Siete años atrás
Era el primer año de bachillerato de Borja y no podía estar mas fastidiado con la idea de asistir a clases. Porque solo la idea de toparse con sus compañeros de clases le causaba miedo y ansiedad, luego de años de acoso había aprendido a no interponerse en el camino de ninguno de los matones que le hacían la vida imposible pero sin quererlo algo pasaba para ser el blanco de todos los insultos y palizas que él no provocaba. Estaba harto pero tenían tanto miedo de hablar y que ha estos no les hicieran nada. Y que simplemente el acoso subiera de nivel, si es que era posible.
Con resignación entro al salón en el cual recibiría su primer clases, poco a poco la clase se fue llenando, como era costumbre él se encontraba en la segunda fila para poder prestar toda la atención aunque realmente no lo necesitara, porque para su edad era un chico muy inteligente, no un superdotado pero si lo bastante listo para estar entre los primeros lugares.
Borja estaba copiando las operaciones que el profesor de matemáticas anoto en la pizarra por lo que no prestaba atención de lo que pasaba a su alrededor, lo único que él podía percibir era el ruido que provocaban sus compañeros de clases. Por un momento todos guardaron silencio y eso le pareció raro por lo cual despego la vista de su libreta para saber que estaba pasando y al levantar la vista observo a la razón por la cual todos estaban callados, era ni más ni menos una chica pelirroja que Borja jamás había visto, le llamo la atención el color tan intenso de su cabellera que por un momento se quedo embobado pero al darse cuenta que su mirada conecto con la de la chica misteriosa aparto la vista y regreso toda su atención a las notas que tenía enfrente.
No sabía cuánto tiempo había pasado pero todo seguía en silencio, hasta que sintió que alguien tomaba asiento en el pupitre que estaba a su derecha, él sabía quién era pero no quería levantar la vista. Así que durante toda la clase mantuvo la vista hacia al frente, todos sus músculos estaban en tensión, no le gustaba nada tener cerca a personas que no conocía, por lo que cuando la campana sonó anunciando el fin de la clase se levanto lo más rápido posible. Pero cuando estaba a punto de salir del salón su profesor le llamo y tuvo que detenerse aunque no quisiera. Borja era muy querido entre los profesores por ser un chico muy aplicado y responsable así que por más que todos sus sentidos le pidieran que saliera corriendo de ese lugar no podía hacerlo.
- Borja- le volvió a llamar el señor Gordon.
- ¿Sí?- respondió él dándose la vuelta.
- ¿Me podrías hacer un favor?
- Claro...
- Necesito que le des un pequeño tour a la señorita Nelson, no sé si habrás dado cuenta pero ella es nueva en esta institución y no conoce la ubicación de los salones y cafetería- ahí estaba de nuevo la pelirroja quien le regalaba una pequeña sonrisa- se que no eres de hacer estas cosas pero el alumno que la guiaría no vino a clases.
- Yo...- él sabía que no era buena idea, porque si alguno de los idiotas que le encantaba molestarlo los miraba juntos era seguro que comenzarían a fastidiarla a ella también esa era una de las razones por la que nadie se acercaba a Borja y los entendía ¿Quién en su sano juicio disfrutaría una amistad que solo le traería problemas?- no creo que sea buena idea.
- Vamos Borja, hazlo por mí, créeme que si tuviera tiempo lo haría yo- respondió el señor Gordon, un hombre que a sus cuarenta años se conservaba bastante bien, su cabello castaño, ojos café, de una gran estatura tal vez un metro noventa, delgado, labios delgados y una nariz algo pronunciada,, era un tipo agradable y Borja era consciente de que ese profesor había sido de los que mejor se había portado con él por lo que negarse a su petición se le hacia un poco difícil.
- Si es un problema para él prefiero ubicarme con el mapa que me entregaron en dirección, no quiero molestar a nadie- hablo por primera vez la chica la cual tenía una linda voz.
- No es un problema, porque Borja lo hará con gusto, ¿Verdad?- resignado afirmo con un leve movimiento de cabeza- prefecto ahora hare las presentaciones debidas, señorita Nelson él es Borja Loson uno de mis mejores estudiantes- dijo con orgullo el profesor provocando un leve sonrojo en él.
- Un gusto Borja, mi nombre es Isabel- respondió las chica acercándose a él mientras le tendía la mano, la cual acepto con un poco de duda.
- Un gusto.
- Ahora que ya se conocen te daré este pase para que puedas recorrer el instituto sin ningún problema, tienes dos horas para mostrarle todo a la señorita Nelson.
- Está bien. Creo que debemos irnos- dijo dirigiéndose a la pelirroja- nos vemos Señor Gordon.
- Hasta luego Borja y nuevamente gracias por hacer esto.
- De nada.
- Espero que le gusten las instalaciones señorita Nelson.
- Seguro que si, adiós señor Gordon- el profesor asintió con la cabeza. Mientras Borja le cedía el paso a la chica para abandonar el salón de clases.
Isabel estaba impresionada con las instalaciones de la institución, antes de que se mudara la idea de comenzar en un nuevo instituto no le hacía para nada ilusión, sobre todo por que dejaba atrás a todas sus amistades.
Durante el recorrido ella pudo notar que su compañero solo hablaba lo necesario y mantenía un distancia muy notable, Isabel era consciente de que él chico no quería hacer de guía pero aun así lo estaba haciendo, en ningún momento fue odioso y respondía a todas sus dudas con paciencia. Algo que ella agradecía ya que en su anterior centro educativo habían muchos idiotas arrogantes.
Borja notaba la mirada de su compañera y eso lo ponía muy nervioso, no era de pasar mucho tiempo con las personas, mucho menos con chicas con el atractivo de Isabel. Pero intentaba no prestarle atención porque si lo hacía comenzaría a tartamudear y eso lo haría quedar con el idiota que era.