buscando la libertad

capitulo 14

Nuestro desafío es pensar correctamente en un mundo equivocado. Nuestro reto es pensar positivamente en un mundo negativo. -mJohn C. Maxwell

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POV CHRIS

Sus ojos están viéndome de una manera repugnante, le doy asco, no me importa en realidad lo que está mujer me valla a decir.

- ¿A donde vas?- me pregunta de una manera inquisidora, sus ojos pasan a ver a mi Isa en mis brazos, y la mira de arriba a abajo, creo que ya se entero de que no es la más linda en este castillo, y eso me hace sentir orgulloso, ella jamás le llegaría ni a los talones a Isabella.

- Me voy a casar y no estás invitada- digo dándome vuelta hasta encontrar la puerta que nos llevará al Cura para que nos case.

Entro y le cierro la puerta en la cara, tal vez fui grosero, pero ella no es mi madre.

Isabella me estaba viendo con el ceño fruncido, creo que alguien no le gusto lo que hice.

- ¿Por que le hiciste eso a tu madre?

- pues porque si no lo hacia no me iba a dejar casarme, y es mejor que nos apuremos antes de que mi padre venga y encarcele al cura.

- Apúrate tú, yo no estoy caminando. - dijo aun enojada, ¿por que siempre tiene que ser tan buena con otros?.

 

Cuando llegamos al cuarto, el cura nos abrió rápido

- entren - dijo en susurro mirando a todos lados. Cuando entramos, era una habitación un poco pequeña, también había una atril con una gran biblia, la religión aquí era solo para casarse porque ya casi nadie iba a las iglesia solo unos cuantos, nadie tenia que confesarse , que irónico, todos eran santos, yo nunca fui mi padre me lo prohibió a si no tenia mas opción que quedarme encerrado.

- para que sea legal tienen que haber dos testigos - mierda, me había olvidado - pero tranquilo, sabia que se te olvidaría por eso yo me encargue de buscar a algunos. son de confianza.

En ese momento entraron una mujer morena de la misma edad de mi padre y un joven, creo que yo lo conocía,

esto debe ser una maldita broma

¿Que hace el acá? se suponía que no lo volvería a ver.

Baje a Isabella de mis brazos, no pesaba nada, en todo este tiempo la cargue ni me canse, hasta en eso es perfecta.

- El no va a ser mi testigo - me dirigí al cura.

- No hay otro, los demás podrían contarle a su padre, y yo en este momento me estoy jugado mi cabeza, así que no hay otra opción, de todos modos el no sera su testigo, sera el de la señorita Isabella.- no pues que remedio, pienso sarcásticamente, debe estar jugando.

-no, el sera el mio.

- La verdad es que no te entiendo, no querías que fuera el tuyo hace un par de minutos, y ahora si quieres, ¿Estas segura de que te quieres casar con el? - Dice esto ultimo dirigiéndose a Isabella, este hombre de cura no tiene nada, debería estar uniendo parejas no separandolas, antes de que pudiera abrir la boca, Isa se me adelanto.

- nos estamos retrasando, la reina vio a donde nos dirigíamos, así que tenemos que hacerlo rápido, pero no, ustedes solo pelean por una tontería. - sip, Isa seguía enojada, se veía como una gatita a punto de mandarsele a su presa, y esa era yo.

- Ella tiene razón - la secundo el mayordomo.

- tu no hables.

-pónganse en sus lugares - nos ordeno el cura.

 

Isabella y yo estábamos viéndonos de frente, se veía hermosa, sin aviso la bese, tenia todo el derecho.

-¿ya no estas enojada? - dije sobre sus labios. ella negó varias veces aun sonriendo.

El cura empezó su discurso, yo no le puse atención, solo quería de nos declarara esposos.

- Christopher Collinwood Aldridge, ¿aceptas a Isabella Brow como tú esposa?

- si, acepto - sin poder evitarlo una lágrima baja por mi mejilla, lágrimas de felicidad verdadera.

- Isabella Brow ¿aceptas a Christopher Collinwood 
Aldridge como su esposo?

- Si, aceptó.- lágrimas caían por su bello rostro, pase delicadamente mi mis dedos por su cara, limpiándoselas.

- por el poder que Dios y la ley me ha concedido, los declaró marido y mujer, puede besar a su esposa.

Me acerqué lentamente, tomé su rostro con mis manos y acerqué mis labios a los suyos, apenas se estaban rozando y ya me estaba volviendo loco, profundice el beso,
no me quería separar, pero teníamos que firmar la hoja para que nos uniera legalmente.

Al terminar de firmarlas, ya éramos esposos, al fin, ya era completamente mía.

La puerta se abrió bruscamente alertándonos a todos, se suponía que tenía llave.

Los ojos de mi padre estaban lanzando fuego, apreté a Isabella a mi pecho, estaba temblando.

- No puedo creer que hallas hecho algo así, que mierda te pasa, tu no eras así. - dijo tratándose de controlar, pero no lo estaba logrando, esto me lo esperaba, menos mal que llego después, no me hubiera perdonado que dañara todo antes o lastimara a Isabella.

- de ahora en adelante te pido más respeto con Isabella - dije ignorando sus palabras anteriores- Es mi esposa, y por lo tanto también Princesa legítimamente hasta que yo muera, algo que no ha sucedido y no pasará en muchos años, así que te pido con todo el respeto posible que te vayas de la habitación, y no les haga nada a las personas que están conmigo ahora.



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En el texto hay: amor, realeza, monarquia

Editado: 09.04.2018

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