Capítulo 38: Sacando el rencor

-----Narra Mulan-----

Nunca pensé enfrentarme a aquello que tanto he temido. Pero por el amor, se hace cosas que ni imaginamos que haríamos, y aquí estoy en frente de mi peor pesadilla, mis padres, los cuales acaban de llegar, me miran con una mirada de tristeza, y no entiendo por qué, si ellos fueron lo que me alejaron de mi familia. Después de varios minutos de mucha incomodidad, decido romper el silencio.

—Gracias por haber venido, antes de empezar mi nueva vida, quería terminar de sacar de mi corazón todo lo que me ha hecho daño.

—Hija, —exclama mi padre

—Por favor, déjame terminar, no es fácil para mí conversar con las personas que más daño me han hecho. No me lo hagas más difícil de lo que ya es.

—Está bien terminar de hablar hija, y perdona mi intromisión. —Mi madre toma la mano de mi padre y muy atentos me escuchan, sus miradas me observan y me hacen sentir algo incómoda. Yo tomo mucho aire antes de comunicarle mis sentimientos.

—Desde niña ustedes me despreciaron, yo lo sé todo, ustedes querían otro hijo, pero lamentablemente salí yo. Así que sus planes cayeron a un pozo sin agua, madre tú ya no podías tener más hijos y la última que tuviste fue una niña, eso fue una gran decepción para ustedes ¿verdad?, pero yo no tenía la culpa de nada, yo no les pedí nacer, ustedes tenían una responsabilidad conmigo, debían darme amor, educarme y compartir conmigo su tiempo y energía, pero hicieron lo contrario, me encerraron en un cuarto y viví sola, sin cariño, ni compañía, porque hasta a mis hermanos les prohibieron tener contacto conmigo, yo los necesitaba y nunca estuvieron para mí, así que ahora yo no los necesito, ya yo no estoy para ustedes, no me busque, no me llamen, déjenme vivir tranquila y en paz. —Digo con lágrimas, las cuales me limpio con una servilleta de la cafetería.

—Gracias por traerme al mundo, porque gracias a eso pude conocer a Jazmín. Gracias por venderme a Oliver, ofreciéndome como una mercancía. Gracias a sus malas decisiones es que pude volver amar, tengo a dos personas, las cuales daría mi vida y mis órganos si ellos los necesitan, espero que esta sea la última vez que los vea, los perdono por lo malo que me hicieron, pero perdonar no significa olvidar, yo seguiré adelante sin rencor en mi corazón, pero uno debe alejarse lo que le hace daño, en especial de las personas tóxicas y ustedes lo son, perdónenme por ser tan sincera, es que solo de esta manera puedo reiniciar mi mente mi corazón y vida. —Hablo un poco más tranquila al ir expresando mis sentimientos, siento que poco a poco me libero de esa carga que en mi cuerpo pesaba, sí, es invisible, pero pareciera que mis hombros tenían sacos de cemento que no me dejaban respirar, así se siente cuando uno guarda rencor, te haces daño y solo expresando lo que sientes es que se puede descargar lo malo que por tantos años se lleva por dentro y lo cual muchas veces termina afectando hasta nuestra salud.

—Hija, tienes razón, hemos sido muy malos padres. —Confiesa mi padre con un suspiro cargado de sentimientos.

—Gracias por perdonarnos, no te preocupes, no volveremos a parecer más nunca en tu camino. —Declara mi madre mientras se limpia sus lágrimas, ella habla muy bajo.

—Deseamos que seas muy feliz y que te vaya bien en la vida, entonces si eso es todo lo que tenías que decirnos, nos retiramos. Ya que dentro de unas horas sale nuestro vuelo para China. —Manifiesta mi padre mientras se levanta de la silla.

—No, no es todo, hay alguien que quiere hablar con ustedes. —Comunico mientras tomo el teléfono y tecleó un mensaje

Jazmín llega en el auto de Isabella, se baja lentamente y se acerca a nosotros. Ellas estaban esperando a menos de una cuadra de aquí.

-----Narra Jazmín-----

Al llegar a la cafetería veo al padre de Mulan ya levantado de la silla, al verme sus ojos achinados se agranda, la señora Li nos mira con desconfianza, después de subir unos cuantos escalones de la cafetería me acerco a ellos.

—Buen día. —Digo mirando a ambos.

—Padres necesito que hablen con Jazmín, por favor háganlo por mí y también por ella que realmente está desesperada, ella no sabe nada de su madre.

—Buen día, Jazmín, —responde la señora Li.

—Con su permiso me voy a sentar. —Digo mientras Isabella toma mis muletas Mulan se levanta y mueve la silla, yo me siento con mucha dificultad.

—Sí claro. —Responde el señor Zhou.

—Ustedes me dicen, si me quedo o los dejo solos. —Habla Mulan un poco apenada mientras me mira y me regala una sonrisa.

—Hija, quédate, de igual modo tú te vas a enterar de todo. —Concede el señor Zhou mientras observa a mi madre putativa con cariño.

—Con su permiso me retiro, pues yo sí estoy sobrando. —Comenta mi amiga Isa con algo de humor.

—Cuando los vi por última vez tenía 8 años recién cumplidos, y siempre se portaron bien con mi madre y conmigo, gracias. —Les recuerdo con una sonrisa amable.

—Así es Jazmín, Yo traté de que a ustedes les fuera bien mientras vivían en mi casa, como tenía a mi única hija tan lejos, quise reparar el daño que le causé a mi hija con ustedes, pero no valió de nada. —Comunica la señora Li, mientras sonríe, me imagino que al recordar los viejos tiempos.

—Me gustaría saber, ¿qué pasó con mi madre después que a mí me montaron en esa limusina? —Pregunto yendo al grano.

—Jazmín, tu padre contrató un buen detective y dio con ustedes, por casualidad nosotros conocíamos a tu padre y a tu abuelo fallecido. Ya que algunos años atrás habíamos hecho algunos negocios con tu abuelo. Él no era una buena persona, yo hice una inversión a sus empresas hoteleras, pero perdí mi dinero y en vez de ganar le quede debiendo muchos dólares a tu familia, les estaba pagando poco a poco, cuando tu padre supo que ustedes estaban en mi casa se aprovechó de la deuda y me planteó la opción de hacer un intercambio yo te entregaba a él y él eliminaba mi deuda, Jazmín era mucho dinero yo tenía que solucionar ese tema y seguir con mis negocios, mientras yo debiera tanto dinero a una persona tan poderosa como tu padre, no iba a poder crecer a nivel comercial. Perdóname. —Comenta el padre de Mulan.