Mi prima
-Jones- ese apodo, otra vez, Nathaly me llamaba así, es mi apodo o era mi apodo que tenía en WhatsApp. Miro Violeta mi prima.
-¿Cómo es que estas aquí?- tiene el cabello castaño claro y requeté rizado, cara redonda y ojos color miel. Esta vestida con ropa deportiva de color gris, miro el lugar y hay una cama recién echa como algunas cosas personales de ella y un poco de desperdicios de comida enlatada.
-Estuve antes de que llegaras, perdoname no podía salir del bunker, estaba con clave- se va hacia un aparato con varios números- tu mama y tu papa me escondieron aquí. Ellos salieron con mi madre a buscar a tu hermana, trate de ir con ellos pero me obligaron a entrar aquí y pase … no sé cuánto tiempo- me mira como haciendo la pregunta ¿Cuánto tiempo?
-Un mes- digo y toco las teclas, buscando como cambiar las claves-¿Cómo adivinaste la clave?- este búnker tiene un aparato de claves que se activa por dentro, observó la tapa principal y por dentro tiene un metal pegado con una pequeña pantalla de cristal. Guao, no enterada.
-Yo no sé, estaba un mes así adivinándola- dice triste- es la fecha en la que se mudaron, recuerdo que una vez me contaste que te mudabas de casa y que eras al inicio infeliz pero después cambio, te gustaba donde vivías, conocer nueva gente y bueno creo, que suerte, uff- se la ve cansada y con hambre.
-¿Tienes hambre?- pregunto preocupada.
-Mucha, no sabes el hambre que tengo- hace una panza falsa con los brazos- se me acabo la comida enlata supongo como hace cuatro días y bueno, tuve que hacer mis necesidades al fondo, asi que no te molestes si encuentras todo cochino- dice avergonzada. Me regreso a ver al fondo y me tapo la nariz.
-Guag, seguro tu limpiaras- niega de inmediato.
-¡Por favor!
-Nada, tu limpias- se rinde y asiente. Toma sus cosas y juntas salimos hacia el hacia arriba, ella apaga las luces.
-No lo hagas, tienes que limpiar- le digo y ella obedece.
-¿Sabes de mi madre?- me volteo a verla y niego.
-Ni de los míos- la cobardía vuelve aparecer y me reprocho por no salir a buscarlos por lo menos encontrarme con sus cadáveres- lo siento mucho- es lo único que me atrevo a decirle.
Su cara se transforma en tristeza y comienza a derramar lágrimas, ambas nos abrazamos, reconociendo nuestro dolor de que capaz perdimos a nuestros familiares, amigos y mascotas que tanto queríamos. Ambas estamos solas, pero juntas a la vez.
Nos separamos y limpiamos nuestras lágrimas. Mira la cocina y la funda negra que tapa la ventana- has salido a explorar afuera- niego de inmediato y busco alguna comida enlata- podríamos intentar salir a buscarlos- me giro a verla .
-Y si morimos- abre los ojos y me retracto de mis palabras.
-Jones, yo sé que tienes miedo. Pero no podemos quedarnos o no se… pero tenemos que buscarlos- saco la lata de sardinas y se la entrego.
-No estoy equipada Vi, no tengo armas, no tengo nada con lo que nos podamos defender- menciono y me pongo de pie caminando por la sala y mordiendo mis uñas.
-Lo se Jones, pero… pero mira la comida muy pronto se te va acabar y tendremos que salir a buscarla- le miro desesperada.
-Pensaba entrar a las casas abandonadas. Unas están infestadas por esas cosas, otras vacías o con posibles personas vivas- le cuento – podríamos ayudarnos entre ambas mientras buscamos comida o armas yo que se… lo que encontremos.
Me mira insegura y juguetea con la lata de sardina.
-¡Rayos!- se pasa la mano por la cabeza- podríamos intentarlo se sienta alado mío. Asiento y le abro la lata de sardinas.
-Come, necesitas fuerza para salir, estaba pensando que podemos juntar los cuchillos junto con algún palo, eso nos serviría como un arma por ahora.
-Excelente idea- sonreímos y un grito nos hace brincar. Parece como si hubiera un temblor ya que el piso de la casa parece moverse, miro a Vi y pone un dedo en sus labios en modo de silencio. Pisadas fuertes resuenan afuera, nos paramos y caminamos en silencio. Vi se acerca a la ventanilla de la escalera y ve de reojo afuera. Justo cuando me iba a levantar me caigo al igual que Vi por el fuerte estruendo que suena. Me tapo los oídos, miro a Vi que parece preocupada.
Observo a mi alrededor por si las moscas y por el filo de la puerta entra un polvo como si se hubiera derramado un edifico.
-Tranquila- susurra- ellos no están dentro de esta casa- trago saliva y miro la lata caída en el suelo. Más gritos se escuchan. Vi y yo estamos estáticas acostadas en el suelo y no sabemos que hacer en momentos como estos.
No se si sobreviviré….