Capítulo 13

Mis ojos se abrieron poco a poco, lo primero que pude distinguir es un techo totalmente blanco, cortinas blancas y una persona con un uniforme que parecía ser una enfermera. 

—¿Mayida me escuchas pequeña? —me dijo —no te muevas mucho, voy a llamar al médico —sale de la habitación 

Mi cuerpo me dolía y había un suero conectado a la vena de mi mano.  

—Mayida ¿estás despierta? —me acerca una pequeña luz a los ojos —parece que sigues algo adormecida debido a la anestesia ¿puedes hablar? 

—¿Dónde estoy? —digo en voz baja 

—En el hospital —me sonríe —no te preocupes y solo trata de dormir tus padres estarán aquí pronto, ellos te explicarán mejor la situación —sale de la habitación junto con la enfermera que estaba con el. 

¿En el hospital? Lo único que recuerdo es estar en el colegio comiendo un chupete y luego desperté aquí, no sé qué me paso y por qué estoy en el hospital.  

—¡Mi chiquita! ¿Cómo te sientes? ¿te duele el hombro aún? Pensé que te perdería —mi mamá me abraza fuerte 

—¿Por qué estoy aquí? —le pregunto acostada mientras me abraza 

—Querina, cariño debemos explicarle lo que paso —dijo mi papá 

—Tienes razón —sujeta la mano de mi papá —bien hija escucha con atención mm al parecer te desmayaste en el colegio de una manera muy abrupta, pero nadie sabe por qué, solo te vieron tus compañeros, otros chicos que estaban allí y una profesora corrió a ayudarte cuando vio que caíste al suelo —aprieta la mano de mi papá y lo mira 

—Papá asiente ligeramente y dice —caíste sobre tu hombro y el peso de tu cuerpo con el impacto del suelo hizo que tu hueso quedara expuesto, tu ligamento dañado y por eso tuvieron que operarte —me mira 

—Pero hay algo que debemos decirte y debes tomarlo con calma hija —debido a este accidente perdiste un poco de la movilidad de tu hombro —mi mamá se queda callada 

—¿Movilidad? —pregunto —pero supongo que voy a poder moverlo aunque sea un poco una vez que me recupere ¿verdad? 

Mis papas se miran entre ellos y me miran angustiados fijamente hasta que mi papá decide hablar 

—Hija el doctor nos explicó que podrás hacer movimientos limitados con el brazo esto quiere decir que podrás levantarlo y desplazarlo hacia algunas direcciones, pero no podrás forzarlo ni hacer movimientos bruscos y tampoco podrás mm —se queda en silencio 

—¿Qué no podré? Continua pa —le digo 

—No podrás volver a nadar hija 

Mi mente se quedó en blanco y un sentimiento horrible me invadió, amaba el agua y era todo lo único que me hacía sentir libre, pero resulta que no podre volver a hacerlo jamás, mis ojos se llenaron de lágrimas y me di cuenta de que una parte de mi ser se había desvanecido. 

—Mi chiquita —mamá me abraza —sé que es algo duro de aceptar, pero debes ser fuerte, tu papá y yo hablamos con la policía y los médicos y la mejor opción es que pongamos una denuncia al colegio, pero será un proceso largo y difícil —seca mis lagrimas 

—Ma no quiero pensar en eso ahora ¿podemos hablarlo después? 

—Está bien hija descansa por ahora 

Cerré mis ojos y poco a poco me dormí. 

En los días posteriores pase en el hospital, tuve que hacer rehabilitación física para aumentar la movilidad de mi hombro y eso era algo que en verdad deteste porque siempre venia un terapeuta a sacarme de la habitación, yo lo único que quería era dormir ya que mi cuerpo se sentía demasiado agotado y pesado debido a la cantidad de medicamentos que me administraban y que debía tomar, pero los médicos me decían que el ejercicio y la alimentación me ayudarían. 
También me explicaron mis papás que luego de la operación pase tres días dormida debido a la anestesia, eso quiere decir que falte al colegio ese tiempo. A la larga pase dos semanas en el hospital para mi recuperación antes de que decidieran darme de alta. 

—¿Hermanita hoy vas a volver a la casa? Es que ya me aburro sin ti —hablaba con Faraj por el celular de mi papá 

—Si hermanito hoy en la tarde regreso a casa así que espera pacientemente por mí en casa de la tía —sonrío 

—¡Bien! Te esperare, adiós 

—Adiós —colgamos 

—Parece que tu hermanito y tú se llevan bien ¿Qué edad tiene? —me pregunta la enfermera que me estaba ayudando a empacar mis cosas mientras mis papás hacían papeleo en la recepción 

—Tiene 5 años, la verdad es que si, a pesar de la diferencia de edad entre nosotros somos muy unidos ya que es mi único hermano—le dije 

—La hermandad es algo muy valioso —se acercó para ajustarme un poco el cabestrillo que llevaba en el brazo —me avisas si duele 

—Está bien así, ya casi no duele como antes aunque a veces me late un poco el hombro —le dije algo preocupada 

—Es porque estas recuperando una parte de la movilidad y también la cicatriz de la operación esta sanando, pero con los medicamentos que te recetamos estarás mejor, listo ya estas 

—Gracias, siempre me ayudo y me cuido mucho mientras estuve aquí —dije 

—Es mi trabajo pequeña, te voy a extrañar —me da un abrazo —cuídate mucho por favor, aliméntate bien y mantente sana —sale de la habitación 

Las palabras de ella me animaron un poco, mis padres llegaron y pudimos irnos a casa, en el trayecto pasamos por algo para comer, pero yo solo pedí unas galletas ya que mi hambre aún era nula, mi papá me las compro y las fui comiendo en el auto. 
Al llegar a casa, baje del auto despacio y camine lento hacia la entrada ya que no tenía muchas fuerzas, pero mi mamá me ayudaba. Cuando abrimos la puerta mi hermano corrió a abrazarme 

—¡Hernamitaaa! —Se lanza sobre mi cuerpo —te extrañe mucho 

Sentí que casi me tumbaba y sentí un dolor en mi hombro debido al impacto de su abrazo. 

—¡Auch jajaja enano despacio que aún me duele todo —le dije —yo también te extrañe, me aburria mucho en el hospital 

—Hijo deja a tu hermana sentarse, aún esta delicada y debe descansar —dice mi papá cargando una bolsa con mis cosas