-¿Cómo estuvo la nueva cama?- le pregunte por la mañana bien temprano
-bien gracias, dormí de maravilla
- ¿Qué fue lo que soñaste?- me interese por saberlo
-desde algún tiempo que no tengo sueños
Es extraño que no sueñe, ¿qué le sucederá?, quizás solo no lo recuerda, tal vez para él no son de interés, es lo único que se me ocurre hasta el momento, a veces yo también olvido que es lo que he soñado.
a la hora del almuerzo comencé a cocinar fideos , es lo único que se me da mejor, además es lo más rápido, al darme la vuelta me asuste un poco, al ver al chico detrás de mí, aun no me he acostumbrado a su presencia, lo invite a almorzar pero me respondió que no tenía apetito
-vallamos a la estación de policías, por favor- me pido Edwin
-iremos esta misma tarde- le asegure
Salimos a eso de las 17:54, pero Edwin se arrepintió ya que le sucedió algo que lo dejo muy contrariado, al regresar a casa me pregunto si poseía un computador, le preste mi notebook, se sorprendió mucho, tanto que le era difícil de creer que eso fuera un computador, se lo llevo a la habitación donde se encerró, y no salió hasta el otro día.
Invite a casa a, un amigo de la villa, a que me ayudara a llevar a la municipalidad, una maqueta que había diseñado para un concurso, lugar en el cual me encontré a Rosalía haciendo fila para presentar también su proyecto
-No sabía que concursarías- me sorprendí
-no hablamos mucho últimamente
-sí, tienes que venir a mi casa- le insistí
-no, ni loca, ven tu a mi casa, es lo mejor
Creí que ella ya había dejado atrás aquel tema, pero obviamente no era así, una vez que nos desocupamos, decidí contarle a ambos sobre Edwin, pero recordé que le había prometido que no le contaría a nadie sobre él, me es un poco difícil guardar tal secreto, creí que sería seguro que alguien estuviera al tanto, ya que no confió para nada ahora en tal extraño chico, pero una promesa se debe cumplir.
-tratare de ir a tu casa, no podemos dejar que nuestra amistad, termine así- dije acongojada
-tienes toda la razón amiga, ven cuando quieras
Rosalía me dio un abrazo, haciéndome sentir que de verdad estaría todo bien, pero solo nos engañamos a nosotras mismas, ella no entenderá que un chico desconocido está quedándose en mi casa, ella no querrá ni si quiera ayudarme
-estaré llamándote- me despedí de ella
Necesitaba saber qué fue lo que busco Edwin en mi notebook, espero que los registros no se hayan borrado, al regresar a casa me encontré con la sorpresa que mis padres ya habían llegado del trabajo, y lo peor es que entre llamando a Edwin, ellos me consultaron a quien llamaba
-es la letra de una canción- tuve que inventar el resto de la supuesta canción
-¿aún no sabes bien la letra?- me pregunto mi papá
-sí, es que es nueva
Me encerré en la pieza, no quería que me interrumpieran, encendí el notebook y de inmediato busque si existía algún registro y así fue, pero al abrir la página esta ya había expirado, ¡que inconveniente!, quizás Kevin encuentre la manera de averiguar que páginas web busco Edwin, me comunique con mi amigo por celular
-necesito de tu ayuda, es urgente
-¿Qué sucedió?, ¿acaso tu laptop no funciona?
-no es eso, ven por favor
Dentro de algunas horas llego Kevin, quien parecía estar molesto por mi llamada, al parecer acaba de almorzar y le había quitado sus minutos para acabar el postre, le comente lo sucedido y este me ayudo con lo que necesitaba saber
-al parecer la página informaba sobre el reflejo de los espejos
-ah, no recordaba de que trataba- le mentí
-¿hacías un trabajo sobre eso?
-exactamente, fue hace tiempo igual
Aun no estimo conveniente decirle a mi amigo sobre Edwin, sé que debo confiar en Kevin y no guardarle secretos, pero es que él todo lo cuenta.
-¿puedo marcharme ya?
-claro, gracias por tu ayuda, saldos a Rosalía
-si, como tú digas- salió apresuradamente
Quizás también haya sentido la misma sensación que su hermana, me pregunto porque Edwin buscaría información sobre el reflejo de los espejos, busque una página relacionada con el mismo tema, pero solo leí información que ya sabía, además eso en que podría relacionarse con el chico extraño, acaso le gustaban los espejos o es que quiere saber cómo se fabrican, tendré que preguntarle
-¿te gustan los espejos?- fui a su habitación
-no, pero me llaman la atención
-¿la atención?, ¿a qué te refieres?
-son muy extraños, créeme- dijo con voz casi tenebrosa
No quiso seguir hablando del tema, creí que quizás había tenido alguna mala experiencia.
Mi mamá se había dado cuenta que cada día me encerraba en la habitación de huésped por horas, ella estaba curiosa por saber que hacia tanto tiempo ay
-estoy aprendiendo yoga, buscando mi yo interior
-que interesante hija, podrías enseñarle a tu tía
-claro, cuando ella guste, mamá
Ella no me creyó mucho, pero no le quedaba otra alternativa, no tenía otra razón en mente que pudiera funcionar.