Cierra los ojos e imagina por un instante que estamos solos, tu y yo, sin interrupciones ni ruidos, solamente tú y yo, sentados uno al lado del otro. No imagines nada más que la sensación que te produce el rozar de nuestras manos, no pienses en nada más que en ese perfume embriagador que notas cuando te acercas a susurrarme algo al oído. Y ahora abre los ojos, antes de que pueda besarte, y dime en quien pensabas realmente, porque sé que no soy especial para ti...