XXVI

AARON.

—¿Cómo que está en peligro?.

—Cuando el señor se dio cuenta de que ella no estaba.... Rompió todo lo que encontro y ordenó a todos los empleados que abandonarán la propiedad, al última vez que lo vi así fue.......—se quedó callada.

—¿Cuándo?.

—Cuabeo murió la señora Katherine.

—¿Katherine?, ¿la madre de Alinet?—asiente—esta diciendo que él.... ¿La mató?.

—No lo sabemos, pero todos los que ya estábamos trabajando para la casa en ese entonces, lo suponemos, él siempre la golpeaba.

—Alguna vez... A golpeado a Alinet—con tan solo decirlo me duele.

—No, o al menos no que yo sepa—eso me relajó—Pero hoy estaba irreconocible.

—Necesito entrar, ¿sabe por dónde puedo entrar?.

—Dejé la ventana de la cocina abierta. 

—Gracias.

Salí corriendo y seguí todas las instrucciones de la anciana, hasta que di con una ventana, me subí y logré entrar, todo estaba oscuro, en silencio, seguí caminando entre pasillos, hasta que la vi. Sentada en una silla, solo podía ver la parte de atrás y a un lado estaba su padre acariciando su cabello.

—Shhh, duerme princesa—hablala bajito, como cuando arullas a un bebé—Duerme.

Vi la pistola, estaba en la mesa, tenía que golpearlo con algo, era mi oportunidad estaba distraído. Tomé una botella de vino que estaba en una pequeña mesa.

—¿Qué haces?—se volteó, me apunto con la pistola.

—No sabe lo que está haciendo, es su hija.

—No te metas—hablaba firme, pero su mano temblaba—Lárgate antes de que te mate—comencé a acercarme poco a poco, hasta que estuve lo suficientemente cerca para darle un puñetazo  cayó al piso.

Me acerque rápido a Alinet, y fue cuándo la vi, estaba cubierta de sangre, casi irreconocible, su blusa estába abierta y pude ver una F escrita un poco más arriba de su vientre. Me daban ganas de llorar de verla, no reaccionaba estaba con la mirada perdida. Tomé su rostro entre mis manos.

—Te voy a sacar de aquí, vas a estar bien lo juro.

—Él la mató—su mirada sigue perdía, pero susurra eso una y otra vez.