Buscándote

5. En las estrellas

La nota en el dibujo lo motivó a agregar su número pero cuando estuvo a punto de mandarle un mensaje se acordó de que su misión para ir al parque era encontrarse con Sarah.

Su idea al no encontrarla era volverse temprano, después de echar un par de fotos, para cenar y volver al parque cuando anocheciera.

Sarah le dijo que le gustaba mirar las estrellas, estaría en ese banco y podría hablar con ella.

Pero se entretuvo hablando con una chica que tampoco conocía de nada y ya tenía el pijama puesto.

Estaba cansado, después de pasar toda la tarde fuera de casa le apetecía relajarse. Pero las ganas de ver a Sarah le consumían tanto que no sería capaz de conciliar el sueño, no ver a su chica si que le pondría de los nervios.

Se preparó con ropa cómoda y sus botines preferidos, se arregló un poco el pelo y se puso un abrigo antes de salir.

Cuando ya estaba en la puerta se paró en seco.

¿Qué le diría al verla?

"Hola soy el chico que sueña contigo sin conocerte, estoy obsesionado contigo, ¿Qué tal la noche?"

Parecería un acosador al ir hasta allí en plena noche a buscarla y sin saber qué decir.

Se quedó unos minutos pensando en la mejor opción pero la idea de no dormir se acopló en su mente y salió por la puerta sin darle más vueltas, ya pensaría algo de camino.

Llegaría allí como por casualidad y entablaría una conversación normal con ella. No le diría nada de sus extraños sueños hasta que tuviesen más confianza.

Sí, era un buen plan.

Conocerla y quedar para verse otro día.

Hablar todas las tardes hasta aburrirse y saberlo todo el uno del otro.

Entonces se lo diría y ella reaccionaría bien.

Se enamorarían y estarían juntos.

Evans se lo iba imaginando todo a cada paso que daba como un futuro cercano.

Todo era tan fácil en su mente...

Llegó al parque y a paso ligero fue recorriendolo todo hasta llegar al banco donde ella debía estar.

Y allí estaba.

Evans la observó de lejos, era preciosa.

Su largo pelo castaño estaba recogido en una cola de caballo, llevaba un top negro y una chaqueta ancha de estilo militar que le quedaba grande. Los pantalones vaqueros ajustados le estilizaba unas piernas que acababan en dos convers negras.

Por un momento Evans barajó la idea de quedarse ahí, observándola como en sus sueños mientras ella estaba ahí, sentada con el único movimiento de su pecho subiendo y bajando con sus respiraciones tranquilas con sus ojos fijos en el cielo estrellado.

Esa noche no hacía frío, el cielo estaba despejado y se podían ver todas las estrellas y la luna con claridad.

El deseo de estar cerca de ella se apoderó de Evans.

Se acercó a pasos lentos, como si le costase andar, sonriendo de forma nerviosa como un tonto mientras la miraba.

Se sentó a su lado sin decir nada y ella tampoco se inmutó.

Estaba en su mundo y parecía no haberse dado cuenta de la presencia de Evans, o eso parecía.

—Las estrellas son preciosas a lo lejos —Dijo con voz melosa en un susurro la chica sin quitar la vista del cielo.— Después te das cuenta de que son astros emitiendo luz. Algunos incluso puede que ya estén muertos pero nosotros seguimos observandolos y admirándolos.

—Siguen siendo preciosos hasta después de muertos, supongo.

Muy bien, Evans. ¿No se te ocurría otra respuesta? 

Los ojos de la chica se posaron en Evans como un rayo, sorprendida y muy seria se quedó analizándolo intentando descifrar el sentido de su frase.

Y entonces sonrió.

Y se rió a carcajadas.

Como si le hubiese contado un buen chiste y acabará de entenderlo rompió el silencio con unas suaves carcajadas.

Volvió a mirar a Evans mientras se quitaba una lágrima que salía de su ojo.

—Eso es muy macabro, Evans —Dijo con una sonrisa.

Él, sin embargo, la miraba casi sin pestañear, con la luz de la luna bañando sus mejillas mientras sus dientes asomaban brillantes en su risa.

Era preciosa.

Y ahora el que estaba sorprendido era él.

Se dio cuenta de que esa chica era rara.

En definitiva era la chica de sus sueños.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.