Ayer soñé que te abrazaba, que me dejaba envolver en tu calor. Soñé que te decía que te extrañaba, y que charlábamos largo rato sobre nosotros, sobre lo que pasó. ¿Qué pasó? Pues no estoy muy segura, y al parecer tampoco tu.
Me preguntaste si las cosas podían volver a ser como antes.
Dudé.
Me preguntaste si en algún momento las cosas cambiarían, y asentí sin dudar.
Tal vez aquel no haya sido nuestro momento.
Tal vez nunca lo sea.
Pero tus abrazos me llenan el alma, y siempre recuerdo con cariño cada momento que pasamos juntos.
Al despertar, sonreía.
Sé que puedo hacer ese sueño realidad cualquier día de estos. Después de todo, alguna fuerza insiste en que nos veamos cada poco tiempo.