Blue Diamond #1 ( Saga Luz y Oscuridad: El Surgimiento)

42. El pasado es el pasado...

 

 

 

 

Camino por los pasillos solitarios del colegio para ir al baño. Luego iré a la cancha de fútbol americano, que es donde proviene todo el ruido de gente.

Dejo la cartera pequeña a un lado. Solo la traje porque necesitaba un lugar en donde cargar el celular. Juago mis manos mirándome al espejo por última vez.

Se supone que es un baile colorido pero por la vestimenta que divisé a algunos mientras papá me llevaba en el auto lo mío es llamativo pero no tan escandaloso.

Botas altas de tacón color blanco con detalles en negro que me llegan hasta debajo de las rodillas. Lo principal, más que la parte de arriba del vestido es la parte de abajo, a pesar de que es un conjunto unido, la falda me llega un poco más arriba de la mitad del muslo, contiene distintos colores con texturas de flores; en la cintura algo parecido a un cinturón rosado, y la parte de arriba queda totalmente pegada a mi cuerpo en un escote en forma de corazón que, admito, hace lucir un poco mas mis pechos. Para complementar a cada lado de mis muñecas llevo una especie de manillas blancas con dos líneas negras.

Me maquille levemente. Labial rosado mate, sombra azul en mis ojos con delineado negro, un poco de polvos, no demasiado, rubor, y ricé mi cabello.

Mis ojos se trasladan a la chica que entra al baño con un poco de timidez. Frunzo el ceño porque creo haberla visto con Bolton en ocasiones, de hecho, creo que es la misma chica que me miro como si quisiera arrancarme la cabeza hace unos meses cuando estaba hablando con el susodicho afueras de Coffe Break.

Me gusta su vestido, se acopla bien a su contextura, el color amarillo mostaza destaca su cabello, que es un tanto rojizo. Solo que...

—No acomodaste bien la parte de atrás del vestido.

—¿Que-é? —tartamudea.

Le dirijo una última mirada a mi cartera antes de colocarme detrás de ella.

—¿Puedo? —cuestiono, haciendo ademán a los hilos que hay que ajustar detrás de su espalda.

Sus mejillas se sonrojan levemente, parpadea continuamente antes de asentir. Comienzo a desanudar los nudos hechos. Poco a poco los voy acomodando, haciéndole el nudo final. Levanto la vista hacia el espejo para verla, ahora le queda un poco más ajustado en la cintura, la parte de atrás también se le ve mejor.

—Listo —anuncio, dispuesta a salir al baile.

—Gracias.

—No hay de que —me encojo de hombros—. Dile a Bolton que si no te hace pasarla bien le daré un patada en el culo —sus mejillas se sonrojan por unos segundos.

Curvo las comisuras de mis labios un poco en un último adiós. Salgo del baño. Puede que Heshville sea un pueblo pequeño, pero tiene una enorme cancha para jugadores. Es por eso que cientos de adolescentes caminan de un lado a otro, muchos de ellos exagerados con los colores, bailan, ríen, hablan, y cantan en el caso de la banda que se encuentra en la tribuna.

Sara hizo un muy buen trabajo con la decoración. Hay algunos puestos que hacen lucir el baile como una feria pero admito que tienen su encanto. Es de noche, luces de colores se reflejan en cada objeto de decoración, muchos de ellos en el centro de la cancha que han acomodado como pista de baile. La tribuna de la banda se encuentra metros más allá mientras globos vuelan y revuelan por todo el sitio.

No es sino que ponga un pie dentro del lugar cuando siento muchas miradas encima de mí. Una especie de rayo cae en las lejanías anudado a un viento que llega hasta todos nosotros. Como es típico de mi, camino a donde se encuentra la comida entre la mayoría de las personas fingiendo que no me ven. No sé porque no me sorprendo al encontrarme con toda la pandilla a excepción de Tyler, por supuesto.

La boca de la primera cara que veo, es decir la de Sara, luce como si pudiera llegar al cielo, así que enarco una ceja hacia ella.

—Ya eres fea con la boca cerrada, qué decir con la abierta —su cara cambia radicalmente de sorpresa a algo que no sé definir muy bien antes de que se me tire encima en un intento de abrazo que me hace sentir incomoda.

—¡Joder! —chilla muy cerca de mi oído, creo que me va romper el tímpano. Retira sus brazos a mi alrededor de detallándome con la mirada—. ¡¿Dónde demonios conseguiste esas botas?! ¡Mira esa cartera, joder, cuidado te la robo! ¡Y el bendito diseño del vestido! ¡¿Qué mierda hiciste?! ¡¿En dónde la conseguiste?! ¡¿Qué hago para tenerlo? ¿Prostituir a Dylan?!

—Dejar de hablar, tal vez —respondo, obteniendo por su parte una cara no muy amigable.

—¿Cuándo compraste esa ropa? —pregunta Holly, con una sonrisa adornando sus labios.



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En el texto hay: peligro, accion, amor

Editado: 02.07.2019

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