Acabo de llegar a Nueva York y lo primero que hago es ir a la universidad a presentarme y a instalarme, la directora me da todas las indicaciones para no perder la beca y la llave de mi habitación, una vez instalada decido ir a dar una vuelta por la ciudad para conocer y buscar trabajo, pero no lo conseguí, muy cansada regreso a la residencia, al abrir la puerta lo primero que veo es a la que supongo es mi compañera, teniendo relaciones en mi cama.
-qué demonios sucede aquí.
- no vez que estamos ocupados, me responde la rubia,
- eso ya lo veo, pero esta también es mi habitación, así que te suplico que saques de aquí a tu novio.
- mira preciosa- dice el chico- en primera ella no es mi novia, y en segunda no me puedo ir porque esta es mi habitación, a la que deberías pedir que se vaya es a ella.
- Queeee?- eso no puede ser posible, yo no puedo compartir habitación contigo,
-pues no te queda de otra- Sabrina vístete y vete, le dice a la rubia.
En cuanto la rubia abandona la habitación, mi compañero sale tras ella, me acomodo en la cama de alado, y empiezo a revisar mi móvil.
llego la noche me puse mi pijama y cai en los brazos de morfeo, asi pasaron las semanas, apenas veia a mi compañero de piso, lo que agradecía mucho, el me saludaba yo lo saludaba, pero aun no sabia su nombre, era algo ilogico pero me caia bien, no era el tipico chico popular de la universidad.
fueron dos meses, en los que convivia con mi compañero de piso, hasta que un día mientras arrglaba mi cama, el se sento en mi cama, yo lo fulmine con la mirada
-soy Marco- se presentó.
-rio, Alana- respondo.
- encantado de saber tu nombre - de donde vienes pregunta.
- Vengo desde Madrid.
- yo he viajado muchas veces allá, y porque decidiste venir a estudiar aquí si hay buenas universidades-pregunta curioso,
- por cosas que a ti no tiene por qué importarte.
-tranquila preciosa, solo era una pregunta, dice mirando su reloj- ahora si me disculpas tengo que irme, hoy es la fiesta de bienvenida, si quieres ir te espero para ir juntos.
- no gracias, prefiero quedarme aquí.
- como tu desees, pero si cambias de opinión, aquí está mi número, me llamas y vengo por ti. - dice saliendo de la habitación.
Son las 11 de la noche han pasado dos horas desde que Marco se fue, y no puedo dormir así que decido buscar alguna película, mientras veía Cazadores de Sombras, tocan la puerta, pensé que Marco había olvidado las llaves, así que me levanto a abrir la puerta. En cuanto abro la puerta me doy la vuelta- ni creas que te voy a abrir la puerta cada que llegues tarde- dije llegando a mi cama, pero no respondió, cuando me doy la vuelta, veo que el chico que está en la habitación no es Marco,
- quien eres- pregunto.
–un amigo de Marco- responde,
- pues como ves él no está aquí, así que por favor vete- trato de sonar segura, pero estoy muy nerviosa, el cada vez se va acercado y yo instintivamente retrocedo, hasta que choco con la cama.
- que tal si tu y yo nos divertimos un poco- dice acercándose a mí.
El olor a licor es muy fuerte y temo lo peor, con todas las fuerzas trato de empujarlo, pero no lo logro, el me sujeta las manos, y no puedo moverme, los recuerdos de aquella noche aparecen y tengo miedo que vuelva a pasar otra vez. El besa mi cuello, y yo trato de alejarme, grito y grito pero nadie me escucha, en cuanto me besa lo muerdo, pero parece que eso lo excita cada vez más, no tengo salvación pensé, con mi ultimo aliento vuelvo a gritar, pero esta vez me da una fuerte bofetada, mi camisa de la pijama había desaparecido, sabia que ese era ek fin, de pronto ciento que el cuerpo de aquel desconocido es levantado, y lo único que veo es a Marco golpeándolo, yo me quedo inmóvil en la cama, sin poder hacer nada,
-detente- gritaba, pero mi voz era solo su susurro, que ni yo mismo podía escuchar, con fuerza me levanto de la cama, y logro llegar hasta donde Marco, lo abrazo por atrás para que se detenga, no quiero que por mi culpa lo mate, al abrazarlo siento como su cuerpo se tensa, y deja de golpearlo, se da la vuelta y me abraza con fuerza, yo solo lloro, el desconocido se levanta y se marcha, Marco me lleva hasta la cama y me cubre con las mantas, pero no se va, sigue junto a mi acariciando mi cabello, hasta que caigo en un profundo sueño.