Cada Verano Sin Ti

12: Mucho.

 

 

— ¿Hola? —la voz de Juliette al otro lado del teléfono me hace sonreír. Juliette es más que una madrastra para mí, es lo más cercano que tengo a una mejor amiga.

No me malinterpretes, mamá y yo somos muy unidas pero a veces necesitas a alguien con los pies en la tierra pero que me permita ser y hacer cosas que papá no lo haría.

Juliette es como el punto intermedio perfecto entre papá y mamá.

—Hola Juliette —le digo mientras espero que el esmalte de uñas se seque, colocando el teléfono a un lado de mí, está en altavoz.

Mamá no está, papá estará trabajando. Necesitaba que no hubiera padres biológicos para poder hablar con ella libremente sin que ninguno estuviera espiando a su forma.

Papá probablemente se pegaría a ella para escuchar lo que estoy diciendo mientras que mamá, de este lado de la línea, fingiría estar limpiando.

— ¡Cariño! Gracias por cumplir con tu promesa y llamarme, he estado pensando en ti desde que te fuiste.

Sonrío. —También te extraño y a los chicos, ¿No han roto nada aun? ¿Mi habitación está intacta?

Juliette suspira. —Una ventana del señor Fulton fue impactada por un balón, Mitchell está cortando su césped ahora mismo como castigo. Tu habitación… digamos que sí.

Ruedo los ojos, estoy segura que vieron televisión en mi cuarto y trataron de usar mi computadora, pero tiene una clave anti hermanos metiches.

— ¿Cómo va todo por ahí? —pregunta.

Aquí es donde quería aterrizar. —Juliette, creo que me estoy enamorando de alguien —se siente tan bien decirlo en voz alta.

Juliette celebra: — ¡Marie, eso es tan lindo! —puedo imaginármela sonriendo, llevándose una mano al pecho—, dime todo, tranquila, no hay hombres en casa y no saldrá nada de mi boca.

Por eso la amo.

—Pues, se llama Ren. ¿Recuerdas que te dije que viene alguien aquí a limpiar la piscina? —ella responde que sí—, pues es su hijo. No sé, es guapo pero más que eso, desde que lo vi sentí una conexión o algo, nunca lo había sentido con nadie. Fue como amor a primera vista, me siento tan tonta pero tan feliz al mismo tiempo, no sé, creo que él también se siente así por mí, ayer tuvimos una cita en la playa, no sé si era una cita pero nos tomamos de la mano y me dio un beso en la mejilla.

Juliette suelta con tono alegre: —Marie, eso es tan romántico, suena como un romance a la antigua. Me parece que el chico es bastante respetuoso contigo, te besó en la mejilla, va lento sin duda.

— ¿Eso es algo bueno? —pregunto.

Ella contesta: —Definitivamente. Si a un hombre le interesas de verdad, tendrá cuidado contigo. Te tratará delicadamente, no apresurará nada. Es muy romántico, Marie.

—Lo sé, hoy vendrá más tarde con su padre a ver algo en la piscina, estoy nerviosa pero en un buen sentido, cada vez que está cerca siento que mi corazón va a explotar.

—Hermosa, eso es el amor —afirma con ternura—, no puedo estar más feliz por ti. Eres una chica inteligente y linda, mereces que tu primer amor sea alguien bueno, uno que recuerdes con mucho amor por el resto de tu vida.

Muerdo mi labio. —Juliette —trato de ordenar las palabras antes de preguntarle algo que no sé si quiero escuchar la respuesta—, ¿Crees que un amor así pueda durar? Digo, sé que será básicamente un amor de verano y que somos muy jóvenes pero, ¿Crees que dure?

Juliette no contesta inmediatamente, escucho su respiración al otro lado de la línea, ella lo está analizando.

—Creo que eso depende de ustedes y de las ganas que tienen de hacerlo durar, no de la edad —responde lentamente—, pero Marie, no pienses ahora en el final, esto apenas está comenzando. La mejor parte de la vida no es ni el comienzo ni el final, es lo que hay en medio, te prometo que valdrá la pena.

Tiene razón como siempre. —Gracias por escucharme, Juliette. Siempre me escuchas, ¿Sabes que te quiero verdad?

Ella hace un ruido como si le dieran ternura mis palabras. —Cariño yo también te quiero, eres mi hija aunque no te haya dado a luz. Siempre será tu segunda madre, siempre.

Siempre. Esa palabra a veces no es más que una bella ilusión, una promesa sin fundamento si proviene de las personas equivocadas pero sé que si viene de Juliette, será cierto.

Para ella siempre seré su hija y para mí siempre será Juliette, mi otra mamá.

Seguimos hablando de un poco de todo, de mi padre y su estrés, mis hermanos y sus travesuras, de mis amigas en Pearl, de Ren y de los chicos que se han vuelto parte de nuestro grupo. Juliette me escucha con atención, hace preguntas y me da un par de consejos.

Después de charlar por casi una hora, me despido y le prometo que la llamaré de nuevo, ella me pide que le vaya actualizando sobre mi situación con Ren. Sonrío.

Por supuesto que lo haré.

No pasaron ni cinco minutos de colgar con Juliette cuando mamá llega a la casa y me llama desde abajo, me avisa que compró tarta vegana de frutos rojos.

—Hola mamá —le doy un abrazo corto.

Mamá besa mi cabeza. —Fantasy, traje esta tarta que te encantará —ella la coloca sobre la mesa con cuidado—, hoy viene el señor Kethon con tu chico, ¿No? Invitémosles una porción.

—Mamá —arrastro la última letra—, Ren no es mi chico. No vayas a estar haciendo esos chistes frente a él o el señor Kethon, te lo ruego Teresa.

—Claro Marie —suelta en tono de broma—, seré una madre decente por un día pero mejor dime, ¿Has avanzada con él? ¿Lo invitaste a salir?

—No —miento de nuevo.

Mamá me mira con los ojos entrecerrados. —Fantasy, las mujeres han luchado tanto y tú no te atreves a invitarlo primero, eres una mujer fuerte e independiente, hazlo.

—Mamá —me quejo de ella—, detente. No todo tiene que suceder de un día para el otro, ¿Está mal que quiera conocerlo?

Chasquea su lengua. —Conocí a tu padre por casi diez años y mira como terminó. A Víctor lo conocí y a la semana ya estábamos juntos, la vida es así, Fantasy.




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