Mis ojos se abrieron poco a poco, paredes blancas, y aparatos a mi alrededor me recibieron. Unos mormullos se escucharon.
– ¿Cómo no se te ocurrió traerla al hospital?
– Mira con trabajos pude curarla un poco, estaba demasiado enojada.
– Si van a pelear, sálganse la paciente no tarda en despertar. – una tercera voz interrumpió a Oscar y Blake.
– Siempre pelean, ya me acostumbre. – hable con la boca seca.
– ¿Cómo se siente? – la enfermera se acerco a revisar algo en las máquinas, mientras que los chicos me veían con alivio.
– Me duele algo mi vientre y tengo sed. – trate de sentarme, pero mis brazos no ayudaron, Blake corrió en mi ayuda. – Gracias. – le sonreí y el me dio de vuelta un sonrisa coqueta.
– En seguida le traigo agua, y vendrá el doctor a verla. – se giro para salir, pero se paro en seco. – es mucho pedir que no hagan nada que moleste a la paciente. – ellos negaron. – Bien, enseguida vengo. – y salió.
– ¿Y Vane? – pregunte examinando el cuarto con la vista.
– Con Máx y sus padres. – mis ojos se abrieron, más de lo normal.
– ¿Y qué haces aquí animal? Ve con ella.
– Pero...
– Nada de peros. – lo corté. – yo no puedo estar con ella, así que muévete y ve con ella. – Oscar intento hablar pero Blake lo corto.
– Ya escuchaste lo que dijo la enfermera.
– Bien, me voy. – se acerco a darme un beso en mi frente. – te quiero, te veo en la noche. – salió corriendo, pero chocó con el doctor que venía entrando y la enfermera.
– Jóvenes. – la enfermera rodó los ojos, lo cual causo que riéramos.
– ¿Cómo se siente señorita Tomson? – el doctor vino hacia mi cuando Oscar echó a correr de nuevo.
– Bien, solo me duele un poco el estómago. – el asintió y anoto algo.
– La herida no fue tan profunda, hoy te daré de alta, pero necesito que alguien te cuide...
– Yo lo haré. – Blake corto al doctor.
– Bien te daré la lista de sus cuidados, ven conmigo por favor. – Blake beso mi mano, un gesto que me pareció hermoso, ellos salieron, y la enfermera me tendió mi ropa.
– Ese chico te quiere mucho. – habló la enfermera.
– ¿Por qué lo dice? – pregunte levantándome con algo de su ayuda.
– Llego aquí muy preocupado, te traía en brazos, los dos gritaban como locos, tenias mucha sangre en tu ropa, la lavamos y secamos. – me sonrió. – no lo dejes. – negué.
– No está en mis planes dejarlo. – me cambié por mi ropa y a poco tiempo Blake habló.
– ¿Lista? – me sonrió.
– Lista.
(•••)
Quince minutos después estábamos en el auto de Blake, pero me extrañe por que el camino que seguíamos no íbamos a mi departamento.
– ¿A dónde vamos Blake? – pregunte viendo la carretera.
– A mi casa. – habló en tono despreocupado.
–¿Tu casa? ¿Por qué? – gire a verlo, pero el tenía su vista en la carretera.
– Ni creas que te dejare sola.
– Pero no voy a estar sola, ahí estarán Oscar y Vane.
– Yo te voy a cuidar. – entramos en una calle y enfrente estaba un edificio grande.
– Creí que iríamos a tu casa.
– Esta es mi casa, Morgan esta de viaje con Janeth y Yess, regresaran en un par de días. – Blake entró en el estacionamiento, el bajo y abrió mi puerta.
Caminamos juntos hacia el elevador, Blake presionó el botón del décimo piso, el último piso a decir verdad.
Entramos a su departamento, tenía algunas fotos con Yess, Morgan y Janeth, unas pocas con Jhon y Alex. Pero hubo una que me llamo mucho la atención Blake y Camila sonreían en aquella foto.
– Tienes que descansar. – se acerco por detrás mío Blake y me abrazo por la cintura.
– Bien. – teníamos muchísimas cosas de que hablar y arreglar, pero por ahora no quería pelear con Blake, quería sentirme protegida.
Y ahora más que nada necesitaba de todo el cariño y protección que pudiera sentir, aún estaba en mi mente toda la información proporcionada, el que mi verdadera familia me quisiera muerta y dañarme era algo que me hacia poner tan nerviosa.