James:
—Mía—Dije buscándola por toda la habitación .
—Si James—Dijo entrado a la habitación.
—¿Donde estuviste toda la noche?—Dije preguntándole un poco preocupado.
—En la habitación de Mike—Se sentó en la cama.
—Porque no me avisaste que estabas con el, pensé que Blaise te había encontrado, estaba tan preocupado.
—No te preocupes James—Dijo colocando su mano en mi cabeza—En este lugar estamos a salvo.
—Si hasta hora, pero que pasa si Blaise manda uno de sus secuaces por ti Mía que haríamos.
—Si eso sucede se que tu y Mike me salvarían.
—Pero si el te atrapa cuando nosotros no andemos cerca de ti que harás.
—Eso nunca pasará James.
Debía de buscar una forma para que Mía pudiera aprender a controlar sus poderes completamente antes que Blaise mandara a una de sus escorias a atraparla para quitarle sus poderes y utilizarlos para destruir al mundo tal como lo conocemos.
Tenía que buscar a Malva para que nos ayudara, pero primero tendría que dar con su paradero, el viaje sería algo largo, me llevaría un par de meses para poder hablar con ella y decirle que Mía necesita poder controlar sus poderes.
Mía:
—¿Mía puedo pasar ?—Dijo Mike llamando a la puerta de mi habitación.
—Si pasa—Dije cerrando el libro qué estaba leyendo.
—Vine a preguntarte si quieres acompañarme al pueblo a ver unas cosas que debo de recoger—Dijo sentándose a mi lado.
—Me encantaría ir—Dije emocionada—Pero antes tengo que avisarle a James.
—Bueno mi niña—Dijo acariciando mi cabeza—Te espero abajo—Cuando se fue decidí despertar a James para avisarle que iría al pueblo.
—Jame—Dije acercándome hasta el armario para despertarlo.
—¿Que sucede Mía?—Dijo estirándose y bostezando.
—Quería avisarte que me iré al pueblo con Mike, necesito que te quedes en la habitación y que guardes silencio hasta que vuelva si.
—Como tu digas Mía—Dijo saliendo del armario
—Nos vemos James.
—Ve con cuidado niña—Dijo mientras que yo cerraba la puerta.
(...)
Era la primera vez que viajaba en carruaje siempre vivía en el palacio protegida por todos para que nadie pudiera hacerme daño nunca pude salir de aquel lugar, siempre miraba por la ventana de mi habitación soñando con que algún día saldría a ver el mundo que estaba hay afuera esperándome.
—Ya llegamos su majestad—Dijo el cochero abriendo la puerta del carruaje para que nos bajáramos.
Cuando bajamos del carruaje había un montón de personas que saludaban con una reverencia y otros me miraban por ser diferentes a ellos, en el pueblo todos eran vampiros que vivían en armonía con otros.
—Su majestad—Dijo asiendo una reverencia al ver a Mike entrando a la tienda—Ya llegaron los libros que ordeno señor.
Mientras tanto Mike hablaba con el señor de la librería decidí explorar un poco el lugar, entre todos los libros que vi uno logró llamar mi atención.
—Quieres que te compre ese libro—Dijo Mike tras de mi.
—No tan solo estaba mirándolo—Dije dejándolo de nuevo en el estante.
(...)
Al regresar al palacio decidí subir a mi habitación pero Mike me detuvo.
—Mía ten —Dijo dándome el mismo libro que vi en la tienda.
—En que momento lo compraste—Estaba tan sorprendida.
—Cuando te distrajiste lo tomé y lo coloqué con los demás libros que compre—Dijo mirándome con felicidad.
—No debiste.
—No fue nada, cuando tu quieras algo dímelo y te lo compraré mi niña—Dijo abrazándome a él.
James:
Estaba tranquilamente sentado leyendo unos de los libros que Mia tenía en su habitación cuando de repente se abrió la puerta y era Amelia al verme se ocultó tras la puerta.
—Viste a Mía—Se notaba que estaba un poco nerviosa.
—Se fue al pueblo con Mike—Dije mirándola como seguía escondida tras la puerta—No te escondas tras la puerta para hablar conmigo—Dije malhumorado.
—Perdón es que todavía no me hago a la idea que no eres un gato normal.
—Y tu tampoco eres una niña normal—Dije riendo—Yo debería de tenerte miedo porque eres una vampira y no tu de mi.
—Tienes razón—Dijo con pena—Deberás de odiarme por tratarte de esa manera.
—No, ya estoy acostumbrado que algunos me traten de esa manera—Dije mirándola.
Mía:
Cuando entre a mi habitación me encontré a James charlando con Amelia.
—Mía ya volviste—Dijo Amalia saltando de felicidad.
—¿Como te fue Mía?—Dijeron los dos al mismo tiempo.
—Bien—Dije contenta mientras sostenía el libro que Mike me había comprado.