Noah seguía sin tener en cuenta cuanto tiempo había pasado, pero si había tenido en cuenta muchas cosas, en primer lugar, cada vez que asomaba sus grandes ojos azules por la rendija de la ventana podía darse cuenta mirando al horizonte que el lugar estaba bastante alejado, podía escuchar pasos afuera de la habitación, no estaba seguro de cuantos hombres eran, pero lo secuestraron entre tres, así que decidió quedarse con ese número, después de todo si estimaba que solo eran dos sería más difícil para él si por sorpresa saliera un tercero. Tres era un número seguro para él.
La primera noche fue difícil para él, pero después de pensarlo tanto se dio cuenta de que O’Connor no lo mataría, estaba seguro de ello, primero porque el hombre había dicho que estaba enamorado de su madre, segundo porque él sabía donde estaban los libros que él necesitaba para crear nuevas criaturas y tercero… Noah no sabía si realmente existía una tercera razón, porque si bien eran ciertas las dos primeras, también era cierto que su tío tenía resentimiento hacia su padre, y él a parte de tener sangre de su madre, también tenía la de su padre. Además, estaba el hecho de que una vez que el hombre consiguiera la manera de obtener los libros ya no tenía ninguna razón para mantenerlo vivo. Después de todo no estaba seguro de que pudiera añadir más razones de las que había establecido para su supervivencia.
El hombre había salido no sin antes amenazarlo, pero Noah no creía en sus amenazas porque no había nada más que el pudiera quitarle. A veces en vez de analizar la situación, Noah simplemente miraba el horizonte como si estuviera esperando a que vinieran por él. Había cerrado su mente, todas las puertas de su pared estaban bloqueadas, su tío no había intentado entrar en él, porque si había algo en lo que Noah era mucho más bueno que cualquier otro, era aprendiendo. En tan poco tiempo había aprendido a protegerse a si mismo y a ser más estable emocionalmente, sus poderes estaban bajo control, por lo que el hombre tampoco creía que el chico pudiera salírsele de las manos.
Noah golpeteo con su dedo el suelo roñoso en varias ocasiones, como si estuviera entonando una melodía, ya sabía que esa vieja cabaña no era tan grande, había salido en dos ocasiones al baño y además del cuarto en el que estaba él, había otro en el que nadie pasaba porque simplemente no podía descuidarse del secuestrado además de la parte delantera donde había tres sillones presentables y la puerta por supuesto que había una, si tan solo pudiera al menos escapar por la ventana, pero no había manera de salir por la ventana sin romper el vidrio y no habría manera de romper el vidrio sin hacer ruido de por medio.
Siguió con el leve golpeteo de sus dedos en el suelo y solo paro el incesante golpeteo cuando sintió algo tocar su pared mental, pensó que solo era su imaginación así que retomó el ruido con sus dedos cuando ya no escucho nada más dentro de si mismo, pero volvieron a tocar cada rato cada vez más fuerte, no era doloroso pero los bellos se le pusieron de punta como si le estuvieran pasando un diente de león cerca de partes muy sensibles.
No podía ser O’Connor intentando entrar, el hombre ya lo había intentado y había fallado miserablemente, era más tosco y rudo al intentar su intromisión, tanto que Noah terminaba con un ligero dolor de cabeza. Noah tenía miedo de dejar entrar esa conexión, como cuando un número desconocido llama a tu celular, no podrían ser ninguno de los otros dos hombres porque después de observarlos se dio cuenta que eran simples humanos.
Decidió arriesgarse a abrir la conexión. «Noah ¿Estas ahí?»
Era una voz que podría reconocer en cualquier lugar, Bruno. Pero, no por eso dejo de darse cuenta del tono de duda que escucho en ello. «¿Bruno?» Preguntó, aunque ya sabía la respuesta. Hubo un silencio incomodo antes de poder responder, pero Bruno sabía que no podría tardar demasiado. «Noah, mi amor ¿Dónde estás?» ¡Bruno le había dicho “mi amor”! Entonces Noah se emociono y pensó que no era tan malo estar secuestrado después de todo.
«No sé dónde estoy Bruno, no hay casas cerca, es una cabaña vieja y para donde quiera que miro solo hay nieve afuera.» Dijo con soslayo el menor, no sintiéndose bien por no ser de ayuda.
«Noah, ¿quién te secuestro?» Insistió Bruno.
«Fue el Sr. O’Connor, quiere los libros. No te puedo explicar bien, pero no puedes dejar que los tenga. Uno esta en mi casa y otro está en mi camioneta, encuéntralos y escóndelos de él.» comentó rápidamente Noah
«Mi amor, perdóname… Yo dude de ti… Yo… Lo siento tanto… Creí que…»
Titubeó Bruno tratando de concentrarse. Noah sintió un ligero dolor de cabeza y supo que las cosas no estaban bien. «Hablamos después de nosotros Bruno, has lo que te pedí.» Pero Bruno no escucho ni la mitad de lo que Noah dijo, solo escuchó “has lo que te pedí”. Había interferencia y estaba seguro de que tenía que ver con el Sr. O’Connor.
El hombre entró tan rápido con una sonrisa gatuna adornando su rostro.
– Parece que mi pequeño incentivo funcionó. Puedes ser muy bueno, pero no experto, ya he enviado a mis hombres con tus instrucciones. – Noah solo le dedicó una mala manera al hombre y rio de manera irónica.
– Incluso si tienes los libros tendrías que buscar los otros, además de no saber como leerlos. – concluyó triunfante Noah.
- ¿Para qué crees que estas aquí? ¿Creíste que enseñarte a usar tus poderes te saldría gratis? Y en cuanto a los libros…- Entonces su tío lo tomo de la muñeca bruscamente conduciéndolo a la habitación contigua y Noah no pudo creer lo que vieron sus ojos, tres libros acomodados en taburetes uno azul, otro blanco y otro café. Los libros de los exents del agua, del aire y de la tierra.
Si Noah había deducido correctamente, si el tenía esos libros es porque había asesinado a los exents que resguardaban los libros, Noah no estaba seguro, pero sospechaba que él era el guardián del libro de fuego y que no había llegado a él solo por casualidad y que Bruno tuviera el negro ya era demasiada casualidad. El chico registró la habitación con sus ojos viendo el símbolo de cazador en algunas de las cosas que estaban en el lugar.