— ¡Sabias lo que estabas haciendo cuando me enviaste allá! —le digo a mamá quien no deja de sonreír desde que entré de regreso.
Ella toma mis mejillas entre sus manos, debido a su té helado, las tiene frías. —Ahora cuéntame todo, ¿Estaba Ren por ahí?
Asiento sin decirle nada. Ella sonríe más que antes, me da un abrazo por encima de los hombros y al separarse, besa mi frente.
—Mamá… tu plan pudo haber salido mal, ¿Y si no lo hubiera agradado?
Mamá me toma de la mano y me lleva hasta el sofá. Nos sentamos y subimos los pies para cruzarlos mientras charlamos. —Es imposible que no le agrades a alguien, Fantasy. ¿Qué te dijo? ¿De que hablaron?
Me encojo de hombros. —Pues, de la universidad y esas cosas.
Toma su té helado de nuevo y le da un sorbo. — ¿Está en la universidad?
—No, dice que no sabe si irá a la universidad, que no es para él.
Mamá asiente con aprobación. Si mamá fuera una madre normal, ella catalogaría a Ren como “un chico sin futuro” por no ir a la universidad, pero como ella es Teresa Torres, piensa que la universidad es una pérdida de tiempo y lo único bueno de ella son las fiestas y los amigos.
—Un alma libre alejada del sistema educativo impuesto por los privilegiados, me agrada.
No estoy tan de acuerdo con esa declaración pero no se lo digo. —De todas formas, no hablamos mucho de nada. Después comí un poco de arroz frito con ellos y me vine de regreso —rasco mi brazo—, y tienen un perro muy lindo.
—El señor Kethon es un buen hombre, por supuesto que su hijo iba a serlo también. Ya veras, Fantasy, este verano será inolvidable para ti.
En ese momento, Víctor baja por las escaleras. Pensé que estaría en el gimnasio pero al parecer, hoy regresó temprano.
Me saluda con la mano cuando me ve y toma asiento en el sofá desocupado.
— ¿Charla de chicas? —Pregunta bromeando—, ¿Debería irme?
Mamá niega con una sonrisa. —Solo estábamos hablando de como este verano será muy especial para Fantasy.
Víctor me mira levantando la ceja. — ¿Ah sí? ¿Algo en especial?
Mamá contesta por mí: —Este verano Fantasy tendrá su primer romance de verano.
Bajo la mirada negando. Puede que sea su hija pero no tengo la libertad de expresión como la de ella, a mi aun me apenan ciertas cosas. Supongo que lo heredé de mi padre.
Víctor aclara su garganta. — ¿Ah, sí? Pues… no sé qué decir. Espero todo salga bien, recuerda, este, ya sabes… no hacer nada alocado.
Mamá suelta una carcajada y niega con movimientos abiertos de sus manos. —Pero, ¿Cómo le dices eso Víctor? Solo tenemos una vida, soy tu madre y te doy permiso a cometer un par de locuras.
Víctor reniega. —No muchas, Marie —le recuerda a mi madre—, aun es una niña. Tiene diecisiete.
Lo veo y le doy una sonrisa. Estoy agradecida que de alguna forma, se preocupe por mí. Supongo que tengo la suerte que las parejas de mis padres son buenas personas y me tratan bien.
Juliette me cuida como si fuera su hija y Víctor se preocupa por mí.
Mamá finge bostezar. —Lo que digas, amor —me guía un ojo—, no hagas nada que te deje con arrepentimientos. Eso incluye el arrepentimiento de no haber vivido como tú querías.
Le doy una sonrisa y aviso que iré a mi habitación.
Una vez recostada en mi cama, reviso mis mensajes del chat grupal. Las chicas han enviado varias fotos divertidas, audios hablando de la fiesta y la última parte es Lea disculpándose porque hoy saldrá con Peter.
“No te preocupes, conquístalo chica” le contestó Ester.
Michelle se limita a enviar un montón de imagines celebrando.
Yo respondo que no se preocupe y que nos cuente todo más tarde.
Entonces al final solo saldremos Ester, Michelle y yo. Será extraño no tener a Lea con nosotras pero me siento muy emocionada por mi amiga. Ella consiguió al chico que tanto había querido. Finalmente tendrá esa historia que tanto habíamos fantaseado todas juntas.
Ahora solo faltamos nosotras tres.
“¿A dónde vamos hoy?” pregunto.
Michelle contesta; “Hoy inicia la feria, vamos a dar unas vueltas”
Ester responde: “Mejor vamos otro día a la feria, tengo ganas de hacerme algo en el cabello, vamos al salón, ¿Si?”
Michelle envía una carita con los ojos hacia arriba y luego responde:
“Lo que la princesa quiera”
Sonrío. Entonces hoy iremos al salón de belleza, quizás podría hacerme algo en el cabello aunque me gusta como está ahora. Me ha tomado mucho tiempo para que crezca a este largo, cerca de la cintura, si lo corto me arrepentiré cuando salga, estoy segura.
Igualmente puedo solo acompañar a mis amigas y charlar con ellas.
Hemos llegado al salón de belleza ubicado en el centro, mientras esperamos a que atiendan a Ester y a Michelle, quien quiere teñirse las puntas de rosado, estamos sentadas en un sofá de piel sintética rosado brillante.
Es un lugar el cual ya conocíamos, con espejos grandes frente a cada silla giratoria forrada de cuero negro, un candelabro en medio y empleadas vestidas con un uniforme rosa. La música de fondo es de los éxitos más recientes y el olor es una mezcla entre shampú profesional y esmalte de uñas.
En lo que Ester y Michelle ven el catálogo de colores y cortes, yo recuerdo ese momento a solas que tuve con Ren. Espero que volvamos a encontrarnos y espero poder seguir acercándome a él.
Aun no entiendo por qué no les he contado a mis amigas sobre Ren, lo que estoy sintiendo por él y lo que pasó el día de hoy más temprano. Cuando intento hacerlo, alguna de ella comienza a decirnos algo y me detengo.
Puede que sea solo mi imaginación pero pareciera que algo está impidiendo que lo diga, ¿El universo? ¿Los astros? ¿Mi hada madrina? Sea lo que sea está funcionando porque la única persona que sabe un poco de la historia es mamá.
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Editado: 04.01.2024