HyunIn
Dejé la rosa sobre la fría piedra y sonreí.
Admitía que lo extrañaba con toda mi alma,que no había momento en que no deseara estar a su lado y llenarlo de todo mi amor.
Aunque sabía muy bien que eso era algo imposible,al menos por ahora.
Pero creo que a partir de este momento estaré bien,tengo a alguien a mi lado a quién cuidaré y amaré tanto como lo hice con él.
Alguién que poco a poco va iluminando mi camino,a mi lado,guiándome.
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Abrí la puerta metiéndome de lleno a la habitación,sus ojos llenos de lágrimas me recibieron y no pude negarme ni un segundo a ellos.
Caminé hasta él y rodee con mis brazos su delgado cuerpo,sin decir palabra alguna en un tranquilo silencio,solo escuchando sus hipidos y los fuertes latidos de nuestros corazones.
Después de unos minutos se separó de mí mirándome directo a los ojos,sus bonitos ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar,seque sus lágrimas y le sonreí.
—Lo lamento—susurró con su voz ronca debido al llanto —lamento haberte dicho tantas cosas horribles—su voz volvió a quebrarse—Solo fui un cobarde que necesitaba ver todo lo que pasaste para dejar salir sus sentimientos—apoyó su cabeza en mi pecho y con sus manitos sujetó mi suéter.
—No estoy enojado contigo,admito que tus palabras si dolieron pero esta bien,te entiendo—acaricie su espalda y sonreí.
—Yo...—levantó la cabeza,mirándome de una forma que hizo a mi corazón encogerse.
—Esta bien—lo abracé con más fuerza,queriendo hacerlo sentir seguro.—No tienes que seguir pidiendo perdón,te amo y aunque hubiera querido cambiar lo que siento en algún momento,no puedo—me aparté unos centímetros sin dejar de abrazarme a su cintura—no puedo por el simple hecho de que lo que siento me supera,que ya no puedo ver un futuro si no estás tú.—me sonrió dejando salir sus lágrimas.
Y besé sus suaves labios,sintiendo las típicas mariposas revoloteando en mi estómago nervioso,podía escuchar con claridad los latidos de nuestros corazones galopando al unísono,parecía que el tiempo se detenía en ese momento haciéndonos disfrutar el uno del otro.
Sus labios abandonaron los míos con una sonrisa.
Solté una risita suave que llamó su atención.
—¿Por qué me resultas tan lindo?—acaricié su cabello y sus mejillas encendieron en ese suave color carmesí.
—Me gustas,Hyunjin—le regalo una mirada de sorpresa para a los pocos segundos cambiarla por una sonrisa.—Me gustas demasiado—y sus labios vuelven a chocar con los míos.
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—¿Es buena idea dejar a tu hermano solo?—pregunta mi novio mirando por la ventana del avión.
—Estará bien,después de todo las cosas se aclararon entre nosotros,y él regresará a Corea luego de la rueda de prensa.—me miró preocupado.—Minho no es tan inocente como creés,él se busca la mayoría de sus problemas aún sabiendo los riesgos que pueden ocasionar sus tontas acciones.—frunciendo el ceño volví mi vista a la revista en mis manos.—Me preocupa más mi pequeño Jisung—observe su fotografía en la página que estaba leyendo,su cara en primera plana reflejaba lo asustado que se encontraba.
Quería traerlo conmigo de regreso a Corea pero no había forma de convencerlo de seguirme,incluso Eric trató de persuadirlo y hacerlo regresar,pero sólo se aferró a la idea de hacer un ultimo favor a mi hermano para luego largarse y no volverlo a ver jamás.
Pero sé que en el fondo ese corazón aún está atado a ese azabache.
Al llegar a casa nos recibieron mis padres,al inicio no estaban para nada contentos con la idea de que comenzaramos una relación,se oponían rotundamente,pero mi ángel les habló con dulzura explicándoles y contando con paciencia nuestra pequeña historia de amor.
No tuvieron más opción que recibirnos de brazos abiertos.
Ahora,dos semanas después,Innie era la luz de sus ojos.
Apenas si podíamos pasar tiempo juntos,mi madre lo llevaba de compras o a pasear por ahí,mi padre por su lado se metía con él en la cocina y lo tenía allí por varias horas.
Cuando caía la noche y me devolvían a mi pareja yo era el ser humano más feliz sobre la tierra.
—Jeongin—llamé.
Me miró desde el otro lado de la mesa,con esa radiante sonrisa.
—¿Si?—me pare de mi silla inclinando mi cuerpo hacia adelante,quedando a centímetros de su rostro.
Sus mejillas coloradas me recibieron.
—¿Puedo comerte esta noche?—ahora no solo sus mejillas estaban rojas,su cara completa estaba pintada de ese maravilloso color.
Miró alrededor avergonzado,reí suave.
—Solo somos nosotros dos,no hay de que estar avergonzado—tomé su barbilla en mis manos.
—Cállate—susurró apartando el rostro.
—Te amo—susurre en su oído,el tembló con suavidad.
—También te amo,idiota—dijo sonriendo.
Volví a mi lugar luego de dejar un beso en su mejilla.
Las olas nos deseaban una noche relajada,esa suave brisa nos deseaba pasar la noche abrazados mirando el cielo estrellado,los fuegos artificiales estallaron en el cielo haciendo al chico frente a mi saltar en su lugar,reí bajito y él me miró mal.
—¿Esto lo planteaste tú?—preguntó sin apartar su vista del cielo.
Negué.
—No,simple casualidad—los fuegos artificiales volvieron a brillar en el oscuro pero despejado cielo y está vez fui yo quién saltó.
Innie me miró divertido.—No me asusté,fueron estos mosquitos que andan chupando mi preciosa sangre—él soltó una risa y yo quedé aún más embobado.
Yo solo quería saber,¿como era posible amarlo tanto después de jurar odiarlo?,lo digo en serio,creí que lo odiaría por el resto de mi vida pero resultó todo lo contrario.
Ahora ya no puedo negarme a él,dejar de amarlo sería o mejor dicho es,algo completamente imposible.
Verlo dormir a mi lado se a convertido en lo más maravilloso de este mundo para mí,despertar junto a él como despertar en el cielo y cuando hacemos el amor es como bajar al infierno y subir al paraíso.
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Editado: 12.08.2024