Contemplo a una joven a punto de morir; mientras su padre está agonizando de dolor. Ha perdido a todas las personas que alguna vez amó en este mundo y ahora, ver a su hija entre la vida y la muerte, le causa un dolor indescriptible; sin embargo, su dolor, es menos intenso que el mío, pues esta muchacha, que duerme en agonía sobre la cama —; hace unos cuantos siglos, en su anterior vida, provocó que mi vida cambiara. Me convertí en el guardián de la Tierra de los Dragones por encontrar el conocimiento que vive dentro del corazón; aunque, el destino tenía otros planes para nosotros. Ambos lo aceptamos. Por esta razón nos encontramos aquí y mientras espero que el karma tome una decisión, contaré lo que sucedió para encontrarnos en esta situación tan sufrida.
La historia que voy a contar comienza cuando Dana — una criatura hermosa, atrapada en el cuerpo de un humano femenino —, recibe una noticia demasiado espeluznante e inesperada. Al ser notificada, quedó petrificada y vio fijamente a otro ser igual de hermoso, llamado Liam. Los describo como hermosos, porqué al ver a estos individuos físicamente, atrapan a cualquier mortal con su belleza, pero, no creas que se trata de vampiros. Son criaturas atrapadas en el cuerpo de humanos porqué esa fue su condena; tienen la creencia que, al beber sangre humana, tendrán la juventud eterna; antes de ser bestias sedientas de sangre, eran humanos.
Así pues, Dana tuvo una misión en el pasado que consistía en matar a la hija recién nacida de Anael. Estás criaturas venían de un mundo diferente al actual, su esencia estaba contenida en un cuerpo humano, el cual, deterioraron con sus prácticas ocultistas y esotéricas; estos seres, prefirieron adorar a la oscuridad que a la luz, y èl, era parte del grupo que siguió siempre a la luz; a pesar, de estar condenado en el mundo por unos cuantos siglos; en pocas palabras, conoció el Edén y por un error, fue desterrado; sin embargo, ya puede regresar a su hogar; después de ser desterrado, en el pasado se condenó cuando conoció a una mujer a la cual le brindó pasión desenfrenada y perdió parte del fuego de la vida que tanto trabajo le costó crear; este fuego se había acumulado en su corazón por años para regresar a casa. Por eso vive en este mundo de sufrimiento. En este mundo terrenal, fue dónde conoció a Liam, quién, celoso de la poca felicidad que había acumulado su rival, intentó dejarlo en este mundo de pecado, haciéndolo perder todo lo que estaba devolviéndole la luz que había perdido su corazón, le arrebató a su enamorada quitándole la vida. Así fue, que Anael, abandonó a su grupo de hermanos caídos y decidió perderse en el mundo; lo cual fue un acto de traición hacía Liam, porqué, las criaturas que simpatizaron con su enemigo, lo siguieron; desde ese momento, el ser sediento de venganza y muerte; mandó a buscarlo por todo el país hasta encontrarlo junto con aquellos que lo siguieron. La persecución duró un siglo, años suficientes para qué Anael sentará cabeza otra vez, y conociera a una mujer que lo amó hasta el día de su muerte; dejándole una hermosa bebé, a la que llamaron Aurora, el bebé que Dana asesinó en la playa una tarde, dónde el crepúsculo estaba creando el espectáculo más hermoso y divino, en el cual, una muerte en la costa sería muy dichosa; sin embargo, la muerte de Aurora no fue nada armoniosa; se ahogó cuando la marea del mar la alcanzó sobre la arena y las rocas dónde la abandonaron. Aquel acto de maldad pura, afectó a Dana, quién ha pesar de los años, no ha podido aceptar el dolor inmenso que ha estado en su corazón por diecisiete años.
Dana, seguía frente a Liam; miró los labios de aquel hombre moverse; sin embargo, no escuchaba el verbo que transmitía, no ponía atención a lo que le indicaba; Su interlocutor le estaba dando una orden, la que pudo escuchar con claridad, — después de su episodio de regresión—, la dejó estupefacta.
— Mátala... —, dijo Liam. — No debe estar con vida.
La fémina nuevamente siguió las órdenes Liam. Todos los enemigos de Anael desconocían que Aurora murió realmente y pensaron que la chica a la cual debían buscar y matar, era ella, por eso, Dana no creía que siguiera con vida, porqué, antes de arrebatar a la bebè de los brazos de Anael, él le pidió piedad por la vida de su hija; aún lo recuerda con el cuerpo herido sobre la arena y el rostro lleno de sangre. Lo único que brillaba en aquel hombre moribundo, eran sus ojos color zafiro; por lo tanto, al ver que estaba casi al borde de la muerte, lo dejó agonizando de dolor, llevándose a su hija. Cuando Liam se enteró que Anael nunca murió, no le dio tanta importancia, ya que su venganza había sido completada; él mató, nuevamente, a la mujer de su rival con sus propias manos y a su hija, el mar se la tragó.
Dana fue en busca de Anael pensando que él estaría con su hija; no fue así, pues lo encontró solo en una calle caminando, casi cuando el crepúsculo comenzaba a aparecer en el basto cielo. La calle tenía una enorme barda de concreto que dividía una parte de la ciudad con la playa. La fèmina, por lo tanto, caminaba sobre la barda estudiándolo, y cuando se percató que aquel no se había dado cuenta de su presencia, se dejó caer al suelo y lo llamó. El sujeto se impresionó demasiado por ver a Dana después de tantos años. Lo que nunca esperó, por desgracia, fue qué otra vez Liam diera con su paradero; pues se había asegurado de perderse para siempre de él.
— Tiempo sin verte, Anael.
— ¿Qué estás haciendo aquí, Dana?
— Vine por tu hija. Mi vida cuelga de un hilo por su culpa; no pensé que fuera tan fácil encontrarte otra vez en esta ciudad.
— Has pensado mal. — Mintió. Èl ya no vivía en esa ciudad; estaba ahí, porqué desde que murió Aurora busca a su hijastro, quién había escapado el día que Liam y Dana atacaron. — No pensé que vinieran a buscarme en el lugar dónde morí, Dana. Además... —, comentó con mucho dolor. — Mi hija está muerta. Creo que debo recordarte que Aurora está muerta...
Editado: 08.04.2021