Capítulo 9.-

Olivia:

La luz del día comenzaba a entrar por la ventana y el doctor me revisaba nuevamente, Ruth llego e hizo que mi madre fuera a casa a descansar, ella se quedó toda la noche conmigo disculpándose, según ella si se hubiera regresado conmigo nada de esto hubiera pasado, después de rato me quede sola en la habitación con el doctor y la enfermera, Ruth había salido por algo para tomar.

—Olivia— el médico me miró fijamente— ya te puedes ir a tu casa te daré el alta—me sonrió— aparte de la fractura de tu brazo parece que todo está bien, solo te recomiendo que veas a un psicólogo.

— ¿Disculpe...?— volteó a mirarme— me está diciendo loca — el doctor comenzó a reír

—No, Olivia esa es la razón por la que quiero que veas a un psicólogo, este tipo de traumas es difícil de superar, hay personas que después de accidentes fuertes no vuelven a subir a coches porque les causa ansiedad.

— Lo sé y créame estoy bien, ya pasé por algo parecido hace tiempo, así que esto no se compara. — le sonreí.

—Comenzaré el papeleo para que te den el alta, en 15 días te quiero de vuelta para revisar la fractura y ver si no será necesaria una cirugía.
Después de unas horas ya estaba en casa, estaba recostada en la cama mirándolos rayos del sol que entraban por la ventana que tenía mi habitación, pensando todo lo que vi durante el choque, preguntas iban y venían ¿Por qué llamaba a Liam en mi recuerdo? Antes ni siquiera lo conocía ¿Quién diablos fue la voz que escuche? ¿Saldrá cara la reparación de su auto? — ¡Maldición!— grité ante mi confusión en ese momento tocaron la puerta.

—Está abierto ma... entra— dije sin voltear solo contemplaba un pajarillo que estaba afuera, escuche que abrieron la puerta, me di cuenta por el rechinar de la madera, pasos comenzaron a acercarse a mí— no quiero nada de comer mamá, ya te lo dije comí en el hospital, estoy bien no entiendo por qué...— di media vuelta sobre mi cama y me encontré con una gran sonrisa burlona — ¡Liam! Tú... ¿Qué haces aquí? — Lo miré confundida.

—Tenemos un proyecto ¿Recuerdas?— se quitó su mochila la abrió saco la novela de Romeo y Julieta y me la arrojó.

— ¡Oye! Estoy incapacitada — finji un desmayo.

—No reprobaré el año por ti— arrojó más cosas sobre la cama —aparte de eso te necesito en la escuela mañana, no creas que haré la exposición yo solo, yo creo que el accidente fue a propósito para no hacer la tarea— comenzó a reír — ya descansaste mucho tienes dos días tirada en la cama.

—Tarado — rodé los ojos — antes dime ¿cuanto te debo? — me senté en la orilla de la cama

— ¿De qué?—se sentó en la alfombra mientras rebuscaba en su mochila.

—Por tu auto, te ayudaré a pagarlo…

—No... ¿Cuál auto?— me miró con el ceño fruncido. — no recuerdo ningún auto.

— ¡Oh por dios! Si estoy loca, ahora entiendo por qué el doctor me envió al psicólogo.— Bromee

—Diablos — comenzó a reír— debes de relajarte un poco, claro que lo recuerdo, pero no te cobraré una chatarra, aparte yo conducía, yo debería pagar los gastos médicos.

— ¿Chatarra?...¡estás loco, pero si era un auto del año!— él seguía riendo.

—Olvídalo, mi padre lo resolverá, nosotros tenemos que concentrarnos en terminar esto... y ahora ¿Qué se supone que tenemos que hacer?

—Ni idea —lo miré fijamente — bueno espera aquí, iré por botanas a la cocina  ya me dió hambre¿Quieres algo?— negó rápidamente — ahora regreso.



Liam

Salió de la habitación y me puse a inspeccionarla en lo que regresaba, mire algunas fotografías de su familia y algunos amigos que estaban pegadas en su pared, un pequeño librero con algunas novelas juveniles y lecturas para la escuela, encontré un pequeño cofre de madera con un símbolo extraño en él, pero bastante familiar…

— Traje palomitas, ¿Me ayudas?

— Si claro — me acerque a ella y le ayude con el recipiente y lo puse en el suelo, tome la cartulina y comenzamos a escribir sobre el tema, pegamos algunas imágenes que yo había sacado del Internet y hablamos sobre la obra. Pasaron las horas y terminamos el proyecto, la plática era tan interesante que me quedé más tiempo con ella, las palomitas se habían terminado, estaba disfrutando verdaderamente su compañía.

—Note... el pequeño cofre que tienes en aquel estante, te molestaría si pregunto ¿Qué es? Me llamo la atención el símbolo — Dije mientras recogíamos todo el tiradero que teníamos.

—Es un alhajero, mi madre me dijo que cuando nací en el hospital se lo obsequiaron junto…

— ¡Olivia! Hija, ya regresé — Gritó su madre.

—Bueno, yo ya me voy— tomé mi mochila— es tarde nos vemos mañana en la escuela, no olvides el proyecto — ella asintió y yo sali de su casa  no son antes despedirme de su madre. El símbolo grabado en el pequeño baúl podría jurar que es de uno de los clanes más poderosos del mundo, tal vez ella si es descendiente, al final mi padre tampoco me confirmó nada y si en verdad lo es entonces mi vida quedó enlazada a ella la otra noche y no podré hacer nada al respecto…