LA MENTE ASESINA
La soledad siempre ha sido su fiel compañera.
Prefiere estar en compañía únicamente de sus órganos y demás componentes de su cuerpo, que de personas, y eso es algo que comparte con su amado Blood. Si bien aún no comparten la sed por la sangre, sabe que pronto lo harán. Un vampiro no puede resistir tanto tiempo sin injerir ese delicioso nutriente proveniente de los humanos, que es para lo único que sirven. Únicamente para darle su sangre a los vampiros. Es una buena obra de caridad, o al menos así puede puede considerarse. Aunque para ellos esto es más un sufrimiento que un acto voluntario.
Ya vio que Keyland no pudo abstenerse al tener a un animal frente a sus ojos aquella noche en el bosque, pues succionó su sangre hasta más no poder, ocasionándole la muerte y dejándolo sin vida en medio de la oscuridad nocturna. Sabe que pronto explotará y asesinará a un humano. Sólo es cuestión tiempo. Ha estado observando su estado y ha visto que cada vez se debilita más, lo cual refleja que su cuerpo necesita sangre, y si no la toma, no resistirá mucho tiempo. Eso es seguro.
Lo curioso de todo esto es que Blood ni siquiera se ha dado cuenta de su cercana presencia, o tal vez sí, pero no se ha percatado de su verdadera identidad, y eso significa que va por buen camino.
Aunque la soledad es lo que prefiere, ese pensamiento cambia cuando su cuerpo le pide comida. No puede comerse a la soledad, ya que es algo abstracto. Tampoco puede devorarse a su propio ser, aunque puede ser que tenga más sabor y delicia que cualquier otro humano, pero no quiere morir, o al menos no todavía.
Aborrece la costumbre humana de salir al supermercado por comida. Eso es algo que odia de las personas, una de las tantas cosas que odia de ellos. Tienen a su alrededor una gran variedad para escoger su alimento y sin gastar un cinco, pero los idiotas prefieren ir a los mercados a comprar todo ya preparado y de fácil alcance; lo cual es de cobardes, ya que le temen al combate salvaje.
Es por eso que admira a los animales, y por lo general no los come, aunque si le toca, lo hace sin chistar. Los animales buscan su comida por sí mismos. Andan libremente por la naturaleza del mundo batallando en busca de su desayuno, almuerzo y cena, y lo ganan a punta de sangre. No andan por distintos lugares comprando comida como los ridículos humanos.
Algunas veces se ha dado la vuelta por algunos lujosos restaurantes sólo para burlarse de la cursilería humana. Desde un simple trozo de carne, hasta un corazón de cerdo. Y lo peor de esto no es que se lo coman, ya que sería lo normal e ideal, sino que los cocinan antes de comerlos... Lo que se pierden los idiotas al no comerlos crudos. El alimento pierde la calidad. No es lo mismo una comida que no contenga la dulce e inigualable sangre. Eso es imperdonable.
Es por eso que prefiere comerse a los seres humanos. Quiere exterminarlos y acabar con ellos. No quiere que quede uno solo sobre la faz de la tierra. Quiere que permanezcan únicamente los animales, para así formar un planeta mejor, donde la lucha por la supervivencia y la comida es la principal atracción. Y aunque ese es su mayor deseo, siempre lo piensa dos veces antes de hacerlo. Si elimina a los humanos de este mundo, no habrá más sangre para injerir, bueno, está la de los animales, pero no se compara con la delicia de la sangre humana.
Aparta esos pensamientos de su cabeza. No tiene tiempo para seguir pensando en tonterías. Debe planear su próximo asesinato, el cual está muy cerca. Ya tiene a la víctima elegida, aunque la ha elegido involuntariamente. Ha propuesto un juego. Tiene ganas de jugar. La persona que ha encontrado el cadáver de la asistente tirado en el bosque, ha ganado un boleto a su cabaña para ser asesinado o asesinada. Piensa que es un buen premio, así que espera que su víctima lo disfrute. Lo hará con todo el amor del mundo.
La afortunada ha sido nada más y nada menos que Sarah Tinkerbell. Ya ha repasado su historial de vida. Es una chica fresa y arrogante, hija de un millonario empresario. Ha tenido todo lo que ha querido desde pequeña. Jamás le han negado nada, pues dinero hay de sobra en su familia. En su niñez fue una niña muy consentida. A punta de berrinches y escándalos conseguía lo que quería. Y ahora, cuando ya casi es una mujer adulta, parece que no ha perdido sus técnicas de la infancia.
Se ha enterado del escándalo de la primera prueba de admisión a la universidad. Aunque Blood es la razón por la cual está en este lugar, eso no lo impide que chismee de vez en cuando. La chica rubia reprobó el examen y fue expulsada de la institución, pero mágicamente ahora es una estudiante oficial de la Medical Mörder. Investigó más a fondo la verdad tras lo ocurrido y se dio cuenta de que los profesores de la institución notificaron que hubo un "error" en la calificación de la joven Sarah Tinkerbell, pero no especificaron que ese fue un error de dinero.
El padre de la joven pagó una buena cantidad en efectivo para que su muchachita tuviera un cupo entre los que sí se ganaron su espacio a punta de inteligencia, y como consecuencia, una adolescente que sí había ganado la prueba, perdió su cupo. Se lo quitaron para dárselo a la niña rica, y la otra, a pesar de ser bastante inteligente, fue expulsada. Y todo por ser pobre.
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Editado: 16.11.2019