo del auto rápido para abrirme la puerta, le agradecí en un asentimiento con la cabeza y el sonrió, al bajar todas las miradas eran para nosotros.
– Vaya. – susurré, Blake poso su brazo alrededor de mi cuello, gire mi vista hacia su cara con intriga en mi mirada, regularmente no hacia esto.
– Para que les de más envidia. – una sonrisa se poso en mi rostro al escuchar eso departe de Blake, solo agache la vista y negué con la cabeza.
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El día ya había acabado me encontraba en mi habitación hablando por mensaje con Yess y Blake, cuando un mensaje de un número desconocido entro.
Desconocido
¿Crees estar a salvo?, no por que tengas a ese idiota como guardaespaldas quiere decir que me detendré.
Mi corazón se paro al leer el texto. ¿Debería decirle a Oscar? ¿A Blake?, mi cabeza comenzó a dolerme así que decidí dormirme mañana pensaría en una solución. Mi celular sonó otra vez, pero ahora era un llamada, mi corazón latió más rápido y de alguna forma el alivio me invadió al ver el nombre de Muchachote en la llamada entrante.
– Hola Nat. – se escucho su voz al otro lado de la línea.
– Hola Blake. – conteste con una sonrisa en mi rostro.
– ¿Estabas dormida? – me debatí entre si mentirle o contarle la verdad, que no podía dormir por un extraño y aterrador mensaje que había recibido.
– No. – me limite a contestar.
– ¿Estas bien? – preguntó serió.
– Si, si. – mentí.
– ¿Segura? – deja de hacer preguntas, no podre resistir mucho.
– Si, dime ¿Qué pasa? – cambie de tema.
– Nada solo quería escuchar tu voz.
– No digas esas cosas
– ¿Por qué?
– Por que, me haces sonrojar.
– Me gusta hacerte sonrojar.
– Mañana tenemos escuela.
– Lo se.
– Tenemos que dormir.
– Lo se.
–¿Podrías dejar de decir lo se y dejarme dormir? – Blake se río.
– Solo déjame hablar contigo hasta que te duermas, no puedo estar contigo ahora por que no me dejas, solo déjame escucharte hasta que alguno de los dos se duerma. – mi corazón comenzó a latir fuertemente se me olvido por completo el mensaje, solo me concentre en Blake en hablar con el y en que el cansancio no me ganara, su voz era como un calmante a decir verdad todo Blake era un calmante para mi.
Hablamos te todo y nada muchas veces tuve que aguantar la risa por las cosas que Blake decía, no quería que Vanessa escuchara y viniera a pedir explicaciones en su defecto Oscar.
– Te quiero Nat. – fue lo último que escuche de Blake hasta que me quede dormida con una sonrisa en mi rostro, yo también te quiero muchachote y no sabes cuanto, quise decir, pero mi cuerpo se relajo tanto al igual que mi mente y me quede dormida.