Capítulo 13.-

Olivia

Ya habían pasado unas cuantas semanas del accidente así que hoy por fin me quitarían el yeso del brazo, me alegre de que no necesitaría cirugía por qué se acercaba la fiesta de Halloween que organizaba la escuela para recaudar fondos para la fiesta de día de muertos, lo se no tiene lógica pero igual no quería ir vestida de momia así que procuré tener mucho cuidado todo este tiempo para que el hueso sanara rápido.
Había llegado otro estudiante nuevo a la preparatoria, claro en otro salón, no entendía por que últimamente llegaban tantos alumnos, aún que creo saber la razón, por ahí se rumoreaba que dejaban entrar alumnos de dudoso informe académico, solo se tenía que contribuir muy bien monetariamente a la escuela para que los matricularan.
Dante Ventrue él era la nueva conquista de Amber, aún que al parecer ese chico la friendzoneaba bastante y Liam ya había pasado a segundo plano al no ser carne fresca para ella.

―Hola, mejor amiga ― Se sentó Max junto a mí.

― Otra vez con eso que no soy tu amiga ― Lo mire y levanté una ceja.

― Si lo eres ― me sonrió ― toma esto ― dejo un pequeño chocolate kiss sobre mi escritorio.

― Gracias...— comencé a quitarle el envoltorio

― Ya que no te puedo dar un "Kiss" real, te doy uno de chocolate ― sonrió y se levantó rápido para dirigirse a su lugar, hermanos tenían que ser, siento que su familia está llena de locos.

―Buenos días, Jóvenes, saquen un lápiz y un borrador que hoy hay examen exprés.― Todos comenzaron a quejarse.

―Hola ― Me susurró Liam al llegar a su asiento, yo solo le sonreí, tenía una semana portándose algo intenso, a veces me hablaba, a veces no, me molestaba, parecía niño de kínder, en pocas palabras estaba siendo un cretino conmigo, llegué a pedir el cambio de compañero, porque ya no lo soportaba, pero no me lo dieron por políticas de la maestra así que no pude hacer nada más que seguir aguantando sus cambios de personalidad.
Comenzó el examen, todos estábamos haciéndolo en silencio hasta que comenzaron a sonar las alarmas de incendio.

―¡Vamos muchachos! Salgan con calma― Decía la maestra para tranquilizarnos ― Tal vez solo es un simulacro, salgan en fila sin correr por favor, iba a salir cuando recordé que no traía mi medicina así que regrese al salón y tome mi bolso con mis medicamentos así que fui la última en salir del salón, los pasillos estaban llenos de humo, al parecer si había un incendio real, alcanzaba a ver las siluetas de mis compañeros unos metros adelante intente seguirlos, pero en el cruce con otro pasillo alguien me jalo bruscamente del brazo hacia el gimnasio de educación física.

― ¡Suéltame!― Grite, pero el humo llenaba mis pulmones y me hacía toser, no podía zafarme de su agarre y no podía gritar sin ahogarme ―¡Ayuda!...― me tomó del cabello haciéndome caminar aún más deprisa, en un esfuerzo por soltarme vi su rostro ― ¿Dante? ― susurré, sus labios formaban una sonrisa que daba miedo ―¿Qué haces?— seguía luchando, no me extrañaba que esto fuera obra de Amber, tal vez ya logró conquistarlo y ahora es uno de sus lamebotas.

―Cierra la boca ― Hablo calmado mientras nos acercábamos al gimnasio de donde parecía estar el incendio.

―¡No! ¡Ya déjame! Yo sé que Amber te envió ¿Tú crees que hacer esto vale la pena? Su venganza por ridiculizarse ella misma es una tontería, saldrán perjudicados los dos...― Paro en seco y me jalo hasta quedar frente a él sin soltarme del cabello.

― Eres muy tierna al creer que yo haría algo así por una humana cualquiera como ella ― Se abrieron las puertas del gimnasio solas, no había nadie más que nosotros asfixiándonos con el humo el miedo me invadió así que luché con todo lo que tenía, mire mi brazo aun con el yeso y lo golpee en la cara, haciendo que me soltara, corrí un par de metros, pero fue en vano, el golpe no parecía haberle afectado en lo más mínimo, me volvió a tomar del cabello y me llevo a rastras adentro del gimnasio, yo seguía gritando por ayuda, no sabía que pasaba ni que pensar, volví a golpearlo haciendo que el yeso se quebrara dejando mi brazo al descubierto, pero ni eso logró hacerle algún daño.

―¡Ayuda! ¡Ayuda...! ― volví a soltarme de su agarre, pero en cuestión de segundos me detuvo, parándose frente a mí —¡Estoy en el gimnasio!— volví a gritar, pero me dio una bofetada para callarme haciéndome caer al suelo, él simplemente comenzó a reír como un psicópata.

―Criaturas como tú no deberían de existir... ― Salió del gimnasio cerrando la puerta tras él, dejándome encerrada, el humo era tanto que ya no me dejaba respirar, tape mi nariz con mi blusa para tratar de abrir la puerta, pero estaba demasiado caliente, trate de buscar otra salida aunque mi visibilidad era nula, caí al piso sin aliento, todo me daba vueltas ya no podía respirar…

Liam
Todos salimos de la escuela, no era ningún simulacro, el gimnasio de educación física se estaba quemando, al parecer un maldito loco quemó las colchonetas de gimnasia, hasta que pasa algo interesante por aquí.

―¿Viste para donde se fue Olivia?― Se acercó Ruth— la perdí de vista al salir del salón.

― Venía tras de mí... ― volteé la busqué con la mirada, pero no podía encontrarla, los maestros comenzaron a pasar lista para saber que estuviéramos todos, tal vez Olivia se había revuelto entre las personas, pero no, ella era la única persona que faltaba, la volví a buscar con la mirada encontrándome a Dante quien me veía fijamente, sonrió y me guiño un ojo.

―¡Maldito imbécil!― Entre a la escuela rápidamente, salón por salón, Max me siguió al verme entrar de nuevo, con solo mirarlo, pude saber que Dante tenía algo que ver.

―¡¿LIAM QUÉ PASA?!― Pregunto Max al detenernos en uno de los salones.
―Los Ventrue eso pasa, desde que Dante llegó a la escuela supuse que no venía simplemente a estudiar, creo que saben lo de Olivia― Nos separamos para buscar con más rapidez.
Recorrimos la escuela rápidamente y no había señales de Olivia, tratamos de apagar el incendio en el gimnasio antes de salir, el cual se notaba que había sido provocado.