Blood

Capítulo 53

La desesperación empieza a hacerse dueña de mi estado. La tranquilidad comienza a quedarse atrás, y las ganas de ponerme de pie nuevamente, y acabar con la directora, son serias. Siento que está burlándose de mí, pero eso no es lo peor, sino que presiento que también está mofando la memoria de mis padres, y no puedo tolerar eso. Sé que los demás no saben que el 31 de octubre es el peor día de mi vida, el día en el que mis padres unieron sus párpados en un profundo sueño del que jamás despertarán, pero a como plantea la directora sus preguntas, me parece que ella sí sabe algo al respecto.

 

Mantengo dos de mis dedos apoyados en mi entrecejo mientras descanso mi brazo en la mesa y coloco mi cabeza mirando para abajo. Luego, hago masajes en mis sienes para tratar de tranquilizarme y para darme la estabilidad que necesito. No quiero armar un escándalo. Debo estar seguro cuando vaya a atacar, ya que, si lo hago, y al final me doy cuenta de que estaba equivocado, ya no habrá vuelta atrás.

 

—¿Keyland? ¿Estás bien? —Ámbar es la única que se da cuenta de mi estado, y también la única que se preocupa.

 

Levanto mi mirada y la observo. Se ve muy preocupada, bastante diría yo.

 

—Estoy bien. No me pasa nada —le respondo.

 

Ella finge una sonrisa. Yo vuelvo a normalizar mi estado para que no me siga preguntando qué me pasa.

 

—Yo les dije. Esa vieja planea algo raro —susurra Keren—. Miren que planear una fiesta con un loco suelto en la universidad, y arriesgando que nos mate en cualquier momento... 

 

—Yo hasta he pensando en cambiarme de universidad —comenta Luck—. No me gustaría seguir exponiendo mi vida aquí, si bien puedo estudiar medicina en otro lugar.

 

—Deberías pensarlo mejor, Luck. —Ámbar se mira preocupada—. Ya la directora dijo que tiene todo bajo control.

 

—¿Y tú le crees? —le pregunta Luck, incrédulo.

 

—Puede ser, pero bueno... Allá tú si te quieres cambiar de universidad. Sólo te digo que lo pienses bien porque todos te vamos a extrañar. ¿O no Keren? —le pregunta, sonriente.

 

—¿Qué? Para nada... —Keren mira hacia otra dirección, disimuladamente.

 

—¿Segura? —le consulta la rubia, con una sonrisa, nuevamente.

 

—Nadie lo va a extrañar. Si quiere irse, que se vaya. No lo detengas —opino.

 

Si él se va, por mi mejor. Así será una persona menos con la que tendré que lidiar.

 

Tras ponerlos en una situación incómoda, los chicos vuelven a hacer silencio, y así se mantienen por un largo tiempo. Observamos que la directora ha frenado su discurso porque la señora Grace se le ha acercado y le ha dicho al oído algo que desconocemos, por el momento, pero luego continúa con su habla ya cuando la bibliotecaria termina de susurrarle dichas palabras.

 

—Disculpen —pronuncia, luego de aclarar su garganta—. Aquí mi empleada Grace me ha hecho recordar algo muy importante, y que, por tonta, había olvidado. Y, por consecuencia de ello, la fecha de la fiesta será cambiada.

 

En ese momento siento un gran alivio en mi interior. Aunque la fiesta no me interesa en lo absoluto, ya que, aunque cambien la fecha no iré, jamás me hubiese gustado que en el día que más odio en la vida se haga una gran celebración. Eso, sin duda, haría que mi tristeza aumente, y no sé que llegaría a pasar si mi enojo sobrepasa mis limites y me enfrento con alguien sólo por desquitarme la cólera. 

 

Ése es un gran problema con el que he tenido que lidiar desde la muerte de mis padres, pues, a los demás vecinos no les interesa en lo absoluto lo que haya pasado ese día, ni qué tanto lo odie yo. Es más, creo que ni siquiera lo saben, y si lo supieran, no les importaría. Ellos no van a parar de festejar una fecha por algo que no les incumbe, ya que, si nos ponemos a analizar, así pasa siempre. A como hay muchas personas que odian unas fechas por distintas cosas, otros las aman por otras razones. Es imposible guardar respeto, porque, de lo contrario, nadie festejaría nunca ninguna fecha en el mundo. De cada uno de los días que componen el año, por lo menos uno significa algo, ya sea bueno o malo, para alguna persona en el mundo. 

 

Y aunque esas celebraciones siempre me han molestado, cuando el 31 de octubre se acerca, procuro no salir para nada de mi casa. Así evito ver cosas que después me herirán, y como mi casa está lejos de las demás, el bullicio no es tanto, pero en la universidad todo sería diferente. Es imposible que no vea todo lo que decorará la directora para la gran fiesta, ni que tampoco escuche los gritos de celebración comunes en un festejo, además de tener que lidiar con las molestas preguntas de los demás, en especial de Dressler, de por qué no asistiré a la fiesta.

 

—El evento se realizará dentro de dos días, y será aquí, en la universidad. Y, como ya no se efectuará en Halloween como tal, el nombre será cambiado a "Fiesta de Bienvenida". Así celebraremos su ingreso a esta prestigiosa universidad, y para no perder la esencia de esa celebración tan maravillosa, será una fiesta de disfraces. —Sonríe mientras entrelaza su manos.



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En el texto hay: vampiros, muertes, sangre

Editado: 16.11.2019

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