Podemos
Corremos y casi chocamos contra un auto los jóvenes que vienen ahí nos quedan viendo, la rubia de ojos celestes intenta bajarse del auto pero la mulata la detiene y nos da una mirada brava, los otros solo miran como si no supieran que hacer. Los ignoro y jalo a mi prima conmigo en nuestra carrera por llegar a casa.
Sabía que nos quedaba poco tiempo antes de que llegara ese auto, cuando Violeta y yo llegamos entramos de inmediato a inspeccionar cada sitio donde se posaba la comida, cogimos comida enlata, golosinas y las frutas que aún estaban buenas que eran pocas. Justo cuando íbamos de salida, ellos dos entraron, tenía que hacer algo ya que el tipejo ese estaba encima de Violeta pero cuando vi al otro de cabello negro mi cuerpo se paralizo porque me acorde de mi sueño.
Y entre en temor, porque no entiendo que está pasando.
Volviendo a la realidad ahora estamos huyendo de ellos y lo peor es que siento que nos han estado buscando.
-¡Cuidado un zombi!- Vi lanza el martillo y le da en la cabeza, el zombi cae pero ruge. Se suelta de mí y comenzamos a correr más deprisa. Ya casi estamos cerca. Regreso a ver hacia atrás y el auto de los chicos viene de atrás como flash combinado con mi temor me duelen las piernas y tengo una sed.
Entramos al conjunto y está despejado. Nuevamente regreso a ver hacia atrás y el zombi que nos seguía está muerto. Vi abre la puerta de mi casa y entro deprisa. Ella cae en el suelo exhausta y yo respiro aceleradamente mientras echo seguro.
-¿Crees que eso nos salve?- pregunto también cansada. Niego de inmediato y me alejo de la puerta porque el jeep está afuera y no sé qué harán ellos.
Una voz masculina grita.
¡No se pueden esconder por siempre!
Se escuchan susurros fuertes y alguien golpea la puerta.
-No vamos hacerles daño- nuevamente esa voz de él, hace que se forme un nudo en mi pecho y mi cerebro mando oleadas de más temor.
-Jones- mi prima me llama y me mira preocupada- Dulce, ¿Estás bien? – no, porque tengo ganas de esconderme y de gritar por toda esta situación. Estoy harta de todo y no quisiera que exista una razón para luchar.
Pero miento.
-Si, ¿Qué hago?- le pregunto necesitando una respuesta porque ni yo sé que hacer. Mi mente me dice está todo bien confía en ellos y la otra no, podrían matarte y nada habrá valido la pena en mantenerse con vida.
-Yo… creo que debes abrir- se levanta y me da la mano- confiemos, y si intentan hacer algo te apoyare en matarlos, no dudare ni un segundo.
-¿Estas segura?
-Segura- toma las manos y le planta un beso- te lo prometo porque soy tu prima y eres como mi hermana.
Le abrazo muy fuerte y eso era lo que necesitaba. Todo.
Ambas abrimos la puerta y los ojos del joven de cabello negro nos miran. Tomo la mano de mi prima y la aprieto fuerte, ella también lo hace.
Los jóvenes del jeep se bajan también y nos miran. No hay zombis alrededor, no hay armas que nos apunten pero porque siento que pronto esto va hacer una competencia en sobrevivir.
-¿Podemos?- pregunta.