------Narra Jazmín------
—¡Jazmín! —Exclama una voz detrás de mi espalda, volteo a ver quién me llama y mi sorpresa es grande.
—James, ¿qué haces aquí? —Pregunto con la voz temblorosa.
—Se dice hola, me alegra verte. —Responde él con arrogancia y con una sonrisa enorme.
—¿Qué? ¡Estás loco! ¿Se te olvido lo que me hiciste?
—Eso nunca, desde ese día siempre has estado en mi mente, ven conmigo. —Contesta con determinación, me agarra por mi muñeca y me jala hacia donde él.
—Suelta mi mano —Le ordeno molesta.
—No, tú vienes conmigo —él empieza a jalarme con fuerza, pasamos por el medio de otras personas, llegamos a una puerta.
—No, no, déjame ir, voy a perder mi vuelo. —Le digo, pero él guarda silencio, abre la puerta y me mete a la fuerza al lugar.
—¿James, es ella? —Pregunta uno de los hombres dentro de la habitación.
—Sí. —Le responde James.
—Entonces vámonos y acabemos con este trabajo, —dice otro hombre con una barba cuadrada, ellos están vestidos de guardias, son de piel clara y hablan el inglés con mucha fluidez, todos son de mi país, de eso estoy completamente segura.
Bajamos por unas escaleras y veo una puerta que dice salida.
—¡James!, déjame ir, —Ruego mirando sus ojos verdes, no me suelta de la mano, más bien al ver mi persistencia me agarra por la cintura y me monta en su hombro.
Uno de los americanos abre la puerta, al salir veo el estacionamiento, espero y Alam todavía siga aquí y me ayude, no sé qué hace James en este país y con estos hombres, ¿será que viene por mí o es casualidad que me halla encontrado?
Empiezo a moverme con fuerzas encima de James, por nada me suelta, él ya no es el mismo joven que conocí, veo a un hombre fuerte y varonil, siento una palmada en mi trasero, este desgraciado me nalgueó.
—¿Es que acaso no te gusto? —Pregunta con burla.
—¡Suéltame! —Le grito con ira, él se ríe con malicia.
Llegamos a un vehículo tipo 4x4 sin puertas, James me mete al vehículo, pero yo me lanzo de él, veo a Adel que viene corriendo hacia donde estoy.
—¿Quiénes son ustedes? ¡Déjenla ir! —Habla Adel frente a todos con valentía.
—¿Dejarla ir? No seas estúpido niño. —Murmura James empujándome al auto.
—Vete Adel, ellos son peligrosos, dile a Alam que…
—¡Cállate! —Grita James mientras me abofetea.
—¡Idiota! —Pronuncio con rabia tocando mi mejilla.
—¡Vete! ¿Es que quieres morir? —Le pregunta uno de los hombres a Adel que lo entiende a la perfección, ya que el habla en mandarín.
—¡No!, no me iré hasta que la suelten. —Dice mi niño con firmeza.
Uno de los hombres le apunta a mi niño, yo lo empujo, pero de igual manera lo hiere, Adel cae al suelo, pero sigue insistiendo a los soldados que me dejen ir.
—¡Disparen a todos estos terroristas! —Ordena James con odio mirando a los afganos congregados en este lugar.
Dos de los americanos sin pensarlo dos veces le disparan a todas las personas que están en el estacionamiento, luego arrancan el auto a toda velocidad.
Lloro de impotencia y rabia, escucho los gritos en mi mente de los afganos inocentes que han sido heridos por estos hombres llenos de maldad.
Media hora llevamos de camino, a lo lejos veo una casa muy grande y algo descuidada, James me saca del auto, yo no me opongo, no vale la pena pelear con él, espero que me mate y que acabe con este dolor, me siento tan culpable, si hubiera cedido a montarme sin protestar al auto, nadie hubiera salido herido, deseo que Adel se recupere y me perdone.
James me lleva a una habitación, cierra la puerta y me lanza a la cama, luego se monta rápidamente encima de mí.
—¿Qué haces? —Le pregunto con las manos en su pecho.
—Hueles a sexo. —Dice él lamiendo mi cuello.
—Estás loco.
—Sí, yo estoy loco por ti.
—Bájate, me lastimas.
—¿Me tienes miedo a mí que fui el primero?, pero al idiota del capitán no le decías eso, ¿verdad? A él si le abriste las piernas.
—¿De qué hablas? —Le pregunto al depravado sexual.
—Yo vi como él te veía, él está enamorado de ti y tú de él, ¡no lo niegues! Debes olvidarte de él, si quieres a un hombre de verdad, ¡aquí me tienes! —Dice él mientras pasa su mano por mi cuerpo.
—¡Basta! —Exclamo al borde del llanto al sentir sus manos tocando mi cuerpo. Pensándolo bien, este hombre me ha estado vigilando, creo que el hombre del hotel es James.
—Esto estorba —James empieza a desvestirme, yo le pateo las bolas con fuerza.
—Auh, auh, ¡estás loca! —Balbucea James en el suelo con dolor entre sus entrepiernas.
—Te dije que me dejaras. —Digo con dureza.
—¡Maldita zorra! Esta polla te la vas a comer enterita. —Escupe James poniéndose de pie mientras acaricia sus genitales.
—Primero muerta antes de que me vuelvas a violar. —Declaro sin tapujos.
James se levanta y revisa la ventana, la cierra con un candado y sale de la habitación, al rato llega, se acerca a mí y me abofetea sin previo aviso.
—¿Por qué me haces esto? —Le pregunto con tristeza y rabia, este desgraciado me ha lastimado mucho.
—Por dinero y placer. —Expresa él limpiando mis labios llenos de sangre con un trapo que consiguió en la cama, ¡qué asco!
—Yo te puedo dar más de lo que te ofrecieron, solo déjame ir, y te prometo que al llegar a los Estados Unidos te deposito la cantidad que tú desees. —Le digo mientras lo aparto con mi mano dándole un empujón.
—¿Y el placer de volver a estar contigo? —Cuestiona él con una sonrisa y mirada oscura.
—Por favor no lo hagas. — Le pido, él esposa mis manos a la cama y luego me sube la burka y el abrigo, prontamente besa mi vientre, yo trato de mover mis pies, pero él los sostiene con fuerza.
—¡Déjame!
—¡Ni en tus sueños! —Exclama— quiero volver a tenerte bajo de mí llorando y suplicando que pare.
—Eres un enfermo.
—¿Jazmín qué es esto? Es que acaso tienes un hijo. —Pregunta James señalando la cicatriz que tengo en el vientre.
#1798 en Novela contemporánea
#12851 en Novela romántica
lucha por sobrevivir, infancia dificil, conoceras el verdadero amor.
Editado: 31.10.2024