Me siento recargado, he dormido en una cama similar a un saco lleno de plumas, me he estirado como un bebé y vuelvo a acomodarme en la cama, solo que ahora entra la luz del sol y el resplandor es muy fuerte así que bajo la cortina, haciendo que la habitación se sienta fría y oscura, pero fue totalmente imposible volver a dormir, así que voy al baño que está justo dentro de la habitación y aprovecho de relajarme con el agua caliente quemando mi espalda.
Me quedo debajo de la ducha por varios segundos, esto se siente jodidamente bien aunque Axel dijo que no es un hotel. Luego agarro mi toalla y dispongo de mi tiempo a mirar el celular con los minutos que me quedan.
Instagram: Eva y cinco personas más han subido contenido nuevo…
Alguien cumplió su palabra de seguir con su vida.
He arrojado mi celular al cesto de ropa sucia, me dediqué a salir del baño y justo cuando me voy a quitar la toalla ha entrado Axel.
—¿Qué carajos Axel?
—No me culpes, te llamé varias veces, pensé que a lo mejor te habías muerto o algo, encima ¿Por qué dejas la puerta sin seguro?
—Solo sal, estaré listo en dos minutos —intento ser amable considerando que gracias a ella es que estoy aquí, pero hoy cualquier mínimo suceso no pasará desapercibido, acabo de ver a Eva, subiendo una foto con un castaño de ojos verdes, muy de cercas, él dándole un beso en los cachetes mientras ella sonríe como luz de sol, aparte, parece que salieron a la playa.
«Que fácil soy de reemplazar».
Me siento como si un camión acaba de caerme encima, ahora que lo pienso, Eva nunca antes subió una foto conmigo.
He golpeado a una almohada, ¡UNA ESTÚPIDA ALMOHADA!
—John, te esperaré abajo.
Me he sorprendido porque me despierto y ya nos vamos a trabajar, así que miré la hora, las 3:55 de la tarde, no me culpo, ayer apenas había llegado a este lugar, y no pude dormir hasta que dieron las 3 de la madrugada.
Paso ambas manos por la cara en señal de frustración.
«Mierda».
Me cambio con un pantalón de tela gris, un suéter negro y unos tenis deportivos.
—John, vas pasado de los dos minutos —comenta Axel a lo lejos.
—¡¿No que me ibas a esperar abajo?! —aprieto mis puños para no maldecir y salgo haciendo retumbar la puerta al cerrarla, y pasando por el lado de Axel hasta el ascensor —. Lo siento, no es un buen día para mí.
—Está bien, pero no es mi culpa, así que trágate el enojo.
La miro casi suplicando algo de empatía, pero esta debe ser la reina de los corazones de piedra.
Agradezco de haber traído mis audífonos, pongo mi playlist en aleatorio "love is only a feeling" - Joey, mientras me subo a la Vespa de Axel, viendo como ella rápidamente se pone en marcha.
Ya me estoy preguntando si no me va a quitar lo mismo que me va a pagar de salario, solo por dormir bajo su techo.
Contemplo un poco este pequeño lugar y envidio a los tantos turistas que se pasean por estas calles, gastando su dinero y dándose las vacaciones que tanto querían. Y que loco, loco porque este es el lugar a dónde ellos siempre quieren volver y los que viven aquí solo quieren huir, al menos a los que nos pagan poco y solo nos alcanza para sobrellevar nuestras situaciones y a otros ni eso.
Solo intento cerrar los ojos y sentir un poco el aire, aunque este no se sienta tan bien con el sol fuera y el calentón que se siente. De pronto solo he sentido la mirada de Axel y los he abierto, pero no, solo estoy de paranoico, y esta chica no me ayuda para nada en estos momentos.
Estoy algo perdido pero siento que me lo merezco.
¿Qué quería que pasara?
Tarde o temprano Eva debía de seguir con su vida.
No la culpo, yo no podía ofrecerle lo que ella quería.
Y lo sé, nadie me amará igual que ella, pero simplemente no puedo corresponderle y no sé porque al ver su foto con alguien más me ha dolido como si acabaran de darme una golpiza tan fuerte que me haya roto la nariz.
Solo que está herida es en el corazón, y de vez en cuando solo respiro lento para que no me de un ataque de ansiedad.
«Estoy bien y estaré mejor».
Al llegar empecé a limpiar rápidamente las mesas asignadas, Axel tomó mi medida para hacer un uniforme para mí y en cuanto las personas empezaron a llegar yo estuve organizando todo el lugar.
De repente sentí sus manos abrazarme desde mi espalda, se siente tan cálido, tan real. Que solo aprieto el puente de mi nariz, sintiéndome malditamente cansado, pero volteo y ella no está allí. Miro al frente y me convenzo que es hora de dejar esta mierda.
Me refiero a dejar de sentirme deprimido, no puedo, ¿Por qué ahora? Nunca me sentí tan mal cuando teníamos conversaciones donde me decía todo el daño que le había causado, nunca me había dolido cuando me decía lo mierda que soy para su vida, que la contamino en cada segundo que permanezco a su lado, ni siquiera me tomaba personal los insultos de Greta mientras se desbordaba como río, gritándome toda clase de groserías.
Pero no es tan fácil, no es tan fácil como quisiera que lo fuera.
Así que esperé hasta la salida, Emma y Andrés me invitaron a una fiesta de uno de sus amigos en la playa, no quedaba lejos de aquí y no estaba mal para familiarizarme un poco con este nuevo lugar.
Así que caminé junto a los dos, se ve que son muy cercanos y de cierta forma me da un poco de envidia. Estoy concentrado en el camino mientras ellos me comentan acerca de este lugar, que no es fácil al principio pero luego te acostumbras y te sientes un poco más tranquilo, el mar relaja, aunque lo tengas que escuchar con sesenta mil pedidos y personas dándote toda clase de quejas cada día, aún cuando le das un buen servicio.
Al llegar a la parte de la playa privada, Andrés empezó a presentarme a varios amigos suyos, y Emma se fue a saludar a su grupo. Uno de ellos me comentó que la barra es gratis, así que aproveché y me escabullí. Finjo una sonrisa, pero en mis ojos se ve la falsedad, algunas chicas me miran pero de seguro solo por intriga, aún tengo marcas en mi rostro y me veo algo pálido como para vivir en plena orilla. Emma de vez en cuando viene a mí y me pregunta que cómo me siento, pero la verdad no tengo ganas de hablar, soy ajeno a las palabras, a sus miradas, a este lugar.