Son las 2:34 a.m hora colombiana.
No puedo dormir, me duele la mandíbula de tanto tensarla y la cabeza de tanto llorar. Hoy por primera vez sentí vergüenza al pedirle a mi esposo que me abrazara.
No hemos discutido, simplemente me ha dicho que me ama incluso cuando yo misma no lo hago y eso me ha destruido.
Él ve en mí una mujer hermosa, segura de si misma, inteligente y valiosa pero al verme al espejo me cuesta reflejarme en sus palabras; ahora más que nunca me siento vulnerable, me siento diminuta. Hoy más que nunca soy consciente de mis defectos, mis traumas y constantes derrotas. Hoy más que nunca estoy segura de que no todos nacimos para ser astronautas.
Desde los tres años he bailado, desde que tengo uso de razón canto y escribo; primero canciones (pésimas canciones) y luego historias. Nunca fui la mejor de la clase pero tampoco la peor, nunca fui la primera opción y ciertamente nunca fui popular.
En el colegio se burlaban de mí porque mi ropa no era "nueva", se burlaban cuando cantaba e incluso me pedían que me postulara a eventos en donde una de vez pie frente a todos nunca me escogían.
En la universidad se burlaban de mis zapatos, debí dejar karate porque a veces no tenía dinero para almorzar y de igual modo no era ni la mejor ni la peor de las clases.
Tengo muchos conocidos pero pocos amigos, mis mejores amigas del colegio desaparecieron al crear sus vidas dejando en el camino mensajes ocasionales y alegrías selectivas. Desde luego no hago parte de ninguna de esas selecciones.
No tengo trabajo, la depresión y ansiedad me han subido de peso y he encontrado alivio en mis pequeños logros virtuales, refiriéndome con estos a las tres personas que constantemente leen mis historias.
Mi grupo de amigos se ha reducido a los amigos de mi esposo, no puedo ayudar a mi familia como me hubiese gustado. Perdí a mi abuela y a la única persona que me creía inteligente; mi padre.
Siento que no aprendí nada en la universidad y que el mundo laboral me comerá viva, pero no veo la hora de empezar a laborar en lo que me gusta, aunque en oportunidades llegué a cuestionarme sobre si la arquitectura había sido una buena elección.
Me da miedo la muerte, desde pequeña tuve ataques de pánico ante el final inminente. Me gusta ir a karaoke a ver cantar a los demás, pero me rehúso a tomar un micrófono y que vuelvan a burlarse de mí.
A pesar de todo lo anterior desde que me casé no escucho más que palabras hermosas, aunque en ocasiones no me siento bonita mi esposo me anima a tal punto que creer que soy imparable y que puedo robarme el mundo.
Me ha comentado que sus amigos lo felicitan por tenerme a su lado como si fuera él quien no me mereciera. Me ama sin condiciones, a pesar de estar triste. Me ama sin condiciones, a pesar de haber cambiado físicamente.
Me ha dicho que para pedir debo dar y me ha dicho que para pedirle a la vida una mujer como yo primero debió dar y dio todo sus defectos haciendo de ellos fortalezas que lo hicieran suficiente y digno incluso cuando le decían que no lo era.
Me ha dicho que agradece diariamente mi presencia y me ha pedido que de para recibir; que le demuestre a la vida que soy suficiente y soy digna.
Por primera vez he hablado en voz alta mis inseguridades, las he aceptado y estoy dispuesta a dejarlas atrás, por primera vez soy consciente de como mis demonios han creado una dualidad en mi persona, hoy finalmente me encuentro en paz sabiendo que "no seré astronauta" y sé finalmente que ESO ESTÁ PERFECTAMENTE BIEN.
El colapso mental que tuve me hizo darme cuenta además que soy buena escribiendo, que soy una persona creativa y, oye, quizá ¡no canto tan mal! Que soy buena organizando y hablando frente a multitudes. Que me encanta bailar frente a cientos de personas y ganar premios con mi grupo de danza, me fascina la historia y sobretodo la arquitectura, me he dado cuenta que es normal sentir temor al salir al campo laboral pues la experiencia lo es todo y que yo adquiriré experiencia a través de los años.
He encontrado en el arte del maquillaje una actividad terapéutica que me centra en mis pensamientos creativos y de paso me hace lucir hermosa. Me he dado cuenta que los amigos de mi esposo también son mis amigos y sobretodo he aprendido que tener pocos amigos es magnífico pues me obliga a considerar a todos por igual.
Esta entrada la hice para desahogarme, para sacar finalmente todo lo que me aqueja y esperar que al menos esta parte de mi vida sea el vinculo positivo para que si tú que estás leyendo esto pasas por algo similar o simplemente te sientes insuficiente veas como yo la luz al final del túnel.
No tengas miedo de escribir, cantar, bailar, o hacer cualquier actividad que te guste, calla tus demonios y no dejes que te engullan, será difícil pero no imposible. Llora todo lo que debas llorar, usa la catarsis para tu beneficio.
Siempre hay luz al final del túnel.
Besos, Z
LA CANCIÓN MEDICINE DE DAUGHTERS ME AYUDÓ A ENTENDER FINALMENTE MUCHAS COSAS