Entre el ajetreo y órdenes, Maya se sintió más tranquila cuando llegaron a la mansión sin ningún contratiempo, sana y salva.
Toda esa adrenalina que sintió en ese instante se difumino dejándola más cansada, Aleksei la cargo hasta su habitación, dejándola con cuidado sobre el suave y exquisito colchón.
No quería pensar en nada más que no fuera dormir, no quería preguntar si en realidad mato a esos hombres... ¿Aleksei era un asesino? ¿Billy lo había sido?
Muchas preguntas y en su mayoría temía a las respuestas, porque sabia que no le iba a gustar en nada y que todo en lo que creía se derrumbaría, estaría rota y más sola.
Así que sólo se acurruco más en la cama mientras Aleksei se iba dejándola sola en la habitación, el sueño fue gloria para su cuerpo cansado.
Gimió cuando alguien la movió, no quería levantarse por lo que se hizo más bolita entre las sábanas rosadas.
— Maya, sino despiertas te veras en la tina con agua fría –una amenaza válida– Maya, mueve el culo.
¿Porqué no podían dejarla en paz un rato? ¿Era mucho pedir?
Se destapó la cabeza para ver quién era, Galen estaba parado enfrente de ella a un costado con una bandeja de comida, al verla su estómago gruño pero no de hambre.
— No quiero... –se cruzo de brazos– no voy...
— ¿¡en serio!? – mascullo Galen– dos putas horas cocinando para que la "princesita" comiera y tu niña rica, me dices ¡que no!
Parpadeo, la ira crepitaba en la mirad, se encogió asustada cuando Galen alzo una mano.
— Está bien....–grito– comeré pero no me pegues....
Todavía recordaba la cachetada de su padre cuando ella había corrido para seguir a Billy, una advertencia clara de que lo volvería hacer si ella desobedecía.
Podía recordar también su palabras frías e hiriente.
— no lo volveré a decir, ves a tu hermano a escondidas maya y te olvidas de todo, haré tu vida una miseria –el peso de las palabras había causo como un jarro de agua fría sobre ella– mi hija no será una deshonra, no permitiré que el apellido Balfour se vea envuelto en ridículo, eres mi hija y yo decido por ti.
Y así fue, todas las decisiones sobre su vida las tomaba su madre o su padre sin consultarle nada a ella, todo era manejado por sus padres, ella sólo tenía que obedecer sin rechistar, soportar el estar sola sin ningún afecto amoroso familiar.
Su madre siempre decía, "nadie quiere tener hijos, son una carga molesta. maya, pero hay que perseverar en la sociedad y dejar linajes. Por eso estas aquí. No quiero arrepentirme de traer una escoria al mundo como lo fue con tu hermano"
Perfectamente claro el punto, sólo era una cosa más entre la fortuna de sus padres, ellos elegirían con quién casarla, que fuera digno del apellido y que tuviera la misma riqueza que sus padres.
— No golpeo a mujeres –mascullo Galen ofendido– al manos a que se lo busquen, pero te aseguro que si te toco un pelito rubio estoy muerto.
Frunció el ceño.
— Billy no está aquí ya –susurro. El dolor le invadió el pecho, cuando extrañaba a su hermano a pesar de que Billy la hubiera abandonado.
Galen hizo una mueca y dejo la bandeja en una esquina del colchón.
— No me refería a cuervo, más bien de mi hermano –Galen entorno los ojos– días antes de morir tu hermano le hizo prometer a Aleksei que te cuidaría y él cumple sus promesas, aún cuando la mocosa sea un parásito.
¿Billy le hizo prometer eso a Aleksei? ¿Porqué? No entendía, ¿que tenía que ver ella en todo eso? Tan poco el echo de que todo lo de Billy fuera suyo, ¿como se gano todo esa fortuna Billy? Y más, ¿quienes eran todas esas personas trabajando en esa mansión? ¿Quién es realmente Aleksei?
No lograba entenderlo, su actitud autoritaria, fría, déspota, cruel y... Esas palabras que había dicho "ellos morirán" no daban buena vibra, ¿sería capaz de matar a alguien, Aleksei?
Cogió la bandeja con las dos manos, la coloco en su regazo y observo la comida, no mentiría; tenía miedo, podía tener otras cosas que le hicieran mal...
— mi hermano dejo claro a todos sobre lo que sucedería si algo te pase –Galen no la miraba– así que envenenarte está fuera de la lista, se le dio orden a la cocinera de los condimentos que eres alérgica, a demás Billy le gustaba hablar de ti.
— ¿de mi? –pregunto sorprendida– dejo de verme, ya no le importaba.
— por tu bien. –los ojos de Galen guardaban secretos– no conoces el mundo, Maya. Menos el nuestro y tu hermano sabía que podían ir por ti si sabían su debilidad, Billy te cuidaba, a parte de presumir de lo hermosa que eres.
Se sonrojó, su hermano siempre había alabado su belleza aún cuando aveces se hubo burlado de ella. Billy siempre le decía "no dejare que te quiten ese brillo"