Blood

Capítulo 68

Sarah Tinkerbell está de espaldas ante nosotros. Su cuerpo está bailando al ritmo del viento, ya que se encuentra colgando del techo a través de una cuerda que se ha amarrado al cuello. Posee un vestido blanco que le queda muy flojo y le llega a los tobillos. Lentamente su cuerpo va dando la vuelta hasta dejar su rostro frente al nuestro, atrayendo un viento gélido con un aire funesto. Su lengua se ha salido de su boca y ha adoptado una extensión mayor. 

 

Sus penetrantes ojos azules aún se encuentran abiertos y mirándonos fijamente de manera terrorífica. De ellos brotan lágrimas que al parecer ella expulsó en vida, pero esas gotas poseen un tono negro que el maquillaje de sus ojos así lo ha teñido, brindándole más aspectos tétricos a la escena. Algunas moscas se posan sobre su boca y ojos, o se pasean alrededor de su cuerpo, haciendo algunas paradas sobre su piel pálida. En el piso hay algunas gotas de sangre que parecen provenir de su cuello, las cuales caen agónicamente al suelo.

 

Al parecer se ha suicidado.

 

—¡Dios santo! —exclama Grace, la bibliotecaria—. Perdónala y recíbela en tu reino —repite mientras se persigna, temblorosamente.

 

Algunos estudiantes expulsan un grito de terror, mientras que otros permanecen paralizados, sin decir nada, mirando el cuerpo de Sarah frente a la simbólica cruz de la capilla, pero la más afectada sin duda es Mónica, quien de inmediato corre hasta donde su amiga está colgada y lanza unos gritos escandalosos en medio de un mar de llanto.

 

—¡¿Por qué lo hiciste, amiga?! ¡¿Por qué?! —grita con impotencia mientras llora profundamente—. ¡Yo te pude haber ayudado a superar todo esto! ¡La muerte no era la única salida! —Se hinca frente a ella, aún llorando.

 

Veo que la directora se mantiene inmóvil e impactada, ya que ni siquiera se da cuenta cuando Keren ingresa a la capilla y se acerca a una mesa sobre la cual hay un sobre que parece contener una carta. La de cabello negro la toma y saca un papel que contiene el sobre dentro y lo desdobla para proceder a leerlo.

 

—A ver qué dice... —susurra mientras examina la carta—. Papá y mamá, lamentó lo que hice... bla bla... ustedes saben que los amo... bla bla... pero era la única salida que encontré. Estoy amenazada, y si no me hubiese quitado la vida, alguien lo hubiese hecho y de una forma más cruel. —Keren frunce su ceño y luego continúa leyendo la carta, esta vez más seria y con algo de temor—. A todos mis compañeros, les aconsejo que huyan de la universidad, que lo hagan lo más pronto posible, ya que una bestia se esconde en la institución, y ésta convive día a día con todos nosotros haciéndose pasar por...

 

Y antes de que Keren pueda seguir leyendo lo demás, la directora Teressa se acerca y le arrebata el papel con brusquedad.

 

—¡Suelte eso! —brama.

 

Keren permanece paralizada por lo que ha leído, y todos los oyentes también, ya que los murmullos no se hacen esperar. Por su parte, la directora se mira más pálida de lo común y parece que está sudando nerviosamente mientras arruga la carta que Keren anteriormente leía.

 

—Grace, ordénele a todos que se retiren de la escena de inmediato —expresa Teressa Mörder fríamente—. Llamaré a los forenses y detectives para que hagan el levantamiento correspondiente del cuerpo. Comuníquele al señor Tinkerbell lo que ha pasado. Yo luego iré a hablar con él.

 

—Como usted ordene —responde Grace sin chistar mientras se limpia las lágrimas—. Ya oyeron a la señora directora, todos retírense de inmediato. —La bibliotecaria trata de animarnos a todos.

 

Yo me quedo mirando la escena fijamente por un momento. Me es muy difícil creer que Sarah se ha suicidado. Jamás lo hubiese esperado de alguien como ella, con un carácter tan fuerte y egocéntrico. Eso sin duda refleja que nada es lo que parece, y que las personas no siempre muestran lo que son realmente. 

 

Recuerdo cuando la conocí. Fue cuando me peleé con ella en el examen de admisión a la universidad. Sin duda su personalidad no era la mejor, ni era un gran ser humano, pero no le hubiese deseado la muerte nunca. Lo que me pone a pensar es si ella realmente se ha suicidado o es solo un teatro del asesino de la universidad, pero no sé cómo interpretarlo. Ella sí tenía razones para acabar con su vida, así que el suicidio es una posibilidad.

 

Las gotas de sangre que continúan cayendo de su cuello comienzan a despertar en mí una ansiedad, así que volteo mi mirada inmediatamente. Me frustra tener que lidiar con esto en cada momento de mi vida.

 

—Permanezcan en sus habitaciones hasta que controlemos todo. Se suspenden las clases por ahora —dice la directora, quien nos da la espalda mientras continúa mirando a Sarah fijamente—. Quédense en los dormitorios hasta nuevo aviso. Lamento que hayan tenido que mirar esta escena.

 

Todos comenzamos a caminar para retirarnos de los alrededores de la capilla. La mayoría de jóvenes camina en silencio, pero algunos cuantos se susurran entre sí acerca de lo que ha pasado, formando sus propias teorías sobre la muerte de Sarah. 



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En el texto hay: vampiros, muertes, sangre

Editado: 16.11.2019

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