Boys Around The Moon [bl]

Capítulo 2. Gravedad Cero

Parece que no tuviste un buen día, ¿verdad? —dijo el dueño de aquella voz.

—¿Uh?, ¿quién eres tú? —preguntó Jiwon levantando la mirada, topándose con un rostro desconocido, pero extrañamente familiar.

—Oh, lo lamento no suelo ser tan descortés —se disculpó haciendo una reverencia—. Soy Soono, un gusto.

—. Jeong Jiwon, el gusto es mío —respondió—. Supongo que tienes razón, no he tenido un buen día.

—¿Quieres hablar de eso? —preguntó el muchachito con una sonrisa.

—No lo sé —respondió cabizbajo, en ese momento recordó algo—. Disculpa si sueno descortés, pero. ¿Qué haces por aquí? No he visto a nadie pasar por este lugar.

—Bueno. —Al escucharlo, el jovencito que se hacía llamar Soono comenzó a jugar con sus dedos y a evitar el contacto visual algo nervioso—. Estaba. ¿Buscando los baños?

—¿Buscando los baños? —preguntó arqueando la ceja con una sonrisa, le causaba algo gracia el hecho de que fuera tan obvio mintiendo—. Porque se encuentran del otro lado, si mal no recuerdo.

—Ya veo. —Soltó una pequeña risa a causa de los nervios—. Gracias supongo —respondió con un pequeño sonrojo en las mejillas por la vergüenza.

—Aunque, parece que no estabas buscando los baños,realmente —dijo dando un sorbo a su copa—. ¿Qué buscas en realidad?

—¡Bien! Me atrapaste, no vine aquí a buscar el baño —confesó dando un suspiro—. En realidad, buscaba compañía.

—¿Compañía? —preguntó confundido.

—Quería encontrar a alguien con quien entenderme, todos en la mesa parece que hablan en otro idioma cuando mencionan cosas sobre empresas, ventas, finanzas y eso; además de que parece que me analizan con la mirada y es incómodo —explicó cubriéndose la cara por la vergüenza—. Cuando te vi parecías alguien más normal, además no parecía que estuvieras pasando un buen momento.

—En eso puedo darte la razón, en estos momentos no me encuentro tan bien como quisiera —respondió, aún recordaba por lo que había pasado y eso le generaba dolores de cabeza.

—Será mejor que me vaya, no quiero molestarte, espero tengas buena noche. —Hizo una reverencia estando dispuesto a marcharse, pero antes de que pudiera hacerlo Jiwon lo detuvo tomando su mano.

—¡Espera! No te vayas, no me molestaría que alguien me acompañara, digo si tú quieres quedarte, también puedo llevarte al baño si gustas. —Al decirlo el jovencito lo miró algo confundido a lo que soltó una risa nerviosa.

«¿No se te pudo haber ocurrido algo mejor? Seguro se incomodará por ese chiste tan malo», pensó dándose una bofetada mental por aquel “chiste” de mal gusto, pero se extrañó cuando él se echó a reír, bastó una pequeña risa para hacer que las mejillas se le coloraran por la vergüenza.

—Gracias por la oferta, pero me gustaría acompañarte —respondió Soono mientras seguía riendo—. Eres el primero que no me ha hablado de negocios o que me mira como si fuera un extraterrestre, eso me hace sentir más cómodo.

—Pues me alegra que te sientas cómodo y que podamos entendernos —dijo Jiwon y ambos rieron.

—También yo, aunque me hubiera gustado saber siquiera de lo que hablaban allá, usan palabras que son difíciles de comprender, es como si fuera un idioma que solo gente como ellos puede usar.

—No es del todo así, de hecho siendo sincero, algunas de esas personas usan palabras que ni siquiera conocen solo por sonar con clase. Hubo veces que esas palabras tenían otro sentido, pero preferí quedarme callado para no cometer una imprudencia.

—Ya veo, supongo que por lo que me cuentas eres uno de los privilegiados que hablan en su lengua, ¿No es así? —preguntó arqueando una ceja.

—Exactamente —afirmó acomodándose el saco para alardear un poco—. Y por lo que dices, deduzco que tú no.

—Pues déjame decirte que estás en lo correcto, en realidad solamente estoy aquí por compromiso familiar. ¿Y tú?

—Compromiso laboral, de hecho, fui quien colaboró en la organización de este evento.

—Pues hiciste un buen trabajo, Jeong Jiwon —dijo el jovencito guiñándole un ojo.

—Solo Jiwon, por favor, después de todo estamos dejando de lado los protocolos, ¿no es así? —Ambos asintieron y chocaron sus copas—. Entonces supongo que alguno de tus familiares trabaja o está asociado a Blue Rose, ¿No?

—Tal vez… —Al verlo así sonrió, le parecía bastante adorable cuando hacía gestos tiernos.

—Supongo que tomaré eso como un sí —dijo revolviéndole el cabello con la mano, al darse cuenta de lo que había hecho sus mejillas se coloraron—. ¡Lo lamento! No debería tratarte de esta manera, lo siento mucho —se disculpó apenado haciendo una reverencia.

—Tranquilo está bien, no hay necesidad de disculparse o de ponerse como un tomate —bromeó el más joven picándole la nariz haciendo que el sonrojo en su rostro aumentara.

—¡Oye, muchachito atrevido! —exclamó cubriéndose la cara intentando disimular, mientras que su acompañante intentaba no echarse a reír, aunque sin mucho éxito—. Entonces supongo que debo asumir que tengo razón con mi teoría.

—Puede que tengas razón o puede que no, prefiero dejarte con esa duda —respondió y una sonrisa se dibujó en los labios de ambos.

—Di lo que quieras, pero sé que tengo razón —alardeó y se echaron a reír.

Para Jiwon esto era algo extraño, no podía entender por qué había detenido al jovencito de irse, pero extrañamente no se arrepentía de ello, aquella esencia fresca que desprendía de él era tan cálida y agradable que lo hacía sentirse mejor. Además, que de alguna forma lo hizo olvidarse de sus preocupaciones por un momento, haciendo que poco a poco su dolor de cabeza se fuera. ¿Cómo alguien que había sido un completo desconocido podía causar tales efectos? Quería tener esa respuesta, realmente quería descubrir el porqué.

Habían pasado unos minutos desde aquel encuentro y justo cuando Jiwon estaba por preguntarle a jovencito algo importante, este había recibido una llamada de su chofer indicando que era hora de que se marchara, por lo que decidió acompañarlo a la salida. Durante el camino tenía una extraña sensación por el hecho de que había la posibilidad de que ya no volvieran a verse y eso lo tenía algo inquieto. Cuando llegaron un auto blanco de alta gama que se encontraba aparcado en la entrada tocó el claxon indicando que era a Soono a quien estaba esperando.




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