Una lágrima cae por su ojo derecho, y por su inclinación, cae a la almohada en vez de rodar por su rostro. De inmediato siente su rostro levemente tirante allí donde la lágrima mojó sus pestañas.
Con cuidado, extiende un dedo hacia esa zona de su rostro, y nota que la lágrima ha dejado un leve rastro en su rostro, un corto camino que no le había sentido recorrer.
Y por qué llora, te preguntaras. Pues quién sabe. No puedo adivinar lo que piensan los demás, sin embargo puedo decirte qué he visto. Y le he visto ocultar todas las lágrimas que salieron luego de aquella. Es tan triste que una persona tenga que llorar a escondidas en una pijamada... Es tan irónico que nos sintamos más solos cuanto más rodeados de gente estemos.
Ahora ya no llora, pero sé que sigue sintiéndose mal. Las lágrimas pueden aliviar un poco, pero no resuelven los problemas que las causan. No llegan al fondo del asunto. Y por eso seguirá llorando cada vez que sus problemas le sobrepasen.