Yo, Dulce y Nomi
Diman
Salimos a las cinco con quince minutos de la casa y los tres nos embarcamos a una encrucijada de vivir o morir. Nomi estaba reacio a dejarnos ir a mí y a Dulce, más bien nos iba a delatar si el no venía y que más nos tocó, mi querido amigo es mi copiloto. Miro de reojo el retrovisor y Dulce está observando el panorama desolador de las calles, mientras Nomi está en alerta por cualquier situación alarmante agarrando su pistola.
Cuando salimos el jeep paso por encima de cinco cuerpos mutilados de zombis su cerebros estaban desparramados por el suelo me pregunto quién los mato ya que ninguno de nosotros los mutilaría así.
-Hay un montón de autos, de muchos colores y vacíos sin las personas- menciona Dulce. Parece triste y preocupada. La entiendo sus padres pueden estar muertos y ella puede ser la única que quede de su familia.
-Es obvio la gente se convirtió en zombis hambrientos- esa respuesta déspota de Nomi me hace dar ganas de darle un buen puñete- por el mundo cruel en el que vivimos.
-Solo decía. El mundo es triste ahora.
-Solo reza para que regresemos vivos- aprieta mas su arma y se acomada en el asiento.
Estos dos me van a sacar canas y varias canas ….
Media hora despues.
-¿Ya estamos cerca?- pregunto a Dulce y miro el lugar.
-Si ya falta poco para llegar a la universidad que estu… o estudio mi hermana.
Me detengo abruptamente cuando veo un enorme grupo de zombis rodeando un carro agarro mi arma y Nomi me detiene.
-¿Qué crees que haces?, no pensaras en bajarte.
-Fue una reacción- suelto mi arma nervioso y por un momento siento un escalofríos. Miro a Dulce y me mira confundida.
-¿Estas bien?- asiento y señalo con la mirada al grupo de zombis, ambos se vuelve para ver que están tratando de derivar un carro.
-¿Habrá una persona ahí?- pregunta Nomi.
-No… creo que podamos hacer nada por ella- me regreso a verle- debes girar, no nos vamos a meter ahí ni loco vamos a salir vivos- miro bien el auto para ver si hay una figura humana pero no veo nada porque las espaldas de muchos de ellos me bloquean la vista.
El sonido del pitido del carro nos hace agacharnos en nuestros asiento y eso sigue sonando hasta que el piso comienza a temblar trayendo a mas zombis, Nomi me mira con reproche de ¡Te lo dije!, imbécil.
-¿Qué hacemos?- pregunta Dulce asustada agarrándose fuerte de las rodillas que hasta los nudillos se le ponen blanco. ¡Mierda! El temblor no cesa, alzo mi vista para observar que está pasando, Nomi también hace lo mismo hasta que nos sorprendemos por lo que vemos.
-Tenemos que salir del auto- grita con voz fuerte Nomi abriendo la puerta y justo los dos reaccionando antes de explote la bomba -¡Parece que había un hijo de puta ahí encerrado!. - Los tres corremos hasta que Dulce cae y me detengo para ayudarle, Nomi nos fulmina y seguimos corriendo hasta que entramos al centro comercial y la bomba estalla haciéndonos tropezar a los tres, un cemento cae del techo y casi mata a Nomi si no es porque lo jalo hacia mí, arrastro a los dos hasta una tienda de ropa y cerramos la puerta.
Dulce se esconde de bajo de la caja registradora y Nomi comienza a inspeccionar alrededor mientras yo apunto mi pistola a la nada. Un grito nos hace girar y vemos a Dulce luchar contra otro zombie Nomi se apresura y le dispara en la cabeza explotando en la cara de Dulce.
Tomo de inmediato una prenda y le limpio desesperado la cara.
-No abras la boca ni los ojos – Nomi me extiende el agua sacado de mi mochila y se la rocío en la cara y le limpio asustado de que haya entrado en su boca nariz y ojos.
¡Por favor no!
-¿Qué hacemos ahora?- pregunta Nomi.
-No lo se – respondo desesperado.