Ier Capítulo

La reina se encontraba parada  frente a  los amplios ventanales del Castillo. Era  una mañana fria de invierno y los copos de nieve caían como trozos de algodón  golpeando suavemente los cristales. Con odio observaba a aquella mujer que ajena a todo se paseaba con su enorme vientre  por el patio desierto  lleno de fuentes y estatuas congeladas. Hacía  un tiempo que vivía  en el Castillo, el rey la había tomado  como amante luego de darse cuenta que  la reina era completamente estéril. Desesperado por engendrar un heredero para el trono, había seducido  a aquella simple y hermosa muchacha hija de un noble que se encontraba al borde de la ruina.Tuvieron relaciones, y al enterarse de  su embarazo, el rey estalló en  júbilo, la instaló en  una de las habitaciones del Castillo y obligó a la  reina a soportar su presencia. La despechada monarca  se apartó de  las ventanaa y llamó a uno de sus guardias de confianza. "Quiero que te la lleves  bien lejos y la mates, no admitire que su bastardo me arrebate el derecho al trono","pero señora,se trata de la favorita del rey  y el futuro príncipe, no me pida eso,por favor ",respondió el pobre hombre turbado."Pero yo soy tu reina y me debes obediencia, quieres acaso perder la cabeza? ",le gritó  furiosa la malvada mujer,"¡llevatela bien lejos,ahora, y no dejes que ese engendro nazca! ",el guardia se inclinó  en una profunda reverencia, "como usted ordene Su Majestad ".Acto seguido  salió por la puerta trasera, la reina lo vio  bajar los grandes escalones  y acercarse a la joven: "Tenemos que  salir inmediatamente  Milady,  el rey anda de cacería por el bosque y me solicitó  llevarla con él ",,sus palabras sonaron un tanto nerviosas y poco convincentes, la joven lo notó  y lo miró inquieta "¿para qué Su Majestad  me querría junto a él  en la cacería, sólo sería un estorbo en mi estado ",respondió sorprendida, "no lo sé  señora,yo sólo cumplo órdenes ",repuso el soldado bajando la cabeza. "Está bien,iremos, sólo permíteme recoger mi capa, está helado allá afuera ".

Cuando la muchacha  regresó con la capa,ya el guardia tenía un pequeño carruaje tirado  por dos caballos esperando. La ayudó a subir  y se montó él mismo en el estribo. A medida que se iban alejando del Castillo, la joven tuvo un mal presentimiento, pero continuó el viaje en silencio. De vez en cuando se asomaba a las ventanillas del carruaje para observar un paisaje desolador. El crudo invierno  había teñido de blanco  la tierra y las copas de los grandes pinos, el camino que cruzaban apenas se veía, y a ambos lados, el bosque amenazador se erguia en medio de una soledad espantosa. De pronto ,

el pequeño carruaje se detuvo. La joven,intrigada, se quedó  esperando escuchar el ladrido de los perros  y las trompetas de caza que le indicaran que el rey estaba cerca,pero en su lugar, la puertecilla se abrió  y el guardia con la espada desenvainada la obligó a descender. "¿qué haces?,dónde está el rey?",preguntó aterrorizada, "no hay ninguna cacería, el rey duerme en estos momentos, y a mí me han dado la orden de matarte ", contestó el soldado, "¡Por favor,ten piedad, no he hecho daño a nadie, no nos mates a mi criatura y a mí, te lo suplico! ",,gritó desesperada. "No pienso hacerlo, no soy un asesino, pero tengo que dejarte aquí, si no,te asesinaran a la vuelta  y yo también estaré en peligro ".A pesar de las súplicas  de la pobre muchacha, el guardia  subió nuevamente  al estribo del carruaje  y se alejó a toda velocidad  dejándola completamente sola en medio de la nada.Desorientada,asustada y temblando de frio,la joven comenzó a caminar  sin rumbo, de pronto las contracciones y la expulsión de líquidos vaginales, seguidos de espantosos dolores, le indicaron que  estaba a punto de dar  a luz en aquel paraje solitario.Como pudo,se arrastró hasta  un árbol y se dejó caer desfallecida. Los dolores  y las contracciones arreciaban, mientras ella pujaba con todas sus fuerzas decidida a  salvar a su bebé.