Él está tirado en la cama, sin saber muy bien qué hacer, mas allá de mirar el techo fijamente. Como le había sucedido antes tantas veces, se encontraba atrapado entre lo que quería hacer y lo que podía hacer. Quería hacer muchas cosas, pero no sabia cómo empezar, y aquello lo llenaba de una sensación paralizante. No sabia cómo empezar, así que no lo intentaba siquiera, y eso lo llenaba de una angustiosa ansiedad. Esa ansiedad crecía a cada instante, frustrándolo.
El tenía tanta energía y hacia tan poco... Pero cada vez que intentaba hacer algo aparecía aquella ansiedad, aquella voz en su interior recordándole que sin importar cuanto esfuerzo pusiera, igual lo iba a hacer mal...
Aquello realmente daba asco, pero no podía hacer nada para cambiarlo... Por el momento.