Blackesley.

Capítulo 2.

Dos días después.

—No puedes hacer esto.

Emma caminaba de un lado a otro en la cocina sin poder entender lo que Román le estaba diciendo.

—Emma, detente.

—¿Es en serio? –seguía molesta-. No puedes hacer esto, Román.

—Lo siento Emma, pero no voy a exponerte –Román le tenía mucha paciencia a Emma, pero en esa ocasión le estaba costando mantenerla-. Iré por Nessa y la traeré de regreso, estará a salvo.

—Yo voy –contesto muy decidida.

—No.

—Román, es mi hermana, tengo tanto derecho de ir como tú que ni siquiera…

—Emma –la interrumpido su padre-. No digamos cosas de las que nos podamos arrepentir después.

La cocina quedo en completo silencio mientras los presentes trataban de evitar hacer contacto visual entre ellos. No era una decisión fácil la que estaban por tomar, sabían que después de esa vendrían más y más decisiones. Una más difícil que la anterior pero sin duda, deberían tomarlas juntos, como la familia que ahora son.

—Prometo que traeré a Nessa a salvo –Román rompió el silencio-. Confíen en mí.

—Confió en ti –contesto Henry-. Pero no confió en Benjamín, ni en Arion.

—Por eso es importante que vaya –explico Román-. Benjamín me llevará por ella y la traeré conmigo antes de que se encuentre con Arion.

Román entendía lo difícil que era para ellos escuchar lo que estaba diciendo sabiendo que Benjamín lo había puesto al tanto de lo que estaba sucediendo. Se sentía con la obligación de sacar a Nessa de ahí lo más rápido posible, esta batalla ya no era de ella.

Y, aunque Nessa no sabía lo que pasaba en su casa, tenía suficiente con lo que estaba pasando en Roselt.

—Yoi, dinos todo lo que sabes –dijo Nessa a su amiga rumbo al edificio donde tendrían su próxima clase.

—Si dejaran de ser tan antisociales se darían cuenta.

A pesar de que los comentarios de Yoi hacían sentir mal a Nessa, ella se esmeraba en que no se notara. Sin embargo, a Cala no le preocupaba decir lo que pensaba en cualquier momento.

—Querrás decir “si no nos importara nuestra salud o calificaciones” –contesto Cala un poco molesta por los comentarios de Yoi.

—Yoi, por favor –Nessa se detuvo frente a ellas.

Quería saberlo, quería saberlo todo de lo que estaba pasando. Podía parecer paranoica, pero a pesar de estar lejos de los últimos ataques de hombres lobo, le preocupaba que llagaran a ella o a su familia.

—Han desaparecido varios chicos con los que nos vamos de fiesta –ambas amigas la observaban con interés y preocupación en sus rostros-. No hay rastro de ellos.

—Tal vez solo se van de la Universidad –contesto Cala.

—Nadie se va de este lugar y deja todas sus pertenencias –ironizo Yoi.

—¿Las autoridades lo saben? –pregunto Nessa.

—En este lugar solo existe una autoridad –Yoi se molestaba cada que hablaba de ese tema-. Donora Blanch.

El trio de amigas siguió su camino en silencio. Era obvio que algo pasaba dentro del campus, el ambiente era diferente, ya no había nadie en las mesas de estudio, nadie se detenía a tomar un descanso en las áreas verdes y todos parecían tener un destino predeterminado que no cambiarían por nada.
Nessa y Yoi estaban juntas en la primera clase, lo que les facilitaba seguir conversando.

—Cala está muy preocupada.

Ambas tomaron asiento en las mesas dobles.

—Lo sé, pero tenía que saberlo –contesto Yoi.

—Sé que sabes algo más.

Nessa conocía a Yoi, a pesar del diferente temperamento que tenían ella y Cala, Yoi siempre era prudente frente a ella.

—Donora lo sabe.

—¿Qué?

—Donora sabe que hay alumnos desaparecidos y no ha hecho nada.

—¿Por qué no nos habías dicho nada? –pregunto Nessa un poco alterada.

—No es algo fácil de decir ni de creer –contesto Yoi.

—¿Por qué sigues saliendo de fiesta, Yoi? Es peligroso.

—Estas últimas noches no he estado de fiesta –contesto-. Hemos hecho algunas búsquedas en el campus, nos preocupa que a pesar de lo que está pasando Donora no esté haciendo nada, ni siquiera ha alertado a los estudiantes. Ella está coludida con lo que está pasando.

La clase siguió con normalidad, pero la mente de Nessa no podía alejarse de la idea de que lo que estaba pasando era culpa de ellos. Tomo algunos apuntes y golpeteo la pluma negra contra su libreta casi todo el tiempo. Tomo su celular en un momento que el profesor estaba distraído y trato de manda un mensaje a Román para contarle lo que estaba pasando, sin embargo, noto que su celular no tenia y señal y era imposible poder comunicarse con él.

Veinte minutos después, la secretaria escolar acudió para solicitar la presencia del profesor ante la directora Blanch, en ese mismo momento, la clase se dio por terminada.

—¡Hey, Nessa! –Escucharon antes de cruzar la puerta de salida-. ¿Tienes un momento?

—¿Tu tienes uno? –pregunto Yoi al chico que se acercaba a ellas.

—Yoi, entiendo tu molestia pero ya les dije que no sé nada sobre las desapariciones.

Vaden Blanch había recibido algunas amenazas de parte del alumnado preocupado por la desaparición de varios de sus amigos. Por su parte, el sobrino de la directora se mantenía ajeno a muchas de las cosas de las que su tía se encargaba.

—¿Y por qué no le preguntas a tu tía? –contesto Nessa tomándolo por sorpresa.

—Ya lo hice y no recibí ninguna respuesta.

—No te creo –lo desafío Yoi.

—Lo único que puedo decirles es que ha recibido llamadas extrañas que la dejan muy nerviosa, pero no me ha dicho de que tratan.

—¿Por qué prohibió las salidas? –Yoi siguió atacándolo con preguntas.

—No lo sé –respondió Vaden-. Pero por eso vengo. Hoy saldré con Donora por algunas cosas que hacen falta, si necesitan algo díganmelo y yo se las traeré.




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