Blood

Capítulo 67

Cuando la directora termina su desayuno, que por cierto ha gozado como nunca, toma un micrófono y se coloca frente a nosotros para decir unas palabras que resuenan enormemente en las paredes del Gran Comedor de la Universidad Medical Mörder. Espero que el anuncio sea importante para que me haya servido de algo venir hasta acá.

 

—¡Estudiantes! Lamento interrumpirles su desayuno, pero necesito que todos pongan atención, ya que les daré un anuncio muy importante. —La directora, con sus escasas pero intrigantes palabras, provoca que todos los allí presentes le dirijan la mirada, a excepción del profesor Mark Dössel, quien continúa comiendo escandalosamente el trozo de carne, y la directora se lo reclama de inmediato—. Señor Dössel, ¿éste es el ejemplo que le da a sus estudiantes, no seguir las órdenes de sus superiores? 

 

El profesor reacciona avergonzado y deja el trozo de carne sobre el plato.

 

—No, no, claro que no. No la escuché, señora Teressa —se disculpa mientras limpia su boca con una servilleta y trata de masticar rápido—. Le prometo que no volverá a suceder.

 

—Este profesor ya rompió el récord de ridiculeces —nos susurra Keren.

 

—Eso espero, señor Dössel. —La directora habla con frialdad—. Ahora sí, creo que tengo la atención de todos. —Carraspea su garganta y comienza a caminar, provocando que sus tacones emitan un fuerte ruido en medio del misterioso y expectante silencio, aunque creo que todos están más curiosos por saber por qué utiliza ese protector para cuello—. Como bien saben, la última vez que se les convocó para tomar las fotografías grupales, ocurrió un incidente lamentable en el bosque, pero la idea no es hablar de éste, ya que todo ese asunto quedó atrás y está bajo control, por lo tanto, no tengo nada que decirles a ustedes con respecto a ese tema —explica detalladamente, tratando de cerrar ese tema definitivamente—, sino que, debido a ese percance, las fotografías no se pudieron tomar, y no podemos dejarlo pasar, ya que todas las generaciones que han pasado por esta universidad la han tenido, y por ende, es obligatorio, además de una tradición.

 

—¿Y cuando se tomarán ahora las fotografías, señora directora? —pregunta valientemente una estudiante, interrumpiendo a la directora.

 

—¿Qué le pasa? ¡¿Acaso no ve que estoy hablando?! —La directora se frena por un momento y respira profundo para contener su enojo, pero su rostro se mira enrojecido—. A eso voy, señorita —dice más tranquila—. ¿Ya ve, señor Dössel, lo que provoca con su irrespeto? —reprocha mirando al profesor—. Las fotografías se tomarán hoy mismo, y será a las diez de la mañana. Como les dije, todos deben estar presentes, ya que nadie debe quedarse fuera de la fotografía. No pueden faltar. —Sonríe enormemente—. Creo que eso es todo. —Junta sus manos.

 

—¿Me permite la palabra, señora directora? —consulta la profesora de Anatomía, Lotta Meyer, levantando la mano y mirando de reojo al profesor Dössel.

 

—Dígame, señora Meyer.

 

—¿La toma de fotografías se realizará en el bosque nuevamente? —pregunta algo inquieta.

 

—Oh, no, claro que no, profesora, pero gracias por recordarme, ya que me había olvidado de decirles dónde será. Se efectuará en las afueras de la capilla de la universidad. Creo que es buen lugar y que posee un buen paisaje, ya que el bosque está totalmente descartado. Lo mejor será no acercarnos a él por un buen tiempo.

 

Siento la mirada penetrante de la directora dirigirse hacia mí, y enseguida se la aparto de inmediato. No sé por qué lo he hecho, pero por primera vez me ha hecho sentirme intimidado. Ella, por el contrario, se mira muy alegre, lo que me confunde más y más, ya que es una mujer muy dominante que le gusta mandar, no que la manden, y ayer en la cafetería fue puesta en vergüenza, aunque nadie la haya visto realmente, pero igual cuenta.

 

El desayuno termina casi después del discurso de la directora. Nos ponemos de pie enseguida y salimos del comedor para hacer contacto con el aire libre. Los primeros en salir somos Ámbar y yo, así que nos quedamos afuera del comedor esperando la llegada de los demás. 

 

—¿Estuviste con ella ayer? —me pregunta sin mirarme.

 

—¿De qué hablas? —consulto confundido.

 

—Con Lily. —Exhala—. Los escuché hablar en el laboratorio. Es una buena chica —me dice con la mirada baja—. Ayer iba a ir a tu habitación para ver cómo estabas luego de que Dressler se fuera, pero pensé que estarías ocupado.

 

—Y lo estuve, así que creo que escuchaste mal —miento con un poco de nerviosismo. Espero que no haya escuchado nada acerca de la conversación que tuve con Lily en el bosque, si es que ella estaba por esos sectores. Ya me basta con que Lily sepa que yo soy un vampiro, y no es necesariamente algo que yo quería, pero soy consciente de que ya no podía hacer nada para evitarlo.



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En el texto hay: vampiros, muertes, sangre

Editado: 16.11.2019

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