Brujas, La Legión

Capítulo 10

La transmutación de Eva fue corrompida, ella misma lo sintió, pero en el momento, no le importó, solo quería estar lejos de ese pueblo que había intentado asesinar a sus hermanas, las que necesitaban ser tratadas de inmediato o iban a morir. Eva sintió la corrupción de su transmutación, pero también sintió que se dirigía a un lugar seguro, por esa misma razón no hizo nada para trasladarse a otro lugar.

Las tres brujas se materializaron en una cabaña, pequeña, hecha de madera vieja, estaba a la mitad del bosque, era pequeña, parecía que solo vivía una persona ahí, pero por el momento, no estaba. Sally y Jess aparecieron en una cama cada una, mientras que Eva en el centro de éstas dos, sosteniéndolas de las manos, al principio, Eva sintió algo de sospecha, por lo que revisó el lugar rápidamente, pero no había nadie.

—Hola…—dijo Eva, intentado sonar lo más calmada posible.

La bruja no recibió respuesta, por lo que decidió revisar el lugar, en el fondo había una pequeña cocina, parecía que funcionaba con leña, y cerca de ésta, un pequeño mueble, completamente dañado. Eva no dudó en revisar las pequeñas gavetas del mueblecito. Había envases de vidrio, con todo tipo de hierbas. El lugar era desastroso, pero esas hierbas estaban envasas con todo el cuidado posible, no era casualidad que alguien tuviera esas hierbas, mucho menos que justamente corrompieran su transmutación y las enviaran ahí, donde había todo lo necesario para curar o al menos, estabilizar a sus hermanas.

Eva mezcló las hierbas que necesitaba hasta crear una pasta color morado. La untó en las heridas de sus hermanas. Jess y Sally estaban débiles, Jessica aún más, ya que el hacha había perforado su pulmón. Una vez Eva untó la mezcla en sus heridas, sus hermanas soltaron un grito de dolor, el sonido se podía escuchar por todo el bosque. Eva colocó un pedazo de tela en la boca de sus hermanas, no podía dejar que las volvieran a encontrar, mucho menos estando así de débiles. Los gritos de ambas mujeres quedaron ahogados, pero aún se podía escuchar el dolor de ambas.

—¿Qué pasa? Esto no debería funcionar así. —dice Eva para sí misma.

Eva corrió a volver a analizar los ingredientes. Cuando estaba en La Academia y apenas era un adolecente le enseñaron cómo sobrevivir sin sus poderes y esa era una forma, la naturaleza era una buena amiga de las brujas. Pero la mezcla que había creado, no debería hacerlas reaccionar como lo estaba haciendo, debía calmar el dolor y controlar la hemorragia. Evangeline volvió a leer la rotulación de los pequeños frascos, sabía que todo lo que había mezclado era lo correcto. La histeria se apoderó de ella, no sabía qué hacer, no tenía cómo llevárselas, no podía hacer un hechizo del tiempo ella sola, necesitaba a sus hermanas, no podía salir por ayuda, todos la querían muerta. Eva soltó un grito, acompañando a sus hermanas y la mesa en la que trabajó, chocó contra una pared de la cabaña, destruyéndola. Las hierbas en el suelo comenzaron a cambiar.

—¿Qué demonios? —soltó la mujer.

Los frascos habían sido hechizados, al igual que las hierbas en su interior. La hicieron hacer una mezcla incorrecta, por eso sus hermanas estaban llorando de dolor. Eva se movió lo más rápido posible hacia sus hermanas, colocó sus manos sobre ellas, a su izquierda Jess y a su derecha, Sally, para luego decir: Sorbere. De los cuerpos de sus hermanas, comenzó a salir un aura color naranja y entró por las manos de Eva, estaba absorbiendo el dolor que sentían.

—Eva… —dice Sally. —Puedes morir, te necesitamos.

—Y yo a ustedes. —contestó Eva moviendo sus manos hacia abajo, fortaleciendo el hechizo.

Evangeline soltó un grito, no podía soportar tanto dolor, pero sabía que podía quitarles el suficiente para que ambas sobrevivieran, Eva sabía que ellas dos podrían detener a Han, iba a ser más difícil, pero tendrían más oportunidad ellas dos, que ella sola.

—Eva, —dice Jess viendo su herida. —está desapareciendo.

—Eva, déjalo, ya está mejor. —dice Sally.

El hechizo de Eva solo podía ser detenido por ella misma, pero el dolor de ambas era tan fuerte, que no podía mover sus manos de encima de ella, todo ese dolor debía encontrar un dueño y por el momento, Eva era lo único donde podía entrar.

—¡Eva! ¡Déjalo! —le grita Sally.

—Sal… —le dice Jess a su hermana extendiéndole su mano.

Jessica y Sally, lograron sostenerse las manos, y con su mano libre, soltaron una onda directo a Eva, la cual, fue a caer a los añicos de los frascos. Jess y Sally checaron sus heridas, estaban completamente cerradas, se miraron sorprendidas por un momento y luego fueron donde su hermana, que estaba intentado recuperarse.

—¿Qué pasó? —pregunta Eva.

—Rompimos el hechizo, te iba a matar. —contesta Jessica.

—¿Están bien? —pregunta Eva sosteniendo la mano de Sally.

—Sí, gracias a ti. ¿Cómo lo hiciste? —pregunta Sally.

Ambas brujas ayudaron a su hermana a levantarse, luego la recostaron en una de las camas en las que ellas estaban.

Sorbere. Alguien me engañó, corrompieron mi transmutación y nos trajeron aquí.

—¿Estás bien? —pregunta Jess, como buscando heridas en el cuerpo de Eva.

—Sí, no había nadie. Pero tenían hierbas hechizadas.

—Pero, tú solo nos quitaste el dolor, lo que aceleró la sanación. Las hierbas fueron las que nos curaron. —añade Jess.

—Sin duda aquí vive una bruja. —replica Sally luego señala con mano un pentagrama dibujado en la pared.

—Tenemos que salir de aquí, ahora mismo. —dice Eva, incorporándose lo más rápido que pudo.

—¿Dónde, exactamente? Todos nos quieren muertas. —dice Jessica.

—Es un pentagrama de magia negra. Cuando las brujas de Salem apenas descubrían sus poderes, dieron su cuerpo en totalidad a Lucifer. —explica Eva.



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En el texto hay: accion y amor, aventura., accion drama

Editado: 28.11.2020

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