Bittersweet Love

Capítulo 4

Hay alguien realmente agradable

Despierto escuchando un gran estruendo, me levanto bruscamente, me levanto dispara a la cocina, donde encuentro a mi madre recogiendo el tazón de cristal que se le cayó.

-Oh, cariño, perdoname- dice mi madre alzando su mirada

-Mamá, cuidado, podrias lastimarte- digo inclinandome a levantarse

-¿QUE PASO? ¿QUE SUCEDE?- entra papá gritando, y muy preocupado- Clarisa, ¿te lastimaste?- le pregunta a mi madre acercandose

-No cariño, solo se me cayó el tazón- le dice a papá

-Un día nos vas a matar del susto- dice papá agarrandose del pecho- bueno, Erin ¿Te llevo hoy a la ecuela?- preguntame ya sonriendome mientras abraza a mamá

-Sí, esta bien, nada más me visto- paá aseinte y salgo de la cocina.

Entro, voy a mi ropero, observo, bien, mi ropa solo consiste en ropas neutras, quiero decir, colores como azul, verde, rojo (oscuro), unas que otras de color claro como melón, azul cielo, blanca, y mi ropa favorita que no puede faltar, de color negro. No soy dark ni nada de eso, pero no soy fan de los colores muy vivos, en especial el rosa. No lo pienso más y me pongo una blusa estilo campesina de color azul claro, con unos jens, me peino mi cabello castaño que me llega arriba de los hombros, me pongo algo de rimel, labial carmín, delineador.

Esperen un momento. ¿¡Por qué rayos me estoy arreglando tanto!?

Es simple, una palabra, Dario

¿QUÉ? No, no, debo estar loca, mejor me desmaquillo. Estoy por quitarme todo cuando entra mi padre

-¿Estás lista?, ya es tarde- dice él apurado, miro el reloj y abro los ojos como platos

-Oh Dios mío ¿Tan tarde es?- expreso con sorpresa

-Sí, di gracias que tu madre te desperto con su acción despistada- dice mi padre rodando los ojos

-Ahorita salgo- digo divertida

Mi padre asiente y se va, bufo con pesades, agarro mi bulto y salgo.

-Hija- habla mi madre con uan sonrisa que me hace desconfiar

-Mande- digo entre cerrando mis ojos

-¿Por qué me miras así?- me riñe

-Porque cuando pones esa cara, es por que algo absurdo me vas a decir- digo obvia, abre la boca indignada

-Erin Sandoval Carmona, ¿Cómo puedes decir eso? siempre digo la verdad- dice ella fingiendo estar ofendida

-Lo siento, pero dime ¿qué pasó?- digo abrazandola

-¿Estás así de arreglada por ese chico?- dice con una sonrisa picarona

-¿Ves? te lo dije, mamá me voy, se me hace tarde- digo acusandola

Ella solo ríe a carcacadas, salgo con una sonrisa sin que lo vea, entro al auto donde papá ya lo ha encendido

-¿Que peleas con tu madre? - dice papá divertido

-Cosas de ella- digo negando divertida

-Siempre- dice papá de la misma forma

En el transcurso del camino papá me cuenta como le va en su trabajo, bien, lo que hace mi padre es estar en una empresa pensando en nuevas formas de entretener al público, algo así como un locutor de radio. Me habla sobre los nuevos guiones que él y su amigo están haciendo.

-Listo cariño- dice papá estacionandose al frente de la escuela

-Gracias papá- digo con una sonrisa- nos vemos al rato- termino de decir para despedirme de él con un beso en la mejilla.

Camino hasta entrar a la escuela, busco el pasillo que me lleva al laboratoria de física, entro pero no hay nadie, frunzo el ceño, escucho una exclamación

-Oh, Erin, ¿no te llegó el mensaje de la profesora?- dice Amanda, una compañera de esta clase

-¿Mensaje?- pregunto muy confundida

Ella saca su celular, busca, y me lo extiende, lo agarro, es el mensaje de la maestra diciendo que cancelaba sus dos horas de clase

-Genial- digo con pesadez

-Lo siento- dice Amanda con una mueca

-No importa- le digo con una sonrisa

Ella me responde de la misma forma para luego irse, bufo, salgo del salón y comienzo a caminar hacia las canchas, llego, me siento en las bancas, empiezo a observar cada parte de ahí cuando toda mi atención cae en él.

Tiene su ceño fruncido, esta completamnete concentrado, hace una, dos, tres, cuatro dominadas al balón, sigue dominandolo con cada parte de su cuerpo, viendolo bien, tiene cabello negro a la vista se ve suave que dan ganar de tocar, ojos color miel, tez clara, de cuerpo, bueno, debo admitirlo, está como quiere, musculos tonificados, espalda ancha, torso...

El recuerdo de como me jaló por la cintura llegan a mi mente "Me niego a dejarte en paz" resuenan sus palabras en mi cabeza. Sacudo con fuerza mi cabeza para sacar todo pensamiento de él, volteo a verlo, creo que siente mi mirada, pues él la alza y choca con la mía, instintivamente cambio mi mirada a otra parte, de reojo veo como se acerca, trato de ignorarlo, cuando está a unos metros me tira el balón en los pies

-¿Vas a comenzar?- espeto molesta

-¿Yo empecé? creo que fuiste tú- dice él enarcando una ceja

-¿Qué dices?- pregunto confundida

-Tú empezaste viendome con cara de enamorada- dice burlón

Abro mis ojos sorprendida

-¿Q.q.que dices?- tartamudeo- No te estaba viendo- digo a la defensiva

-¿No? ¿Y que estabas viendo?- dice acercandose más a mí

-Estaba viendo...- observo atrás de él, veo el arbol- el árbol de ahí- digo señalando a aquel

-¿Crees que nací ayer?- pregunta inclinandose quedando frente de mí

-Por el tamaño de tu cerebro, sí- me burlo

-Siempre trato de ser bueno, pero me la pones muy difícil- dice él alejandose

-¿Bueno?- pregunto irónicamente

-Sí Erin, lo trato- dice en una mueca

-Bien- digo rodando los ojos- ¿Qué te parece un juego amistoso- digo parandome para luego recoger el balón.

Él sonríe y asiente

-Bien, vamos- habla entusiasmado

Me río y caminamos al centro de la cancha, pongo el balón en medio

-Tú primero- dice

-Bien- digo sonriendole

Y así es como comenzó el juego entre los dos, entre risas, diversión.




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