En el país islámico ya amaneció. En la ciudad de Kabul, el mercenario contratado por Nelson, el hermano menor de Jazmín, está por trasladarse hacia la ciudad Mazari Sharif, frontera con Uzbekistán.
Antes de empezar su viaje, él llama a su amigo Harry Nick.
—Encontré a la mujer. —Dice el coronel.
—¡Tan rápido! Y ¿dónde está? —Pregunta el mercenario en el hotel donde se hospeda.
—Estaba buscando a la mujer por el pueblo más cercano a la frontera, me faltaba revisar una casa, era la del capitán encargado de la frontera cuando sucedió el accidente, y en su casa estaba una mujer usando una burka, ella no entendía lo que yo le decía y tampoco pronunció ninguna palabra, según el capitán ella es su esposa, pero eso no puede ser, me enteré de que él es hermano de Alí, ¿te acuerdas de él? Él está comprometido con la mujer que iba a hacer para su hermano, hasta los momentos ella está fuera del país.
—¿No piensas, que, tal vez, ya se casó con su prometida?
—No lo creo, yo me hubiera enterado si ella hubiera llegado al país, tú debes encontrar al capitán y matarlo, se llama Alam Admadi, él tiene a la mujer que buscas.
—¿Viste el rostro de la mujer? Si no la viste, ¿cómo puedes estar seguro de que es ella? —Cuestiona el mercenario muy desconfiado.
—Solo es un presentimiento. —Declara el coronel con molestia.
—Debo estar seguro, no puedo dejarme llevar por tus sentimientos, tú lo odias y por eso quieres acabar con él, yo tengo un trabajo y es encontrar a Jazmín, no puedo encargarme de tu venganza.
—Hoy estás peor que nunca. Esa tal Jazmín, ¿fue la que te denunció por violación?
—Sí, la misma, —Admite el mercenario.
—Oye, ¡qué casualidad! Y ¿su familia todavía creen que eres una santa paloma? —Se burla de su amigo de lucha.
—Cállate, y deja de bromear, voy saliendo para tu ciudad, necesito averiguar por mi propia cuenta, el paradero de esa mujer, su hermano me está pagando una gran cantidad de dinero para encontrarla y luego desaparecerla.
—Vas a perder el viaje si vienes en este momento, según mis informantes el capitán se está preparando para salir hacia Kabul, y por supuesto que se lleva a la mujer. —Habla el coronel.
—Entonces, persíguelos, quítale la burka y confirma que es la mujer que estoy buscando, si es ella, arréstala y luego me avisas, para yo mismo terminar mi trabajo, no sin antes volver a probar ese dulce. —Propone el mercenario con la voz un poco alta.
—¿Crees que el capitán va a dejar que yo le quite la burka? —Pregunta el coronel sentado en el sofá de uno de los hoteles más hermosos de la ciudad de Mazari.
—Entonces, mátalo a él y luego te ocupas de la mujer, avísame si es ella y si lo es, tráela a Kabul, te prometo sacarte de este país antes que las cosas aquí empeoren, también te voy a recompensar muy bien si haces el trabajo a la perfección. —Ordena el mercenario acomodándose en la cama.
—Está bien, lo haré. —Acepta el coronel mientras se levanta del sofá, dispuesto a lograr su objetivo.
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-----------Narra Jazmín-----------
Ayer pensé que iba a morir a manos de esos soldados, me sentí indefensa y vulnerable. Más cuando vi a Alam llegar y levantar mi cuerpo del suelo, mi corazón empezó a latir de emoción y felicidad, junto a él, me siento protegida.
Alam me defendió, aunque no entendía lo que decían, lo veía tan valiente, fuerte y decidido, desde ayer él se ha ganado mi completo respeto y apoyo, aunque llegó muy tarde por la noche, estoy tan contenta que haya podido salir bien librado de ese hombre tan malo que me trató con tanta inhumanidad y crueldad.
Las maletas ya están preparadas, dentro de algunos minutos salimos de este pueblo, Alam está un poco nervioso, según Heydar es a causa de que los talibanes tienen varios puestos de control en todas las carreteras y no sabemos, si nos dejaran entrar, a la ciudad de Kabul.
—Por favor Alam, explícame ¿qué fue lo que sucedió ayer con ese soldado? —Le pregunto, aún estoy preocupada de que ese hombre quiera hacerme daño.
—No te preocupes por nada, cuanto menos sepas es mejor, debemos irnos en este momento, para alejarnos de él y evitarnos problemas. —Explica Alam con tranquilidad y con una gran sonrisa.
—¿Tú dijiste que yo era tu esposa? ¿Por qué? —Adel me contó ayer, que Alam me defendió con uñas y dientes.
—Lo hice para salvarte la vida, no te hagas ilusiones. —Habla él, en son de burla, su sonrisa me derrite.
—Gracias. —Murmuro. Sigo observando su lindo rostro, él es alto y trigueño, sus ojos son marrones y tiene un cuerpo de atleta, a pesar de la barba de meses, se ve muy guapo.
—Debemos irnos, es hoy o nunca, —Dice Heydar con la voz glacial, con él también estoy agradecida, es fuerte y rudo, pero por dentro es un panal de miel.
—Roguémosle a Alá, que nos libre del mal. —Habla Jamil acercándose a nosotros.
Los jóvenes limpian la habitación donde están, luego empiezan a lavarse las manos, la cara, cabeza y pies, el único que no lo hace es Alam, él se retira a la camioneta, Heydar, Jamil y Adel empiezan a rezar, se postran al suelo varias veces y repiten varias oraciones en su idioma.
No entiendo lo que ellos dicen, pero la curiosidad me mata, no me muevo de la habitación, veo todo sus movimientos en silencio, he visto personas religiosas, pero jamás nadie haciendo estos rezos u oraciones, creo que es lo mismo, después de varios minutos, ellos terminan, yo me acerco a la camioneta 4x4 y Alam me ayuda a montarme, llevar esta burka es muy incómodo.
La burka es azul, cubre mi rostro y todo el cuerpo, solo una malla rectangular a la altura de mis ojos, me deja ver, el calor me está matando.
Según el jovencito Adel, solo de este modo puedo evitar que todos corramos el riesgo de ser descubiertos por los talibanes, nadie se puede enterar de que soy una extranjera occidental. Si llegan a descubrirme, inmediatamente nos matarían a todos.
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lucha por sobrevivir, infancia dificil, conoceras el verdadero amor.
Editado: 31.10.2024