Sucesos en el lapso del epilogo.
Un mes desde que Nat se fue.
Blake.
Un golpe fuerte en el costal de box hace que caiga del lugar donde estaba retenido, mi puño queda en el lugar donde antes estaba el costal, los nudillos me arden y están llenos de sangre, no siento mucha movilidad en la mano, solo puedo sentir el dolor, que no se asemeja en nada al que siento en el pecho, justo en el corazón.
Hace un mes que Nat me abandono.
Hace un mes que mi corazón se rompió.
Hace un mes que no duermo.
Hace un mes en que mi vida a ido a la mierda.
– Blake. – la voz de Máx se hace presente en el espacio que tengo para entrenar dentro del gimnasio de las ligas mayores, este a sido mi hogar desde que ella se fue.
– Ahora que quieres. – contesto arto de que siempre venga a verme.
– Necesitamos hablar. – se cruza de brazos en uno de los lockers que tengo a mi lado.
– Yo no tengo nada de que hablar contigo, todo lo que teníamos ya se resolvió.
– Tu sabes que no, ¿qué no vas a hacer nada por ir a buscarla? – dirigí mi vista furioso a el, pues todos tenían prohibido mencionar su nombre o si quiera insinuarla en frente de mi, me dolía el que ella se fuera.
– No te atrevas a mencionarla, y ya déjame en paz, te cedi todo el poder a de la mafia no tengo nada que ver contigo ni tus negocios. – me gire dispuesto a largarme de ahí, necesitaba alcohol en mi sistema.
– Loui se escapo. – me detuve en mi lugar al escuchar eso.
– ¿Qué acabas de decir?
– Hoy en la maña alguien lo ayudo a huir. – fui directo a su lugar y lo tome por el cuello de su camisa estrellándolo contra un locker.
– Y como carajos se te fue a escapar. – no pude perder a la mujer que amo para que ese imbécil este libre.
– Hay un soplon y presiento que Chace fue quien lo ayudo.
– Escúchame bien, te voy a ayudar a atraparlo solo por que no quiero que ella corra riesgo donde quiera que este. – a decir verdad se me había echo muy rara forma de que se haya ido, ella más que nadie quería que Loui pagara, por eso me desconcertó la posición que tomo cuando le dije que lo habíamos atrapado, pero no la culpo, era un infierno el tener que vivir con el echo de que tu propio padre te quisiera matar, ahora sumarle la carga de estar conmigo y soportar como reaccionaba cada que me enojaba.
– No vine a pedri tu ayuda, solo viene a avisarte, si quieres ayudar eres bienvenido, no voy a quitarte tu puesto en la mafia. – lo azote de nuevo y lo solté dándome la vuelta para salir de ahí y correr al departamento de Nat, hace un mes que no venía aquí por el temor de los recuerdos, y el quizá cruzármela aunque todos me había confirmado que ella ya se había ido, después de que ella se fue rompí todo contacto con Oscar y Vanessa, Yess tampoco no era mucho de hablar al respecto.
Estaba por llegar a la puerta que daba al departamento de Nat, cuando Oscar apareció en el pasillo.
– ¿Tu qué haces aquí? – me veía con cierto temor y desconcierto.
– Vine solo a recoger mis cosas. – mentí, quería verla necesitaba volver a inhalar su olor, una pequeña dosis de felicidad y recuerdos.
– Ella no esta aquí. – lo ignore y metí la llave que ella me había dado hace tiempo atrás en la cerradura.
Me adentre en su departamento y fui directo a su cuarto el cual estaba cerrado, el golpe de realidad me invadió al ver todo tal cual lo recordaba, tome el recuadro de la foto que tenia en su mesita de noche de nosotros, el dolor se intensificaba más al recordar esos momentos. Con la foto en mano me acosté en su cama para poder oler mejor su perfume, sentir su olor me di cuenta que lo estaba arruinando con mi espantoso olor a sudor por haber corrido hasta acá y además de haber estado entrenando.
Me levante de mi lugar y me dirigí al lado del closet donde había dejado algunas de mis cosas tiempo atrás cuando mi hirieron y acordamos que ella me cuidaría y me quedaría aquí por un tiempo, tome una de mis playeras al igual que uno de mis pantalones, cuando tire de uno de estos un sobre Para mi Bestia escrito en este cayo. Tome el sobre extrañado y me volví a sentar en la cama para leer el contenido.
Al terminar de leerlo, todo comenzó a tener sentido en mi cabeza, la ida y cambio tan repentino de Nat, no era por su voluntad alguien la estaba obligando, salí de su cuarto para buscar a la única persona que me daría respuestas.
– ¡Por que diablos no me dijiste que la estaban amenazando! – tome del hombro a Oscar para encararlo.
– ¡Por que yo tampoco sabia hasta hace dos semanas que vi lo mismo que tu! – me contesto furioso y pude notar dolido.
– ¿El fue?, ¿Chace se la llevo?
– Si. – solo eso basto para que mi furia se desatara aún más.
– ¡¿Y no has echo nada por traerla de vuelta?!
– ¡¿Qué crees que he estado haciendo idiota?! – me contesto de vuelta.
– ¡No veo resultados! – el me la volvio a quitar.
– ¡Por que no puedo solo! ¡no se a donde se la a llevado! – lo solte para poder pensar con más claridad.
– La voy a traer de vuelta. – le di la espalda dispuesto a salir pero me detuve. – voy a necesitarte a mi lado vamos a matar a ese hijo de puta que me quito al amor de mi vida. – sali del departamento de Nat con el sobre en la mano dispuesto.
Han despertado a la Bestia.
Y la Bestia quiere sangre y a su mujer, cueste lo que cueste, así aún tenga que tomar mi puesto en la mafia para traerla de vuelta conmigo a mi lado.