El ruido de las ventanas rompiéndose me levanto de un salto y aún medio dormida sentada en mi cama empecé a percibir un olor a humo por todos lados, puse mi mirada en la parte baja de mi puerta viendo como el humo entraba, rápidamente y asustada abrí la puerta encontrándome con que mi casa se estaba quemando y había mucho humo por todos lados, puse la mano en mi boca y tape mi nariz, bajando las gradas hacia la planta baja.
—¡Mamá, papá! —dije gritando y tosiendo —¿Dónde están? ¿Faraj? ¡La casa se quema!
Camine hacia la sala y el fuego se intensificaba así que retrocedí, en la cocina el humo era menos pero el fuego igual crecía así que decidí subir las gradas nuevamente, pero la baranda de esta se empezó a caer ya que era de madera quemándome el brazo retrocedí asustada sin saber que hacer así que tome fuerzas y decidí buscar por donde salir, corrí hasta la parte de la cocina donde estaba la puerta del estacionamiento, empujándola sin lograrlo porque estaba casi quemado.
—Dios ¿Qué hago? —dije asustada llorando por la frustración de no poder salir.
Sentada en el suelo con la mano en la boca tapándome del humo se me ocurrió mojarme el cuerpo un poco ya que estaba cerca de la cocina y la llave para mi suerte aún tenía agua así que empecé a empaparme como pude para evitar las cosas calientes quedando algo mojada, entonces intente de nuevo romper la puerta de la cocina con toda mi fuerza y afortunadamente logré pasar, corrí hacia el estacionamiento y salí por atrás de la casa corriendo lo más rápido que pude a una distancia donde podía ver toda mi casa, regrese a ver hacia atrás y todo absolutamente todo estaba en llamas.
Con los ojos abiertos hasta donde más no podía y llorando caí al suelo y vi como mi casa se quemaba, cuando caí en cuenta que no vi a mi familia salir de la casa y buscándolos por todos lados con la mirada.
—¿Ma, pa, Faraj? —dije asustada y poniéndome de pie rápido
Los vecinos rápidamente se pusieron a tratar de apagar el fuego, sin logrará nada y a gritar asustados.
—¡Alguien llame a los bomberos se quema la casa! —dice una señora
—Ya los llamamos, están en camino —dice un señor
Me paralicé al ver el fuego, y lentamente retrocedí como acto reflejo con mis pies descalzos solo con medias, un pijama ligero nada abrigado y ancho y los ojos llenos de lágrimas, al rato llegaron los bomberos junto con la policía, pero fue tarde ya que toda mi casa se quemó y con ella mi familia adentro. A mí la policía me tapo con una cobija que una vecina trajo y aún en shock no podía creer lo que ellos hablaban.
—¿Y bien se salvó algo? —dijo el policía
—Lastimosamente no señor —dijo el bombero —encontramos los cuerpos quemados de los padres de esta chica
Cuando dijo eso alce la mirada y mi respiración se aceleró llorando como si me estuviera ahogando viéndolos mientras hablaban. Un policía se acercó a mí.
—¿Tienes algún familiar al que podamos llamar para informarle de la situación?
—Pensando respondí entre llanto —Tengo una tía que vive en el centro de la ciudad
—¿Puedes darnos su número? —me dice
Asiento y les doy el número de mi tía, la llamaron y empezaron a hablar con ella que afortunadamente contesto rápido, cerré los ojos apretándolos fuerte puesto la cobija en mis hombros deseando que todo sea un mal sueño y que despierte pronto, pero todo el ruido de allí me estaba abrumado tanto que me daba mareo haciéndome caer hacia atrás y perder la conciencia.
—¡Ay Dios esta niña se desmayó! —dice un bombero que escucho cuando mi cabeza sonó contra el suelo.
—¡Llamen a una ambulancia! Entro en shock —grito alguien
Solo escuchando eso, mi cuerpo me abandono haciéndome sentir que estaba en una nube y algo pesado estaba encima de mi pecho, al trata de abrir los ojos de un salto desperté en el hospital con mi tía alado mío dormida y despertándose de golpe cuando sintió que salte.
—¡Mayida hija! —pone sus manos en mi cara —Gracias a dios estas despierta —me dije con los ojos llorosos
—¿Tía? —dije tratando de sentarme en la cama con la respiración acelerada —¿Dónde estoy?
—En el hospital mi amor —me dice abrazándome —calma, no respires tan fuerte puede hacerte daño
Cuando me abrazo recordé que lo que paso y rápido me separe de ella.
—¿Y mis papás? ¿Están aquí? ¿Mi hermano donde esta? —dije asustada
Mi tía me vio fijamente a los ojos y apretó sus labios.
—Mi amor —negó con la cabeza —tus papás murieron en el incendio, no lograron salir a tiempo y se los encontró quemados en la cama de su cuarto
Al escuchar eso mis oídos empezaron a sonar fuerte y mi respiración se aceleró, en mi cabeza pasaban las imágenes del incendio y empecé a llorar.
—¿Mis papás están muertos? —dije con la voz llorosa
—No, no puede ser, deben estar aquí y quiero verlos —me levante de la cama