La propuesta de Shinobu era muy tentadora. Pero Teo no estaba seguro, tenía miedo, sobre todo por sus hermanos.
—Teo, sé que ustedes pasaron por mucho, pero esta es una gran oportunidad para ti y tus hermanos. Pueden hacerse más fuertes y protegerse mutuamente. No tiene porque importarles la opinión de los demás sobre ustedes —continuó Roid. —deja de pensar en el pasado y enfócate en lo que pueden lograr a futuro
Teo ya sabía eso, pero no era fácil para él superar la muerte de todos sus seres queridos. Era un tormento que lo seguía desde hace años.
Pero también sabía que aferrarse a esos malos recuerdos no le iba a llevar a ningún lado. Lo pensó muy bien y tomó su decisión.
—Si ellos deciden ir, iré —respondió Teo decidido.
—Me parece bien, ustedes son inseparables —dijo Roid.
Shinobu solo sonrió tras la respuesta de Teo. Podía ver que era un chico muy maduro aferrado a viejos recuerdos, pero con la fuerza suficiente para soltarlos y avanzar por él y sus hermanos.
—Ya sabes dónde están. Se les puede sentir desde acá —dijo Teo mientras mezclaba la crema que estaba preparando.
—Me guardas un poco ¿Bien? —dijo Roid.
—Primero ganale a esos dos y lo pensaré
Roid y Shinobu se dirigieron a la arena, la cual estaba algo metida en el bosque. No había un camino en específico. Los chicos usaban todo el lugar como zona de entrenamiento. Colgarse y correr por las ramas de los grandes árboles era una de las cosas que más les gustaba hacer.
—¿No pudieron crear un camino donde no te ensucies? —se quejó Shinobu mientras limpiaba la tierra de su bata blanca y sus pantalones negros.
—Ya llegamos —avisó Roid.
—Hola abuelo —lo saludó Karin.
—Hola pequeña
—Hola, soy Shinobu Kato Tsurumi. Tengo algo que hablar con ustedes, así que esperaré a que termine el combate
Shinobu alzó la mirada trás limpiar su bata y vió una silueta negra en el aire que se dirigía hacia ella.
¡Pum!
Un fuerte golpe sonó a su lado. Varias plantas se rompieron y cayeron. Bajo todo ese lío algo se comenzó a mover.
—¡Buen golpe, maldita gorila! —Joshida gritó saliendo de la pila de ramas y plantas sin notar a Shinobu.
Corrió hacia Hana y le lanzó varias bolas de oscuridad para quitarle la visión. Seguido de eso giró para dar un patada de gancho trasera. Hana se puso en guardia esperando a bloquear y luego contraatacar, pero, Joshida usó la patada para romper la guardia bajando los brazos de Hana. Con la otra pierna le dió una patada con el empeine en la cara.
—¿Qué tal es- ¿!!?
Hana agarró la pierna de Joshida y sonrió. La patada había sido certera, pero era un movimiento que Joshida había aprendido hace muy poco. Por lo que luego de romperle la guardia, su siguiente patada fue débil.
—Eso es nuevo ¿Eh? —dijo Hana.
Joshida usó su otra pierna para soltarse y comenzaron a intercambiar golpes.
—Vaya que sí saben pelear —Shinobu los halagó sorprendida. —Están por encima de varios estudiantes de su misma edad. Es sorprendente. ¿Tú les enseñaste? —preguntó curiosa.
—Sí, un poco, pero lo demás lo aprendieron por ellos mismos —respondió Roid.
Hana y Joshida seguían intercambio golpes. Ambos dieron un paso atrás, imbuyeron sus brazos con su magia y se prepararon para lanzar un gran puñetazo.
Los dos gritaron a la vez dramáticamente y acertaron el golpe de lleno en la cara del otro. La magia que los rodeaba se dispersó y ambos cayeron al suelo agotados.
—Dejemoslo como un empate —igualmente me había comido algunos de tus pedazos a escondidas —confesó con una cara burlona.
—¡¿Qué?!
Joshida se levantó de golpe y se puso encima de Hana mientras la ahorcaba. Quejándose y haciendo una rabieta por sus deliciosos pedazos de pastel.
—Hm hm
Roid tosió disimuladamente para llamar la atención de los dos.
—Oh, abuelo —dijeron a la vez.
Se acercaron a él mientras se quitaban la tierra de sus cuerpos.
—Abuelo, ¿quién es ella? —preguntó Hana.
Shinobu se presentó y les dijo lo mismo que a Teo. Haciéndoles la propuesta y contándoles que sabía sobre ellos y su pasado.
Hana y Karin reaccionaron igual que Teo. Confundidos por una propuesta repentina. Trataban de aclarar sus pensamientos y dar una respuesta correcta. Estaban preocupadas por sus hermanos. Sobre todo por Joshida. Pero al verlo él estaba calmado.
—Acepto —respondió Joshida sin titubear.
—E-eso fue una respuesta rápida. ¿Y ustedes chicas? —preguntó Shinobu.
—Yo, eh… ¿Joshida, estás seguro? —preguntó Karin.
Joshida la miró fijamente sin mostrar nervios.
—Sí, ya me había decidido por tomar alguna oportunidad así cuando la tuviera —continuó Joshida. —Pasamos por algo horrible hace años. Pero estoy seguro de que las historias que mi madre nos contaba eran reales. La Dama Oscura, El Rayo Humano, El León De Fuego, quiero ser como ellos. Ser fuerte para proteger a los débiles, personas que no se pueden defender como… nuestra aldea. Es el camino que he decidido seguir. Yo quiero ser un Caballero Mágico
Las chicas escucharon atentamente y se sorprendieron por lo que Joshida acababa de decir. Lo pensaron por un momento hasta que tuvieron clara su respuesta.
—También acepto
—Yo igual, seguiré a estos idiotas a donde vayan —dijo Karin con una sonrisa.
Roid los miró sonriendo y algo preocupado.
—Bien, las clases empiezan en dos semanas. Prepárense, ya que tendrán un examen para saber a qué nivel de estudio están. No tienen que preocuparse por el resultado. Ustedes ya están dentro básicamente —explicó Shinobu.
Terminando eso, Hana y Joshida fueron a cambiarse al vestidor que habían construido hace años.
—¿Se cambian juntos? —preguntó Shinobu curiosa.
—Esos dos se llevan así —respondió Karin.
Shinobu se acercó a Roid y le susurro:
—¿Ellos no saben que… sabes a lo que me refiero
—No, no tienen porque saberlo por el momento